Disparo para el enemigo

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—¿Me estás escuchando? —La voz de Mobei Jun hizo a Binghe ladear el rostro antes de asentir, el ajeno negó adoptando una pose de enfado— ¡Hombre pero si he hablado con la pared todo el día!

—Te he escuchado perfectamente Mobei, ve por la comida.

—Pero no he dicho eso.

—¿No? —observó a su compañero y se encogió de hombros—, entonces no te escuché.

Mobei Jun quiso gritarle y golpearlo más se abstuvo al ver que la mirada de su amigo seguía concentrada en las balas que reposaban sobre una caja de cartón, el sargento le había contado el cómo había pasado sus días en compañía de Qingqiu y como al final de la velada de la noche anterior habían hecho real la relación pasando del coqueteo y sonrisas tímidas a los besos más liberales y las tomadas de mano sin preocupación.

Se alegraba por su amigo, al parecer el solicitar su baja causó todo un impacto dentro del ejército porque uno de los mejores sargentos y francotiradores se marchaba feliz y sin preocupaciones, el general le había expresado que con la salida de Binghe él pasaría a tomar el cargo de sargento siendo su sucesor digno de confianza por lo que estaba feliz de despedir a su amigo para seguir él mientras su vida continuaba desarrollándose en el lugar que más amaba.

—Qingyuan volvió esta mañana, estuve pendiente en las noticias y anunció que continuaría su gira de campaña, le quedan doce distritos más que recorrer y al parecer solo le tomará una semana hacerlo ya que en cada día abarcará dos de ellos.

—No será apropiado, necesitaríamos ir en tren o en autobús para no ser rastreados, aun así habrá mucha vigilancia con lo ocurrido en el pasado. —Fijó la mirada en la ventana desde apreciaba la casa del candidato.

—Vi lo que le ocurrió a uno de ellos el domingo, ¿también lo habrán mandado a matar?

—Lo dudo, en palabras de Wu Huan, él no representaba ningún peligro, quizá les convenía que él ganara para mantener todo como si nada hubiese pasado —extrajo una bala calibre .338 con calma para observarla—, aunque si lo que realmente pasa es que si quieren acabar con su vida es independiente de la política.

—¿Crees?

—Sí, algún negocio sucio ha de tener como para que solo le hayan dado un escarmiento y lo hayan aventado al basurero de un hospital, fue una clara advertencia de que si se pasaba de listo a la siguiente acabaría en el mismo lugar pero muerto.

—Tienes razón, bueno entonces ¿qué haremos con Yue?

—Tiene novio según las noticias, lo que supone citas fuera de casa y en lugares públicos para sentirse ofendido por no ser respetado en la privacidad de un restaurante, típico de figuras públicas que solo buscan atención.

—Entonces solo nos queda seguirlo ¿o qué?

—No —la mirada de Luo retornó a la casa para analizar la situación—, esta vez sí será necesario el uso de filtros de información, he pensado que podríamos solicitar el intercambio amable con una de las sirvientas, la que más se apegue al ama de llaves ya que suelen ser las que andan detrás de todo el movimiento entre traer agua, pasearse por los lugares que recorre Qingyuan y bueno ¿por qué no? casualmente se puede tomar la molestia de pedir prestada la agenda del querido hombre.

Mobei Jun asintió lentamente, lo más fácil sería eso, sobornar a una sirvienta y pedir el robo de la agenda, era más que seguro que tendría una para organizar todas sus citas tanto amorosas como políticas y públicas.

—Bien, entonces iré a esperar afuera para solicitar eso. —Mobei se detuvo observando el uniforme militar— ¿Será que me diga algo?

—Dile que Qingyuan contrató seguridad privada y que solicitas la agenda para empezar tu trabajo.

The sniper «BingJiu»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora