━━ℝ𝕚𝕧𝕒𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕 ; ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ

cap 2

Rayos de luz cálida se filtraban por la ventana del fondo de la enfermería. Hermione, acomodada de manera segura entre capas de mantas blancas y suaves almohadas de plumas, se despertó lentamente. Los primeros segundos fueron los peores. Su mente la devolvió a las visitas a la enfermería con Harry y Ron, y una ventana de tiempo en la que miró de lado a lado en busca de cualquier signo de sus amigos dejó una profunda punzada de pérdida dentro de su pecho.

Madame Pomfrey estaba sentada tranquilamente detrás de su escritorio mientras una pluma se mantenía sola, una pluma alta ondeando de un lado a otro. Hermione tomó el control de sus músculos del agarre del sueño y se sentó antes de estirarse para liberar las torceduras que plagaban su cuerpo. La tensión sangró a través de sus movimientos, pero ningún dolor surgió a su encuentro. Una vez que estuvo satisfecha de que no se desmoronaría con el más mínimo movimiento, giró su cuerpo hacia un lado y salió de la cama. El frío de las baldosas debajo de sus pies sangraba a través de los finos calcetines que llevaba y hasta los tacones. La bata blanca brillante del hospital llegaba hasta el suelo y se arrastraba lentamente por las baldosas mientras se acercaba tentativamente al gran escritorio de Pomfrey.

"¿Señora?" Su voz todavía estaba ronca por los gritos que le habían sido arrancados durante su improvisado viaje en el tiempo.

Pomfrey se sobresaltó con sus palabras, claramente sorprendido de verla salir de la cama tan pronto, y casi derramó tinta por todo su papeleo. La cálida sonrisa que la matrona le lanzó una vez que su trabajo estuvo a salvo estaba llena de sinceridad.

“¡Ah, sí, señorita Granger! Es tan bueno verte despierto ".

"Gracias, señora," Hermione miró a lo largo de su cuerpo, "¿Me preguntaba si podría ir a limpiar?"

Un simple hechizo de limpieza podría haber hecho el trabajo igual de bien, pero Hermione estaba deseando un momento de tiempo para fregarse e inspeccionarse a sí misma más allá de las miradas indiscretas de cualquier otra persona. Quería verse a sí misma sin filtros y asegurarse de que todavía era ella la que había retrocedido en el tiempo.

“Por supuesto, querida, te acompañaré a uno de los baños del prefecto. Estoy seguro de que con la falta de estudiantes a nadie le importará ”.

Pomfrey se levantó de su escritorio y colocó los artículos en el orden adecuado con un movimiento de su varita antes de rodearlo y dirigirse hacia las puertas de la enfermería. Hermione se abrazó a sí misma y siguió a la medibruja en silencio.

La caminata fue tranquila y Hermione se contentó con intentar captar la mayor cantidad de diferencias entre el castillo que conocía y esta nueva versión antigua. Las paredes y el suelo de piedra parecían iguales, aunque un poco menos gastados, y la mayoría de los pasillos por los que pasaban le eran familiares. Algunos fantasmas se demoraron en los pasillos y fueron lo suficientemente respetuosos como para resistirse a cuestionar su apariencia o por qué estaba allí fuera de plazo. Los retratos y las estatuas todavía se alineaban en los pasillos y, aunque parecían estar en diferentes lugares, en su mayoría podía reconocerlos a todos. Más allá de eso, era Hogwarts como lo recordaba. Menos animado sin las voces contundentes de los estudiantes y profesores que deambulan por los pasillos, pero aún reconfortante en su familiaridad.

Cuando finalmente llegaron a la enfermería, Pomfrey le abrió la puerta y le hizo saber que permanecería cerca hasta que la bruja estuviera lista para regresar. Hermione le agradeció por su ayuda antes de entrar y rápidamente se reclinó contra una pared exhausta. La caminata había sido corta, no más de cinco minutos, pero aún así su cuerpo estaba quemado por el esfuerzo. Su viaje la había desgastado mucho más de lo que pensaba. Un espejo de cuerpo entero estaba empotrado contra una pared del fondo y Hermione se desnudó antes de caminar hacia él e inspeccionar su reflejo.