VI
Probablemente estás en una botellita navegante en un mar lleno de sonrisas.
Digamos que eres un turista y tu labor es simplemente ser un observador. Miras los gestos amables, los ojos salpicados de entusiasmo de una chica que ríe con la broma de sus compañeros. Ves como todos tienen un aporte gracioso para dar y los ves siendo naturales en su entorno, fluyendo como quién se sabe cómodo al andar.
Se quieren. Se estiman. Se ayudan.
Probablemente quieres hacer parte de todo aquello, pero nadie puede escucharte en tu botellita navegante en un mar lleno de sonrisas.
No importa cuánto tiempo hayas pasado pensando en la broma más graciosa, en el comentario más ingenioso o en ser la ayuda que todos necesitan. Nadie nunca se detuvo a verte gesticular.
Así que tú sigue en tu botellita navegante en un mar lleno de sonrisas, hasta que llegue el día en que aceptes que se nace siendo turista.
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Para una mente inquieta
PoetryPoemas para las noches de insomnio y las mentes intranquilas