"Ellos han prometido que los sueños se cumplen. Pero olvidaron mencionar que las pesadillas son sueños también."
La música resonaba en todo el lugar, la potencia lograba hacer las paredes vibrar pero las personas del lugar no podían percibirlo ya que toda su atención estaba centrada en el delgado chico que bailaba al ritmo de la música. Sensuales movimientos con un toque de erotismo y leve vulgaridad eran parte de su rutina en cada baile al igual que el resto de su programa día a día.
Todas las noches, justamente a las 10:00pm era el turno de salir al escenario de Jeon Jungkook, haciendo honor a esa famosa frase: " Lo mejor para el final" ya que al terminar su acto, era ofrecido al cliente que ofreciera más dinero por él, dando por terminada la noche de aquel prostíbulo y después de una noche llena de acción, descansaba hasta el siguiente acto la noche siguiente.
Esa noche el reloj marcaba ya las 11:00, Jungkook estaba recargado en el tubo del centro del escenario mientras comía una paleta con la misma tranquilidad de alguien esperando el bus, recién había terminado su show y ahora esperaba que algún cliente ofreciera la mayor cantidad de dinero posible para poder estar con él el resto de la noche.
- ¡100 dólares! - gritaron al fondo.
Jungkook rió sin gracia. ¿Solo 100?
Él estaba acostumbrado a esta situación, el veinte porciento de lo que ofrecían por él iba directo al bolsillo del dueño del lugar. Dejando a Jungkook con el 80% de la ganancia, esa era una razón más por la que jamás intentó salir de aquel lugar. Sabía que en ningún otro lugar le pagarían así de bien.– ¡300 dólares! – gritó un hombre de la segunda fila. Un hombre tanto elegante como viejo. Jungkook los odiaba en lo particular. Admitía que le gustaba que podían llegar a pagar cifras incalculables solo por un par de horas, y aunque terminaba accediendo, detestaba a los hombres de edad notable.
Diez minutos pasaron en el que los clientes no paraba de gritar cifras, una más grande que la anterior, logrando que aún no decidieran al cliente de la noche. Y no se quejaba, todas las noches era lo mismo.
– ¡1,500 dólares! ¡Última oferta! – el gritó de gerente del lugar —siendo él el encargado de dirigir la subasta— se escuchó en todo el lugar. Los hombres comenzaron a girar sus cabezas mirando a todos en la espera de que alguien más dijera un número más alto, pero nadie dijo nada.– ¡Mil quinientos a la una, a las dos...!
– ¡3,000 dólares! – gritó un joven que recién había llegado al lugar y se ganó la mirada de todos los presentes. Alto, piel levemente bronceada y con un traje elegante que lo hacía ver poderoso.– Denme al chico, no tendrán una oferta mejor.
Y tenía razón, nadie se atrevió a decir una cantidad mayor a la que ya mencionó en chico castaño. Pasaron unos cuantos segundos en los que solo gobernó el silencio.
– ¡Tres mil dólares! ¡Al joven castaño de traje! – dió por finalizada la subasta y Jungkook bajó del escenario y se posicionó justo en el inicio del pasillo que llevaba a las habitaciones.
El joven caminó hasta él con aires de grandeza, sonriéndole de manera coqueta. Jungkook no se inmutó y permaneció inexpresivo.
– Park Jimin.– se presentó.
– No me interesa.– botó la paleta que comía, tomó al chico por la corbata y lo guió hasta la habitación en la que pasarían en resto de la noche.
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🍪Mis Galletitas...¡Nueva Historia!🍪Espero que les guste y la amen tanto como yo, denle mucho mucho mucho amor y yo les daré mucho mucho mucho amor a ustedes.💙
🍪Recuerden ir a darle muchísimo amor a nuestra bella autora: GreenAndBluue quién me permitió traerles su hermosa historia.✨
Nos estamos leyendo galletitas.🍪
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Central Station (Jikook)[Adap.]
Random"Central Station" es uno de los prostíbulos más famosos de uno de los barrios de Seúl, llamado así por ser el lugar central al que todos desean acudir, y Jeon Jungkook, por sus maneras tan sensuales de bailar y sus buenos actos en la cama, es uno de...