Mi Lugar Favorito En El Mundo ||Laliter||

Capítulo 4: Corazones Rotos

2008

Narra Lali.

A veces el amor se acaba, sin un motivo concreto, sin un engaño de por medio, sin mentiras... Simplemente decide que ya dio todo ahí y que no puede aportar más a esa relación. Ya aprendió todo lo que tenía que aprender y tiene que seguir adelante, buscando algo distinto que le haga sentir mucho más. Lo malo del fin del amor es saber poner ese punto final. No siempre uno sabe explicarse ni es fácil ni ameno decir "no te amo más" y cortar sin más vueltas.
Decirle lo que sentía a Agustín fue muy duro, me llevó muchas charlas con Peter y Cande, aceptar que ya no le quería... Me molestaba todo lo que hacía hasta que me respire cerca. Sentía una presión en el pecho que no podía soportar. Odiaba no entender que me pasaba, si hace nada le amaba con todo lo que soy... Le amaba para la eternidad y con cada parte de mi cuerpo.
Después de muchos intentos fallidos fui capaz de decirle lo que sentía y él solo intentó arreglar lo que no tenía arreglo porque aunque hiciera mil cosas por mejorar nuestra relación... Se me había acabado el amor.
Creía que lo peor que te podía pasar en una relación es que te sean infiel pero tener que decir adiós porque tus sentimientos han cambiando me parece ahora más doloroso... ¿Como te plantas delante de tu primer amor y le dices que se acabó? ¿Como le explicas que siempre lo vas a llevar en tu corazón pero no le amas más? ¿Como le hacés entender que es mágico pero necesitas seguir adelante sin él?

—Odio que estemos peleando tanto últimamente... Nosotros no somos esto, no somos peleas, ni insultos, ni faltas de respeto... Se está yendo de las manos todo porque simplemente se acabó y todo nos molesta, bueno, me molesta a mi... No me gusta quién soy ahora mismo. Siento que te trato mal y es todo porque no sabía cómo terminar y explicarte lo que me pasa —me sincere sin poder dejar de llorar mientras él agarraba mis manos y lloraba también.
—Algo tengo que poder hacer... ¿Qué hice mal? —acarició mi mejilla —Podemos superar esta crisis... Yo te amo.
—Esta vez no es una crisis Agus, es que no siento lo mismo...
—Pero es lógico no sentir lo mismo después de tanto tiempo juntos... Los sentimientos cambian ¿No me querés más?
—Te quiero y siempre vas a estar en mi corazón, sos una persona hermosa y soy tan feliz de haber vivido tantos primeros momentos con vos... Pero no te amo más, no quiero seguir siendo tu novia... Lo siento mucho.
—¿Hay otro? —me soltó.
—No, por favor, no pienses eso. No hay otro... Hablo de mi y lo que siento yo hace un tiempo.
—¿Te puedo abrazar? —asentí.

Ese abrazo era la despedida y en un intento desesperado por sentirnos por última vez, hicimos el amor, más salvaje que otras veces, mas desesperado, buscando quedarnos impregnados del otro para sentir con menos dolor la separación. Esa noche dormí entre sus brazos, lloramos y nos dijimos todo lo importante que era el otro en nuestra vida.

Los días fueron pasando y cuando nos veíamos a penas nos dirigíamos la palabra lo que había provocado que nuestro grupo de amigos se vea dividido porque no queríamos estar demasiado tiempo juntos.
No habíamos vuelto a tener una conversación hasta varias semanas después cuando entró en "Leer Despacio", la librería-cafetería del pueblo en la que había empezado a trabajar como camarera este verano, y me pidió un café con leche, lo que provocó que empezamos a hablar de la universidad y a donde nos iríamos cada uno el próximo año. A partir de ese día se hizo costumbre que pase siempre en mi turno y algunos días caímos en la tentación del sexo ocasional. Más veces de las que me gustaría reconocer.

—Tenés que cortar con eso porque él tiene esperanza de volver con vos... —me advirtió Delfina —Lo estás lastimando y te estás lastimando vos.

Tenía toda la razón del mundo pero era difícil cortar todos los lazos que me unían a mi primer amor.

Con el paso de algunos meses, Agustín empezó a salir con otras chicas y ahí se cortó todo nuestra relación. Él empezó a pasarla bien, a salir con varias y a sonreír... Mientras yo, empecé a comprender que ahora a él también se le había ido el amor y por más que yo hubiera decido cortar, el hecho de ya no tener nada de nada me hacía sufrir y comprender que el verdadero final empezaba ahora porque no íbamos a volver a tener nada y nuestros caminos se iban a separar para siempre.