002. Fury

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Taehyun comenzaba a perder la poca paciencia que le quedaba. Intentaba tomar una siesta, pero el chico junto a él no dejaba de sollozar y balbucear entre lloriqueos desesperados, sumándole también que cada cierto tiempo temblaba y se tocaba el rostro con agresividad, como si en cualquier momento fuese a arrancarse la piel con los uñas.

—¡Cállate! —gritó Yeonjun desde el asiento de copiloto. Soobin le reclamó algo inaudible para el resto y él tan solo puso los ojos en blanco.

La van se movía inestable. Había sido un largo tiempo desde que Soobin condujo un auto, así que debía tener sumo cuidado y prestar mucha atención a todo lo que sucedía fuera del acogedor automóvil, de otra manera terminarían estrellándose por ahí y su esfuerzo habría sido en vano.

Beomgyu parecía muy inmerso en su mundo, con la vista perdida en la ventana que era cubierta por una pequeña cortina color marrón y con adornos florales; de vez en cuando se rascaba el rostro, seguramente porque el rastro de sangre seca comenzaba a molestarle.

Desde donde el rubio lo veía, no parecía estar ni un poco molesto por el escándalo de Hueningkai.

—Sucio... Estoy sucio, no... No me toquen, no me toquen... Me da asco, me da asco... —balbuceaba el castaño, abrazando su cuerpo y restregando las mangas de su camisa contra la herida en su rostro, que comenzaba a irritarse por la constante fricción. A ese paso solo abriría más la herida.

—¡Hey! ¿Cuál es tu nombre? —le preguntó Soobin dándole una vistazo rápido. Yeonjun le lanzó una mirada molesta al pelinegro, ya harto de tanto drama innecesario que le rompía las bolas. Parecía que estaba en preescolar con un montón de llorones, Soobin siendo el llorón supremo.

¿Por qué actuaba como una mamá preocupada que velaba por sus hijos? Era tan molesto.

—¿Qué haces? No es un bebé —bramó Yeonjun irritado. Soobin le dio una mirada rápida y regresó su vista a la carretera, sus cejas se fruncieron entre sí.

—Escucha, si sigues haciendo eso te va a salir mucha más sangre, y si te alteras la herida se hará más grande. Te recomiendo que duermas, para cuando despiertes estarás mucho mejor —mintió, deseando por que su plan funcionara. Lo dio por hecho cuando el castaño se quedó en silencio, meditando sus palabras que parecían tener mucho sentido.

No, él no quería ver más sangre, no quería más heridas. Estaba cansado, sus energías se habían agotado, su boca estaba seca, sus ojos hinchados e irritados, y su herida ardía. Solo deseaba descansar.

—H-Hueningkai —tartamudeó en voz baja— me llamo Hueningkai —La comisura de los labios del pelinegro se elevó poquito y miró a Yeonjun de lado como si le estuviera reclamando "¿decías?" pensó con preeminencia.

Había conseguido lo que quería con demasiada facilidad, pues para su suerte, Hueningkai era bastante ingenuo y le había creído cada palabra que le dijo.

—Bien, Hueningkai. Duerme un poco.

Taehyun suspiró del alivio, finalmente reinaba el silencio. Dejó de apretar las uñas contra las palmas de sus manos y tomó una gran bocanada de aire. Poco más y se le hubiese lanzado encima al chico.

Yeonjun miró a Soobin en silencio, intentando descifrar cuál era la posible razón por la que había estado en ese manicomio para locos sin conciencia, puesto que si no lo conociera de ahí, fácilmente diría que se trata de una persona totalmente cuerda y considerada.

—No me mires, es incómodo —le dijo el pelinegro sin observarlo, se sentía juzgado cada vez que el castaño le miraba, en especial porque sus ojos estaban siempre serios.

𝐌𝐀𝐃𝐍𝐄𝐒𝐒 |𝐓𝐗𝐓 𝐀𝐔| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora