Es curioso como existen momentos perfectos, situaciones perfectas y tiempos perfectos, en lo particular creo que un humano no puede obtén la perfección, pero si creo que es posible ver cosas perfectas, este lugar es el claro ejemplo, una cafetería cálida en medio de una ventisca helada, el lugar huele a manzana cocida, curiosamente es de mis olores favoritos, la repisa de la barra del café aún tiene el típico vaho que desprenden los panes recién cocinados, una bola gorda de pelo blanco se regodea de placer en una de las sillas de lugar, eso podría ser un problema ya que casi siempre visto de colores oscuros pero en general no me molestan los pelos de los animales impregnados en mí, la mesa que nos asignaron esta justo en medio del lugar, ni muy lejos ni muy cerca de nada, no es privada pero no es pública, está justo en el límite de ambas cosas.
Estoy seguro de que este lugar muy lleno debe ser incomodo y muy vacío deprimente, en épocas de calor sofocante y en frio demasiado cursi, si el gato cambia de lugar favorito, como por ejemplo a la barra, seria anti higiénico y en el piso estorboso, tantas cosas pueden salir mal en este lugar pero justo en este momento es perfecto, soy consciente de que no regresara a este punto de perfección y que incluso si lo visito 100 veces más difícilmente lo volveré a ver igual de perfecto como ahora, es más es probable que en una hora este lugar cambie por completo, pero esta bien, todo cambia, sólo es agradable estar en el momento indicado.
Mi acompañante, o talvez yo soy su acompañante, toma asiento primero y después de que yo me siente saca el menú de por debajo de la mesa, talvez yo nunca lo hubiera visto.
-¿Vienes seguido? – le pregunto mientras me entrega la hoja color café escrita a mano que hoy tenemos por menú.
-Si, esta cerca del camión que me trae de la universidad- no levanto su mirada en la hoja, como si buscara algo en particular.
-Ya veo, en otras palabras, aquí te gusta holgazanear cuando no estas en casa-
-Si, algo así, es difícil escribir con ustedes dos revoloteando por el departamento y eso si no contamos con nuestros invitados especiales ensayando- sigue buscando en la hoja
-Si, claro ensayando, jaja, no se como es que tocan tan bien si lo menos que hacen es ensayar, en fin, si quieres podemos hacer un horario o así para dejarle al menos unas horas libres de "revoloteos"-
-No necesito horas libres de ustedes, para eso esta esté café- Me impacienta e instiga que tanto le ve a la puta hoja
- Y heme aquí, invadiendo tu espacio-
-Si yo te invite, no es invasión- finalmente levanta su mirada de la hoja para verme directamente a los ojos – ¿Ya sabes que quieres ordenar? Iré a la barra a pedirlo
-Mierda, olvide ver la carta, aah yo quiero café y lo que sea que desprende el olor a manzanas.
-Vale, ahora vengo.
Verlo a distancia me resulta ajeno, inclinado sobre la barra esperando a que llegue la camarera.
Aún conserva su gabardina negra consigo y debo admitir que si luce elegante, ahora que no tiene puesta su absurda bufanda toma una mejor proporción, el chico es casi tan alto como yo, pero con esa bufanda tan larga parece un niño disfrazado de adulto.
Al verlo hablar con la camarera con toda naturalidad me hace recordar que no es un crio, apenas es más chico que yo, debe ser todo un rompe corazones, con su sonrisa coqueta seguramente nos conseguirá un descuento en la cuenta.
...
Talvez por eso viene a este lugar.
La camarera se ve francamente encantada de hablar con él, incluso le toca el hombro de forma juguetona, ¿la puedo culpar?, no, yo mismo caí, pero a mi favor estaba lo suficientemente ebrio para ser tan sínico al mostrar mi interés, esta señorita esta completamente sobria, hasta el puto gato mueve una de sus patas para tratar de jalarlo hacia si, por supuesto aun acostado y panza para arriba pero el intento de llamar su atención ahí está.
Por lo general no interactuamos mucho pero siempre esta cerca, es raro verlo de lejos, ver como se mueve, como actúa y como es por si mismo, su caminar es un poco liviano sus pasos son firmes pero livianos, sin los limites de la lógica diciéndonos que podemos o no hacer, seguramente, nuestro muchacho podría flotar si se le diera la gana, nuestro, ... , ¿mío y de quien más?, supongo que mío y de sus amigos, mío y de su familia, mío y de sus maestros, compañeros, ni si quiera es mío, lo fue, por unos breves momentos en el baño de ese bar, pero estamos bastante lejos de ese bar a las afueras del casco histórico de la ciudad.
-Listo, el olor veía de un pay de manzana, así que te lo pedí, sabes para eso tienen las cartas, para no tener que preguntar a la chica de la barra por cosas que claramente están escritas en el menú-
-Pues a ella no parece molestarle para nada que le preguntes por lo que quieras, es más estoy seguro que si le preguntas de que color son sus bragas te lo dirá, es más, se levantaría su alegre vestido con todo y delantal y te las mostraría sin pudor alguno – le dije bastante divertido al imaginar la escena.
-Cállate - noto un ligero rubor en su piel- te podría escuchar, ella sólo es amable- me entredijo entre risas ahogadas.
-Yo sólo digo- termino de reír por los dos y le giño un ojo
-Pues no digas, además no estoy interesado-
-En ella? ¿O en las mujeres? -
-Ni en ella, ni en las mujeres, ni en los hombres, no es momento
-Vaya, Vaya, la conversación se puso interesante, ¿es que de la nada entraste en un voto de castidad?
-No digas tonterías, es sólo que yo no funciono así, seguramente tú ves un par de culos bonitos y te vas detrás de ellos, pero si yo estoy interesado en alguien no voy por la vida viendo a alguien más-
-Oye, oye, nadie se le puede negar a un culo bonito, así te conocí a ti mi joven amigo, como sea, cuéntame, ¿Quién o qué es el merecedor de tu atención?
Una voz a lo lejos interrumpe el flujo de la conversación – Su orden esta lista-
-Voy, muchas gracias- se levanta de la mesa y antes de irme me toma del hombro y me dice al oído – ahora vengo-
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Astromelia
RomanceLa vida está llena de pruebas y decisiones. A veces se gana y a veces se pierde. Lo importante es arriesgarse e intentarlo ¿No? De eso va esta historia. De intentar, apostar a ganar y perder en el intento. Al final del día todos queremos ser felices.