■El loto rojo naciente en el río

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La primera vez que el emperador Wen Kexing vió a Zishu quedó prendado de su belleza y angelical sonrisa.  Agradecía a los dioses haber hecho aquel viaje de negocios que le permitió conocer al lindo y encantador hombre.

Kexing aunque unos años mayor no se tentó cuando lo invitó a una cena y vio lo sonrojado que lucia el chico frente a él, se enamoró un poco más.

****

Estaban en la cama disfrutando de las sensaciones que recorren sus cuerpos luego de una apasionada noche.  Acababan de llegar de un viaje y Kexing ni siquiera había contenido sus fuerzas dejándose llevar por el susto que vivió.

-¿Sabes lo aterrado que estaba? cuando vi la serpiente moteada sobre tu cuello.  A'Xu no debiste recostarte del árbol a leer, ¿no estaba nuestro carruaje para ti? le reclamó, su corazón había golpeado fuerte al notar que estuvo a punto de perderle. Si la serpiente lo hubiera mordido, él sólo moriría porque no había antídoto.  Kexing rápidamente había cortado su cabeza y la manga manchada de su amor.

A'Xu le dió un beso en su pecho justo encima de su corazón.

-Lo lamento, no quise asustarte ¿ah? ¿me perdonas? le preguntó mirándole y el emperador sólo observó ese rostro hermoso que amaba.

Se colocó sobre él acomodándose entre sus piernas, acarició con su dedo su frente y recorrió su rostro en una caricia íntima, rozó sus labios y A'Xu abrió su boca lamiéndolo.

Zishu echó su cabeza hacia atrás al sentir a su emperador entrar en él.

-Nunca te alejes de mi lado de nuevo ¿entiendes? me perdería si ya no te tengo, te lo prohibido mi alma le ordenó besando su frente mientras lo embestía lentamente.

A'Xu volvió a gemir al sentir el vaivén impuesto por Kexing, llevó sus manos a la espalda de su amado y rasguñó fuertemente mientras su emperador se dedicaba a mimar con besos su boca y cuello.

Hicieron el amor esta vez lentamente, Kexing estaba casado pero compartía su vida y noches con su amado.  Él viajaba mucho a través del país y procuraba que A'Xu siempre estuviera a su lado.

Las embestidas se volvieron más erráticas y con un largo gemido ambos liberaron su esencia.

El emperador le miró con una sonrisa.

-Te amo mi alma le susurró sin salir de su interior aún.

Zishu le sonrió acariciando su mejilla.

-Yo también te amo le respondió gimiendo al sentirlo salir dejándole una sensación de vacío dentro de él.

-Prepararé la tina le dijo Kexing a lo que él asintió.  Le gustaba sentir las marcas de amor de su emperador en su cuerpo pero realmente estaban empapados de sudor y semen, sería incómodo dormir así.

Kexing lo tomó en brazos colocándolo en la tina mientras le daba un corto beso luego entró junto a él atrayéndolo a su cuerpo.

****

Habían marchado en un viaje cerca de la montaña en la frontera de su tierra. Era un lugar tranquilo lleno de templos y que brindaba mucha paz.  Se reunieron con el monje líder y tuvieron un tiempo agradable.

-¿Cómo te sientes? le preguntó preocupado el emperador luego de notarlo difuso al regresar de templo.  Zishu había sido llamado por la diosa del destino y tuvo un largo tiempo hablando con ella.

A'Xu fue hacia él para abrazarle.

-Estoy bien Lao Wen, no te preocupes le pidió con una sonrisa que el emperador le devolvió arrastrándolo a sus brazos.

-Sabes que puedes decirme lo que te preocupa, estoy aquí para ti le dijo sosteniéndolo más fuerte.

ZiShu suspiró enterrándose más en su cálido pecho.

-Sólo sigue abrazándome así, se siente bien le indicó con voz suave.

Estuvieron varios días recorriendo el lugar antes de volver a casa.

****

Estaban en una barca paseando por el río que ambos amaban.  Habían hecho el amor por primera vez en sus aguas y A'Xu quería llevarse ese recuerdo con él.

Comieron y bebieron vino dulce mientras miraban abrazados el paisaje hermoso a su alrededor.

-Lao Wen!!! le llamó A'Xu.

Éste le miró pero su hermoso hombre sólo veía el paisaje.

-¿Qué sucede? le preguntó acariciando su mano suavemente.

-Sabes a tu lado fui muy feliz, me diste tanto sin ni siquiera merecerlo.  Quiero que seas dichoso, que tengas una vida larga y exitosa.  Si tengo que morir quiero hacerlo en tus brazos le dijo con voz entrecortada.

Kexing lo separó de él para verle asustado.  A'Xu le vio y sonrió con lágrimas cayendo, llevó su mano para acariciar el rostro de su amado.

-Mi alma ¿qué hiciste? dime!!! le gritó aterrado.

-Mi emperador ¿no sabes cuánto te amo? permíteme regalarte mi sacrificio, déjame morir abrazado por ti le pidió tosiendo sangre.

Kexing lo supo, había tomado veneno.  Su corazón se rompió al ver como la vida de su amado se iba lentamente.

-A'Xu ¿porqué lo has hecho? le preguntaba mientras limpiaba sus labios con su manga y lo sostenía fuerte sobre su regazo.

-Te amo Lao Wen le susurró antes de caer inerte entre los brazos de su emperador.

Kexing gritó con todas sus fuerzas llevándolo a su pecho, lloró amargamente mientras frente a él nació un loto rojo.  Entonces entendió que el alma de su amado ahora alimentaba aquella flor en el río,  lugar donde fue tan feliz.

Luego de un tiempo, el emperador lo tomó en brazos llevándolo a la borda de la barca lo besó para luego soltarlo.

-Sé feliz donde vayas mi alma, te amo susurró al viento.

****

Tiempo después...

Kexing estuvo días y noches de duelo en honor a su amado.  Invitó al monje líder para que le trajera paz a su corazón cansado y dolido. 

Lloró cuando supo la razón por la cual su A'Xu estuvo extraño luego de haber hablado con la diosa del destino.  Su alma lo amaba tanto que dio su vida por la de su emperador para que pudiera vivir una vida larga y dichosa sino éste moriría pronto.  Pero ¿acaso no sabía A'Xu que él no quería esa vida sino lo tenía a su lado?.

Kexing se encargó de volverlo una deidad y rendirle culto por todo el país.  No había un rincón en esas tierras que no conocieran al hermoso loto rojo.

****

Pasaron los años, Kexing con cabello blanco y lento caminar paseaba por el río donde nacían los lotos rojos en honor a su amado.

Sentía fatiga y sus fuerzas disminuían así que se recostó a observar el paisaje y cerró los ojos por un momento, su último suspiro de vida fue entregado.

Al abrirlos vio una figura conocida y sonrió.

-Mi alma!!! estoy aquí le dijo al hombre hermoso que le ofrecía su mano mientras éste le sonreía con amor.

-Lao Wen, estás en casa le respondió tomando su mano llevándolo a la mansión del loto donde vivirían sus almas felices por la eternidad ahora que estaban juntos.

Un amor que dió paso a una leyenda,
Un emperador se enamoró de un simple plebeyo hermoso.  Algunos hablaban de brujería, otros de ambición pero la realidad es que Wen Kexing y Zhou ZiShu se entregaron el corazón la primera vez que se vieron.

Hoy en la mansión del loto rojo se puede, si se presta atención escuchar los susurros de su amor y en el río ahora un loto blanco acompaña al rojo, muestra de que su amor seguirá y sigue vivo.

Notita: Mi inspiración para este OS fue la leyenda de atínoo y tomé referencia de la flor antinóeios(loto rojo).

El sendero entre flores de melocotónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora