Tomlinson Company •[[Larry Stylinson]]•

25

3 de Mayo.
20:38 a.m

Ya habían pasado tres semanas desde el accidente de Louis y Harry no sabía cómo sentirse al respecto.

La empresa se había quedado a cargo de Zayn esperando a que el ojiazul despierte, mientras el ojiverde residía en la casa de Louis, aunque prácticamente vivía en el hospital.

Ya no era más el secretario del jefe, Zayn le había ayudado en darle una licencia para que pueda estar con el castaño, pero tenía claro que esto no duraría mucho.

Iba cada día sin falta para ver si habían mejoras en su amo, le hablaba por horas y horas, llorando de vez en cuando o, así mismo, riendo suavemente.

— Te extraño, amo — confiesa, sentado en la silla al lado de la camilla, acariciando el cabello contrario —, extraño tus caricias, tu voz, el brillo de tus ojos, tu calor y absolutamente todo de ti— murmura triste, sin ser capaz de derramar una lágrima, había llorado tanto en estos días que ya se había cansado de hacerlo.

Suspira mirando hacia el techo, pensando en cada momento que compartió con él y mordiéndose el labio con demasiada fuerza en intento de calmar su estrés y cansancio.

— Según los doctores estás mejorando — dice volviendo la mirada hacia el chico en la camilla —, y dicen que deberías despertar dentro de poco — traga en seco.

Niega con la cabeza al darse cuenta que prácticamente está hablando solo, todavía no se sabía si Louis lo estaba escuchando pero los médicos le dijeron que hable con él para, de alguna forma, ser un método de apoyo hasta que logre despertar.

— Parezco un idiota hablando solo — habla antes de soltar un bufido y apoya su cabeza en la camilla para lograr contener un grito de frustración — Lo siento por el insulto — susurra dando una casta sonrisa al acordarse de cada mirada que Louis le daba cuando insultaba, y pensar que ninguna de aquellas miradas pudo hacer que lo deje de hacer.

Se recuesta en la silla, observando a la pálida piel ajena y a los labios secos que portaba, no parecía ser Louis, para nada.

— Escucha esto, amo — había veces en las que contarle lo que había hecho en el día lo ayudaban, tanto al ojiazul cómo a él — Niall y Abril me trajeron al hospital, imagínate que el camino se basó en puras discusiones entre estos dos — ríe ligeramente —, todavía no entiendo cómo es que son hermanos, pero al punto, nadie había desayunado entonces Niall va hacia la máquina expendedora para comprar una barritas y como esta no se las daba, empezó a golpear e insultar a la máquina pero nunca dejaba de ponerle billetes. 

Resopla chistoso al recordar el momento. Le era inevitable no reírse al recordar como el rubio le pegaba patadas a la máquina y la insultaba pero jamás dejaba de depositarle plata.

— Cuestión, casi lo echan del hospital y todo por unas simples barritas — termina de decir, dando un gran suspiro y pasando una mano por la mejilla de Louis, la cual ya casi no tenía heridas notables — Se que ya lo dije muchas veces pero te extraño, se siente raro estar en casa, bueno, en tu casa, o en la de ambos — hace gestos faciales exagerados y mueve las manos de un lado a otro —, mierda, en lo que sea esa cosa de ladrillos, sin ti — habían veces en las que ni él se entendían.

Vuelve a acariciar el cabello de Louis, pensando si realmente el chico despertaría, si volvería a escuchar su voz y a ver esos ojos tan azules con el brillo que tanto los caracterizaba.

— Todavía te estoy esperando — su cuerpo es invadido por un escalofrío al imaginar si el mayor no lograba despertar —, y siempre lo voy a estar haciendo — confirma relamiendo sus secos labios.