Mi Lugar Favorito En El Mundo ||Laliter||

Capítulo 17: Hablar Con El Corazón

Narra Lali.

—¡Te lo tenías bien guardado, yegua! —se sorprendió Delfina cuando le confesé que me estaba viendo con Peter hace unas semanas.
—Queríamos ver que pasaba.
—¿Y qué pasó?
—¡De todo! —reí —Es increíble lo que siento por Peter... Nunca habría imaginado que esto pudiera pasar.
—¡Hola, bombas! —saludó Agustín cuando entró en el jardín, le dio un beso a Delfina y se sentó —¿De qué hablan?
—De que Lali y Peter están cogiendo como locos.
—¡¿Qué?! —abrió los ojos como platos.
—Gracias por ser tan reservada, amiga.
—Los chismes a los novios están justificados.
—¿Desde cuando? ¡Ay, te dije lo de Manuela! —se llevó las manos a la cabeza.
—Si, ya estábamos juntos ahí... Pero está solucionado, esos videos porno son de antes.
—Así que vos y Peter... La verdad es que pensando bien, tiene sentido. Siempre tuvieron mucha conexión.
—No digan nada, todavía ni formalizamos.
—Lali, por favor, tenemos treinta. Ya no hace falta decir mucho para que quede claro si se es pareja.
—Bueno, pero para mi si —miré mi celular —Me voy ya, chicos tengo que ver al cumpleañero.
—¡Nos vemos esta noche! —me recordó Agus.
—No lleguen tarde —me advirtió Delfi y me guiñó un ojo.

Llegué a casa de Peter y me puse a decorar la habitación. Ya había comprado todo por la mañana y lo había dejado escondido en el garaje así que solo me quedaba colgar los globos y poner el regalo encima de la cama.

—¡Feliz cumpleaños, pela! —me lancé a sus brazos cuando entró por la puerta —Te quiero.
—Gracias hermosa —sonrió y acarició mi mejilla.

Lo llevé de la mano hacia la habitación.

—¡Que lindo! —me abrazó —Muchas gracias, en serio...
—Abrí tu regalo —se sentó encima de la cama.
—¿Qué es?
—Ábrelo —arrancó el papel.
—¡La cámara! —dijo ilusionado —La mandaste a arreglar.
—Y subí las cintas, podemos ver tus obras maestras —reí.
—Este me gusta más —dijo mirando los casettes y puso uno de nuestra infancia.

Me senté encima de sus piernas y nos quedamos mirando a la pequeña pantalla de la cámara. Una mini Lali aparecía en primer plano, corriendo a un mini Peter que le había quitado su corona de princesa y se reía a carcajadas. Cuando empecé a llorar, él dejó de divertirse, se acercó, me volvió a poner la corona encima de la cabeza y me dio una abrazo.

—Era una broma Lala —me dijo después de darme un beso en la mejilla.
—Vamos a jugar a lo que quiero ahora —le exigí mientras me secaba las lágrimas.
—¡No quiero disfrazarme de príncipe! —hizo pucherito y corrió hacia Carol.

Nos quedamos dos horas mirando todos los vídeos, algunos eran en vacaciones, otros de cumpleaños, otros de cuando hacíamos nuestras pequeñas obras de teatro, también cuando Peter ya empezaba a grabar y me daba indicaciones para que yo sea la conductora y fuera entrevistando a toda la familia.
Siempre estábamos juntos, de la mano, riendo, cuidandonos cuando el otro estaba enfermito o triste.

—Siempre estuvimos de la mano —sonrió.
—Y seguiremos estando de la mano.
—Toda la vida.

Narra Peter.

Con la reforma había puesto una bañera más grande así que Lali, que era una fan de las sales de baño, llenó la bañera de espuma para que nos metamos dentro.

—Gracias —le dije cuando me pasó una copa de vino.
—¿Qué se supone que somos? —preguntó sin rodeos.
—Novios ¿No? Hace dos meses que estamos juntos —reí.
—No me lo pediste —dio un sorbo.
—Vos tampoco a mi —reí —Igual creía que estábamos grandes para pedirnos para salir.
—¿Querés ser mi novio? —dejó la copa en el suelo.
—¿Qué sentís por mi?
—¡Ay, Peter! —sonrió —¡Qué pregunta!
—Contestá.
—Siento amor por vos. Un amor muy grande.
—¿Estas enamorada de mi?
—Más que eso. El enamoramiento es una etapa... El amor es mucho más y siento amor.
—Te amo —dije mirándola a los ojos y la besé.
—Otra vez, no —sonrió y apartó mi mano de sus muslos —Te dije que tenemos una cena reservada.
—Uno rápido —la agarré con fuerza y la besé —Muy, muy rápido.
—¡Exprés!

Después de el baño, fuimos hacia casa de Delfina, donde me habían preparado una fiesta, con un rico asado y música.

♡♡♡

Narra Lali.

Después de tres meses la casa de los Lanzani estaba como nueva y preciosa. Ahora estábamos arreglando el jardín y amaba ponerme a plantar mientras él le hacía una casita de madera a "Chester" el nuevo integrante de su familia. Chester era un perrito callejero que empezó a seguirnos en todos nuestros paseos por el bosque, siempre estaba ahí, nos acompañaba todo feliz y después desaparecía. Hasta que Peter se lo llevó y pusimos carteles para saber si tenía dueño pero nadie dio señales de estar buscándole.
Eugenia, me pasó el mate y se sentó a acariciar a Chester, que estaba encantado de recibir mimos todo el tiempo.

—Me tenés que acompañar a mirar el departamento.
—¿Que departamento?
—Me mudo acá.
—¡¿En serio?!
—Si, no me da el sueldo para una casita pero si para un departamento de la zona.
—Estás a full con Pablo.
—Demasiado, me ofreció su casa pero tampoco quiero pasarme ¿Necesitan alguien donde vos trabajas?
—No pero en la tienda de ropa de Rosa, si. Después te acompaño y te la presento.
—¿Como va todo con Peter?
—Cada vez mejor.
—¿Ya les contaron a la familia?
—Lo vamos a hacer cuando vengan, mi viejo tiene pensado venir el mes que viene y Carol iba a venir este fin de semana con Carlos, así que se lo diremos primero a ella.
—¿Y tu mamá?
—Candela habló con ella y con papá de lo de su madre biológica así que ahora está muy pegada a ella, cuidandola... Creo que entendió que estuvo siendo una madre muy ausente. Se la pasa mandándome mensajes así que se lo contaré también en breves, cuando vaya a verla.
—Lali, hay una chica en la puerta que pregunta por Peter —me avisó Pablo —Pero está en el baño ¿La atendés vos?

Fui hacia la entrada, había una chica morocha, de pelo cortito y flequillo. Esperaba con una maleta.

—Hola. Soy Lali —¿Estás buscando a Peter?
—¡Lali, tía! —se lanzó a abrazarme —¡Que gusto conocerte al fin!
—Hola —apareció un chico —Acá la chica efusiva es Úrsula, y yo soy el Chino, somos amigos de España de Peter.
—Ay si, claro. Escuché hablar de ustedes un montón y vi fotos, pero no te reconocía —le dije a ella.
—Es que cambio mucho de look —respondió con una sonrisa.

Cuando Peter los vio se puso muy feliz. Enseguida me presentó como su novia y se los presentó a los demás.

—Queríamos darte una sorpresa y yo tenía que venir a arreglar unas cosas de la herencia de mi abuelo —le contó el Chino —Quedó hermosa la casa.
—Si, llevó su tiempo pero hice casi todo lo que entraba en mis planes ¿Y ustedes como están?
—Bueno, la verdad que tenemos una sorpresa —dijo Úrsula mirando al Chino y sonrieron.
—¿Te gustaría ser padrino? —le preguntó a Peter.
—¿Se casan?
—No —le dijo Úrsula tocando su panza.
—¡Van a ser papás! —exclamó Peter emocionando y se levantó para abrazarlos.

Después de la cena, nos metimos en la cama y me abracé con fuerza a él mientras acariciaba mi pelo.

—¿Te gustaría tener un hijo?
—¿Ahora? —levanté la cabeza para mirarle a los ojos.
—Pronto.
—No sé... Pronto suena a muy rápido.
—A mi me gustaría ser padre, la verdad, siempre soñé con tener cuatro hijos.
—¿Cuatro? —reí —¡Son muchos!
—Bueno, podemos negociar —sonrió —¿Te gustaría?
—Me gustaría pero no sé si ahora es el momento.
—Bueno, podés pensarlo, pero no tardes mucho porque sos un poco vieja —le pegué en el hombro —No, hablando en serio. A mi me gustaría formar una familia con vos pero si no querés ser madre seguiré siendo igual de feliz porque te amo.
—Yo también te amo, me da un poquito de miedo... Eso es todo pero me encantaría tener hijos con vos.
—¿Cuatro?
—Mejor solo dos —reí y me besó.
—Tres.
—Dos.
—Bueno, dos. Aunque no me voy a rendir —sonrió.
—Ya podés buscarte a otra para tener cuatro.
—Jamás, me quedo con vos toda la vida. Con o sin hijos.
—¿Lo prometes?
—Te lo prometo, amor.
—Que bien suena que me digas amor.
—Amor.

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