Sedúceme como quieras #2 ©

Capítulo 8.

"Yo he conocido un planeta, habitado por un perezoso. Él descuidó tres arbustos..."

Complicaciones.

Liam.

Casi no puedo tragar la comida por mamá en la que se ha esmerado toda la mañana haciendo para nosotros. La carne esta cruda y las papas parecían manzana, ¿Cómo le decía de la mejor forma que no siguiera buscando recetas por YouTube?

Si seguíamos comiendo de esta manera la basura sería mejor opción que la comida de casa. Era admirable como papá se la comía toda sin contraerse del disgusto. Daba asco.

¿Cómo mamá no se daba cuenta?

Mi madre miro fijamente a Lexie preguntándole si la comida le gustaba.

Casi se me fueron las arvejas por la nariz cuando Lex dijo que estaba riquísima.

Sentí que debía aportar algo.

—Te has lucido hoy mami —levanto mi pulgar hacia ella intentando tragar lo que tengo en la boca y decir— lo mejor que he comido en la vida.

Casi creí que notaria el sarcasmo en mi voz pero en cambio me sonrió amable.

Sentí como me asesinaban con la mirada luego de sentir un pie impactar con mi tobillo. Dolió un carajo ¡maldita Lexie y su fuerza descomunal!

Mi padre decide cambiar de tema.

—¿Dónde dijiste que irías después Liam?

Tomo del vaso de agua enjugándome la boca, hasta los macarrones recocidos de Ainhoa eran más ricos que esto.

Ainhoa...

—A la casa de Logan.

Mi amigo estaba de cumpleaños hoy y pensábamos celebrarlo con mucho alcohol, y podríamos hasta salir de fiesta a algún lado. Todo para sacarlo de ese agujero donde vivía con su perro de única compañía.

—Felicítalo de mi parte —dice mi padre con aire despreocupado.

—Claro papá, seguro cambia de opinión y vendremos aquí.

Por qué el muy hijo de puta no quería celebrarlo. ¿Quién no quiere celebrar su puto cumpleaños? El mío y de Lex era todo una pasada, personas por todas partes y la fiesta duraba dos días. La mayoría de las personas que venían ni las conocíamos pero siempre, siempre teníamos que correr la voz, de eso se encargaban muy bien Tylor, Thomas y Nick.

Ni siquiera me había dado cuenta de que entre papá y Lex había cierta tensión, los mire a uno y luego a otro.

—... tenemos cosas de las que hablar.

¿Cómo eso? ¿Y yo donde quedo en la situación?

—¿De qué hablan? —Lex se tensó frente a mí y fijo la vista en su plato.

—Liam, no hables con la boca llena —recibo un pequeño golpeteo en la mano con el mantel. Dichosas las mujeres de esta casa. Se enfadan por todo. Si tan solo pudiera tragarme la comida.

Vi la hora en mi reloj cuando me lleve otra cucharada a la boca con mucho pesar, bien, tenía la excusa perfecta.

Deje la cuchara de un golpe en el plato y me levante más rápido que un rayo y bese a mamá.

—¡Se me hace tarde! —grite antes de abrir la puerta y escabullirme de las protestas de mama diciéndome que tengo ser educado y levantar mi plato.

Antes de llegar a mi coche Zac me llamo.

—¡Ey! Maldito cara de mierda al fin te dignas a contestar ¡¿Dónde carajos estas?! Ven a recogerme —me grito verdaderamente molesto.