Capítulo I: Distorsión

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Que pesadilla más horrible... Esto me ha estado atormentando éstos dos últimos años, aún no entiendo como salí vivo aquél día en Seattle, solo recuerdo la voz de Sky llamándome mientras yo moría para que luego, de la nada despierte en un hospital de San Francisco con ella al lado. Según Liz mi cuerpo al final logró absorber la sustancia regenerativa que ideó el doctor logrando salvar mi cerebro y corazón de alguna lesión mortal, pero mi cuerpo estuvo totalmente destrozado y hasta el día de hoy siento aún como las rocas caían encima de mi y quebraban primero los huesos de mis brazos y pasando a las piernas. Estoy como residente en San Francisco, decidí que volver a Inglaterra solo me traería problemas y no tenía ya razones para ir allá, mis padres no son mis padres y Omega, quién se supone que es mi verdadera familia, huyó de la organización y hasta el día de hoy no se han obtenido señales de su existencia.

- Buenos días Dylan...- Dijo Sky levantándose de la cama.

- Buenos días cielo.- Dije con una sonrisa falsa en mi rostro.

Seguía un poco asustado e impactado del sueño pero no debía preocupar a Sky, ella ya lo estado lo suficiente durante mi reposo de un año y sus estudios se atrasaron con los míos, hacer que se preocupe por mi salud mental es una tontería. Hoy es el primer día de la universidad, de alguna manera la organización logró adelantarnos y pues se supone que hoy deberíamos ir a la Universidad de San Francisco a tomar clases.

- ¿Crees que me engañarías con esa sonrisa tonta de nuevo?- Dijo Sky tapando mis ojos.

- ¿Qué haces Sky?- Dije riéndo suavemente.

Al destapar mis ojos vi frente a mi un regalo con un envoltorio de cuadros, súper vintage y clásico.

- Feliz cumpleaños Lan, te amo.- Dijo mientras me abrazaba fuertemente.

Es cierto, hoy es 24 de junio y no recordaba que era mi cumpleaños, ya tengo 17 años oficialmente... Aunque parezca una mentira, mientras más tengo en que pensar, más me olvido de mi. El regalo era una cámara antigua, de las que me encantaban, no podía creer que se hubiese tomado la molestia de comprar una para mi.

- ¡Dylan! Ya son casi las 9, vámonos o llegaremos tarde.

Sky tenía razón, dejé mi cámara en el escritorio y emprendimos camino a la universidad, ella iría a su ramo de Psicología mientras que yo iría a mi carrera de informática, ambos nos separamos en la entrada con un beso y fuimos a nuestros respectivos salones, al llegar a la clase la nostalgia invadió mi mente y me sentí en el lugar de los nuevos cuando yo tenía 15 años aunque también me sentía como siempre en las clases, como solo un observador, cállado y sin ámbitos de molestar.

- Buenos días clase, mi nombre es Thomas Mars, para ustedes el Profesor Thomas.

- ¿Y por qué no Profesor Mars?- Preguntó uno de los estudiantes.

- Porque no quiere ser el planetoide de este salón.- Dijo otro con un tono burlón.

- Muy gracioso señor Wilson, lo veré en mi oficina más tarde- Dijo mientras acomodaba su corbata negra- Muy bien clase, quiero recalcar que seré su profesor durante todos los trimestres así que tienen una gran ventaja comparado con los demás.

El profesor tenía muchísima razón, podíamos hacernos amigos de él y ayudarnos con esa pequeña relación, aunque se contaría como interés, el profesor no parecía molestarle eso. El profesor era simpático a primera vista, me recordaba a Smith y rogaba que nuestra relación no decayera como con él... Era un adulto de tez blanca, alto y con un copete perfectamente peinado hacia atrás, daba la ligera impresión de que quizás pasará de 7 a 9 a.m. arreglando su cabello. Luego de esa introducción empezó a nombrar a todos para tomar asistencia y se propuso a empezar su clase que fue súper interesante, al contrario de otros profesores súper teóricos, inició con algo más práctico y didáctico, una clase de programación para principiantes, como crear páginas web y ese tipo de cosas, y mientras hacíamos esto, el contaba las historias de como esto iba avanzando y como la tecnología ha ido revolucionando al hombre, estoy seguro de que no me arrepentiré de estar en esta clase. 

Mi semana fue magistral, mis pesadillas me atormentaban de noche pero mis días en la universidad y estar junto a Sky me revitalizaba logrando hacerme sentir vivo... El 7 de julio recibí una llamada de Liz.

- Hey Pulse-

- No me digas así, por favor.- La interrumpí.

- Vale, Dylan, hoy iremos a visitar la tumba de Garry, ¿quieres acompañarnos?

Mi mente se quedó en blanco durante varios segundos.

- ¿Dylan?

- Eh, sí estaré allí.

- Perfecto, te veré aquí a las 4.- Y colgó.

Hace dos años por mi culpa murió Garry y lo menos que puedo hacer es rendirle respetos en su aniversario de muerte y disculparme frente a él en su tumba. Al llegar allá, todos estaban reunidos con flores blancas, rodeando la tumba de Garry Stirling. Hicimos una reunión de luto normal, Sky me acompañó porque para ella, él era su mejor amigo, al igual que el mío... Al arrojar las rosas en su tumba y abandonar el cementerio Liz tomó mi brazo y me dijo.

- Deberías volver a la organización.

- No lo haré, hemos discutido esto ya muchas veces.

- Pues no dejaré de insistir, además Alpha quiere conocer a Pulse y brindarle entrenamiento formal.- Dijo seria.

- ¡Pulse está muerto! Quizás yo posea aún esta maldición, pero no usaré más esto, mi poder consumió una ciudad y provocó la muerte de Garry, ¿Crees que no es suficiente razón como para dejar de ser un intento de héroe?

- Pero no es a lo que me refería...

- ¡¿Entonces a qué te refieres?!- Dije ya furioso- ¡Mi mejor amigo murió por mi culpa! Y sí, lo vengué pero eso daño más mi cordura, esos hermanos aunque habían hecho millones de atrocidades no era mi deber juzgarlos, ¡no debían morir en manos de quien creían un supuesto peligro!

Liz mantuvo silencio un momento.

- Hey, ya cálmate Dylan...- Dijo Sky tomando mi hombro.

De la nada la imagen de Garry pasó por mi mente, junto al recuerdo de aquél día que había tratado de suprimir todo este tiempo, mientras esto pasaba una lágrima salía de mi ojo derecho, recorriendo mi cara con un desliz lento pero continuo, cuando la lágrima cayó en el suelo y las pequeñas gotas se esparcieron, limpié mi rostro y le hablé a Liz claramente.

- Liz, no quiero herirte ni nada por el estilo, tampoco quiero que ninguno de la organización vuelva a morir por mi culpa, infórmale a Alpha que Pulse murió, ahora soy solo Dylan ¿sí?- Dije mientras me iba- Borra mis registros y mi existencia de la organización, no volveré.

- ¡Esto no es un adiós!- Dijo Liz con lágrimas en los ojos.

- No Liz, es un hasta luego.

Y me fui, lento pero con paso firme, sé que mi desición no era errónea, que era algo que tenía que hacer, pero ese sentimiento de negación hacia mi poco a poco aumentaba, sentía que no estaba siendo yo y que al reprimir mi poder me estaba encerrando pero... No quiero perder a más nadie y era una carga que debía llevar en mis hombros. Al llegar a casa Sky se sentó junto a mi en la cama y me miró a los ojos diciendo.

- ¿Persisten las pesadillas?

- Pero... ¿cómo?- Dije asombrado.

- Hablas dormido Lan... Estoy algo preocupada por ti, sé que tu cordura se perdió desde ese día pero esfuérzate en recuperarla, eres más fuerte de lo que crees, lo sé más que nadie.- Dijo con sus ojos brillosos acercándose poco a poco hacia mi.

- ¿Por qué crees que podré superar esto? No soy tan fuerte como dices...

- Sí lo eres y creo en ti por dos razones- Dijo mientras sus labios estaban frente a los míos- La primera es porque te amo...

- ¿Y la segunda?- Dije con un nudo en la garganta, sus labios me ponían ansioso y nervioso.

- La segunda es que sé que tienes un enorme camino que recorrer y te ayudaré mientras pueda.

En eso sus ojos se cerraron y sus labios rozaron con los míos, sus manos buscaron poco a poco las mías y se entrelazaron mientras nuestros cuerpos caían suavemente en el colchón y de un beso y caricias mientras su cuerpo reposaba encima del mío, hicimos el amor hasta quedar dormidos, haciendo que mi mente se blanqueara... Temporalmente.

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