Capítulo 38/2.

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Fortaleza.

Ainhoa.

Me quede mirando un segundo la estatua clavada en el césped de la gran casa, hace mucho que no venía aquí. La última vez fue de noche, ni siquiera recordaba que había una estatua de un Jaguar frente.

Y ese fue mi error. Habérmela quedado mirando más de la cuenta.

Liam ya había saltado de coche dejándolo medio estacionado para entrar. Trague con fuerza cuando lo busque encontrándolo frente a la puerta. Con manos temblorosas me desasí del cinturón.

Liam daba patadas a la puerta una y otra vez, estaba por alcanzarlo cuando la puerta se rompió. Entonces el entro.

Estaba irreconocible y estaba decidido a buscarlo en todas partes. Corrió de dos en dos las escaleras para llegar al segundo piso.

—¡Sal de donde estés Muller!

Me sobresalte cuando comenzó a golpear una por una cada puerta. De estas salían chicos con el ceño fruncido preguntándose quién era el idiota que los interrumpía.

—No eres de la fraternidad —hablo uno interponiéndose frente a Liam.

—Pero estoy buscando a alguien que sí. Y no me moveré de aquí hasta que lo golpee tan fuerte que deje respirar.

El chico abrió y cerró la boca como si no esperaba que Liam soltara algo como eso. Luego su mirada se posó en mí, inquisitiva.

Y Liam lo empujo, realmente lo empujo tan fuerte que el chico cayó de espaldas y tuve que ignorar el fuerte sonido de su cabeza chocando con el suelo.

Mi novio se plantó frente a él desafiante.

—A mi novia ni me la mires. —El chico asintió desconcertado tocándose la nuca— ¿Dónde está Samuel Muller?

Este le mantuvo la mirada sin dignarse a responder, sus ojos se desviaron un milisegundo en el piso de abajo. Rece para que Liam no se percatara de ello, pero si lo hizo.

Tarde me di cuenta que estábamos rodeados por casi todos los chicos que vivían allí.

—¿Noah? —Me voltee de inmediato al reconocer esa voz— ¿Qué sucede? ¿Qué le pasa? —inquirió apuntando hacia Liam.

Abrí la boca para responder pero entonces escuche el ruido de metal chocando entre si y vidrio quebrándose. Me estremecí cuando escuche eso último, por un segundo mi mente me la jugo al recordarme el día del asalto, como ellos rompieron los grítales del coche de Josh.

Moví la cabeza y seguí el ruido.

Tuve retroceder dos pasos cuando llegue a la amplia cocina. Samuel sangraba de la nariz y Liam apretaba los dientes mientras se disponía a volver a golpearlo.

—¡Liam! —grite para detenerlo.

Me miro colérico un momento y al siguiente ya le había dado un puñetazo en el estómago. La multitud me había seguido, pero nadie hacia nada, nadie lo apartaba de él. Y Samuel no se defendía, intentaba hablar y ponía las manos tapando su cuerpo.

—¡No te basto con hacerle daño hijo de puta! —Otro golpe— ¡¿tenías que quitármela?!

Encesto otro golpe, luego otro... y otro, y otro, y otro. Era horrible, verlo así era horrible.

En un momento dado le agarro la nuca y le estampo la cabeza en el borde de la mesa, ahogue un grito cuando en la cabeza de Samuel se abrió una brecha y de esta empezó a brotar sangre. Liam grito de rabia y le volvió a estampar la cabeza con el borde.

Sedúceme como quieras #2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora