Mi madre se estaciono en la entrada de la escuela:
-¿Estas lista hija?
-Eso creo, espero hacer amigos.
-Si harás amigos, ahora entra se te hará tarde.
-Gracias mamá. Adiós.
-Adiós, iré a dejar a tu hermana. Te amo.
Me despedí de mi hermana. Y entre con toda timidez, todos me estaban viendo. Me puse nerviosa, los ignore y empecé a buscar mi clase. Era la 32. Mire hacia todos lados para buscar mi clase, pero me choque con una persona y caímos.
-Lo siento, no me di cuenta que estabas allí. Dije.
-No importa estaba distraída, fue mi culpa.- Dijo levantándose.- ¿Eres nueva, no?-Ella me ayudo a levantarme.
-Si me mude de Los Ángeles. Fue muy difícil para mi mudarme.
-Ohh, siempre he querido ir allí, ¿Cómo es todo por allá?
-Pues es muy hermoso todo.
-Genial, y ¿Cómo te llamas?
-Lucy, ¿y tu?
- Que lindo nombre, me llamo Michelle.
-Jaja, gracias igual el tuyo, ¿y cómo es todo por aquí?
-Pues las personas aquí son muy raras, bueno no raras pero hay muchos tipos de grupos. Los populares, los nerds, los apestosos y los normales ósea como nosotras.
-Wau, esto no pasaba en mi antigua escuela, todos nos tratábamos igual.
-Eso sería muy bueno aquí, la popular se llama Martha Johnson, se mudo aquí hace cuatro años, se cree la jefa de todos, y su novio Dylan Cupper es el más guapo de la escuela.
Y valla que lo era, cuando lo vi sentí algo muy fuerte en mi era muy guapo, su pelo castaño, ojos miel, y su sonrisa tan hermosa que ya casi me desmayo. Me miro y yo lo mire a el, pero aparto la vista porque su novia lo llamo. Me sentí tan bien que empezó a latirme muy fuerte el corazón, creo que ahora me esta gustando California.
-Lo nombraron rey del baile como unas cinco veces seguidas. Lo bueno es que ya no ire sola al baile porque tengo una amiga.
-Enserio, ¿Quién?
- Pues claro, tú. No tenia amigas hasta que llegaste y nos chocamos.
Lo bueno es que me conseguí una amiga, y conocí a Dylan.
-Qué bueno que apareciste, pensé que no iba a encontrar a una amiga.
-Si mm, ¿a qué clase tienes que ir? te puedo enseñar donde esta.
-Si gracias, es la 32.
-Que coincidencia también es la mía vamos o nos perderemos la clase y nos castigaran.
-Claro.
Nos fuimos a clase hablando sobre Los Ángeles, ahora que me doy cuenta que no es como yo creía que era. Pienso que tal vez critique mal California. Es más amo California, si no fuera porque vi a Dylan y me derretía cuando lo vi, era como si fuera la mantequilla derritiéndose en el sartén, para aquellos que no entiendan yo soy la mantequilla y el es el sartén y me estoy derritiendo por su calor (por su guapura) era muy lindo. Michelle me conto de que Martha y Dylan son novios desde sexto grado. Es mucho tiempo, espero hablarle un día. Regrese a casa y le conté todo a mamá, menos sobre Dylan porque creo que me iría a regañar de que no valla tener ningún novio porque tal vez me iba a arruinar la vida y eso. Me daría un gran sermón. Pero espero que mañana sea otro mejor día como este.
