New Age: Survive

Capitulo 5: Experimentos

El dolor de la herida de mi cabeza no cede, aun cuando estoy inconsciente el dolor y la gran pérdida de sangre hace que este más débil, solo puedo observar como mis memorias pasan enfrente de mí, como estrellas, a una velocidad impresionante. Lo que resulta aún más impresionante es el hecho de que puedo leerlas, dicen que cuando estas a punto de morir puedes ver toda tu vida pasar por tus ojos, bueno entonces creo que me llegó la hora, nada mal para un chico de 17 años y un perro... espera, ¡César! No puedo dejarlo solo, no puedo darme por vencido tan fácilmente, no dejare que ellos lo maten... de repente logro sentir que mis funciones motoras vuelven activarse, puedo recobrar el conocimiento y mi vista se cava en la habitación donde me encontraba antes, la sangre que derrama mi frente llega a mis mejillas, todo está solo, a diferencia de una mesa que esta junto a mí con una jeringa y algunas armas muy extrañas, hay manchas de sangre por el piso y de una vez las imágenes de César torturado se me vienen a la mente... no puedo soportarlo más, trato de liberarme de las cuerdas con el nuevo arranque de furia incontrolable que me domina, pero lo único que gano son quemaduras en los brazos y piernas, escucho pasos acercándose y de repente entra una nueva figura es un hombre alto, musculoso de piel morena y con cabello corto lleva el mismo traje de los que me secuestraron

- Al parecer ya has despertado... - dice el hombre - Judith estará contenta de que aun sigas con vida, - su voz es algo ronca pero con un tono de seriedad y a la ves trata de ocultar una sonrisa - Mi nombre es Sam por si te lo estas preguntando, tu eres nuestro prisionero, así que mejor no hables ni preguntes nada, nosotros haremos las preguntas ¿entendido? - sus palabras son cortantes, una gota de sudor cae por su frente y camina y se sienta en una silla a unos cuantos metros delante de mí.

Trato de analizarlo para tener una actitud seria, aunque parece estar ocultando algo, el ruido de la puerta abriéndose de nuevo interviene en mis pensamientos, es Judith, lleva puesta el mismo traje solo que un poco más elaborado, seguramente eso es lo que determina su rango, ahora que la puedo observar muy bien determino que tiene unos 34 años, es mucho mayor que Sam es rubia, aunque con unos mechones plateados, su rostro tiene pequeñas heridas y alguna que otras arrugas, es de piel blanca y con una mirada fría y que te hace perder toda esperanza. Se acerca a mí con un paso fuerte, típico de un soldado, Sam se levanta de la silla y hace lo que parece ser una señal de respeto se coloca su brazo izquierdo en su espalda y su brazo derecho en el corazón, Judith se coloca frente de mí y levanta mi mentón y me observa como analizándome.

- ¿¡Qué coño crees que haces!?

- ¡Al parecer no se te han quitado las ganas de pelear!, tu espíritu sigue intacto... ¡eso me gusta! - dice Judith en tono burlón, lo que hace que mi furia se esparza por todo mi cuerpo, cuando acerca su dedo índice por mi boca se lo muerdo y no lo suelto - ¡serás cabrón crio de mierda! - me da un puñetazo en la mandíbula lo que hace que lo suelte.

- Una herida más para la colección - digo - ¿¡Que te pareció eso Frankenstein!? - ella me vuelve a dar un golpe, pero este directo en la sien, lo que me causa mareo y un poco de Confusión - ¡antes de que me mates! ¿¡dime que rayos hiciste con cesar!? - Unas lágrimas ruedan por mi mejilla y se unen con la sangre seca del culatazo - ¡el solo era un animal! no tenía que morir, él no tenía culpa de nada, es una criatura que no merecía que le hicieran esto - bajo la mirada y las lágrimas caen en el piso. Tomo fuerza desde lo más profundo del alma y levanto la mirada con recelo y le escupo en la cara - ¡te juro que si salgo vivo de esta te matare de la forma más horrible que te imagines! ¡y si no salgo vivo te estaré esperando en el infierno maldita perra!

Ella se limpia la mejilla y me mira con su mirada de te matare crio de mierda, pero solo se va y cierra la puerta, el dolor me consume desde lo más profundo del alma y miro a Sam, el me mira con una cara de incrédulo y habla por primera vez desde que entro Judith.