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La joven madre piensa que esta alucinando, que las tres figuras han salido de los más profundo de su tórrida imaginación y que en una marejada de humo se esfumaran. Un suave codazo en sus costillas la saca de su ensoñación y con vergüenza tartamudea: —E-es un placer, Olivia Bennett.
Una deslumbrante y gentil sonrisa se dibuja en los labios del Doctor Cullen, él levanta una mano para estrechar la de Olivia, es breve, aunque no lo suficiente para considerarse descortés pero incluso ese corto contacto basta para que la frialdad de su piel logre estremecerla y quiera alejarse. —El placer es nuestro —La suave y cadenciosa voz del hombre tiene un efecto calmante y aquellos dorados orbes comprenden su reacción, de una forma que Olivia no es capaz.
En efecto, piensa, él era muy joven para ser padre adoptivo de dos adolescentes. No obstante, todo en él desprendía un aura casi paternal, cálida, serena, un tipo de paciencia que no se ve en hombres tan jóvenes. O para el caso, en muchos hombres.
Tras de él, ambos adolescentes tienen expresiones serias, apáticas. El ceño del muchacho de pelo cobrizo se arruga con molestia, pero al siguiente parpadeo que da Olivia este desaparece, tan rápido que ella duda que lo haya visto. Entre sus brazos, Maisie parece igual de interesada en sus misteriosos vecinos, su mirada garza está atenta a todo.
—¿Es tu hermana menor? —interrumpe la mujer de pelo rizado, sus ojos azules miran de arriba a abajo con desdén la silueta de Olivia, quien salta de sorpresa en su lugar, habiendo olvidado su presencia. Cuando el Doctor Cullen se gira hacia ella, la mujer emboza una sonrisa que pretende ser dulce—. Es un gusto conocerte al fin, el pueblo entero esperaba tu llegada.
—Sí, ya sabes lo que dicen, cielo. Las noticias vuelan demasiado rápido en un pueblo tan pequeño, ya que al parecer no hay cosas productivas que hacer —masculló Hope, dirigiéndose a Olivia, pero sus ojos plateados puestos en Lily Stanley se entrecerraron con fiereza, deseando fundirla en su asiento.
Empero la mujer, o no lo ve, o no le importa, porque continúa inquiriendo: —¿Te inscribirás a la preparatoria? Mi hija Jessica no me dijo que hubiera una nueva alumna, todos pensábamos que sería una pareja casada la que habitaría la casa de los Barnes —El énfasis que puso en la palabra "casada" dio a entender lo que en realidad quería averiguar la señora Stanley. Una fea expresión de disgusto cruza su semblante justo cuando Maisie gimotea entre sus brazos.
Una chispa de enojo se enciende dentro de la joven Bennett, si bien ya imaginaba que tipo de preguntas le harían en el pueblo y se había resignado a las diferentes reacciones que toma la gente respecto a ella, no toleraría que esa grosería se extendiera a su hija.
Una voz femenina distinta a la de ella es la que responde: —Estoy segura de que la señora Donovan tiene cosas más importantes que hacer, no le quitemos el tiempo con trivialidades —La entonación seca de Rosalie Cullen deja callada a la mujer de cabello rizado. Cuando se vuelve, su tono y desdeñoso semblante adquieren un matiz apacible—. ¿En qué podemos ayudarlas? ¿Se encuentran bien de salud?
En el perfil de Hope se vislumbra la sorpresa ante el hecho de que la despampanante rubia le hable. Incluso su padre, Carlisle, aparenta estarlo. A su lado, Edward sigue estoico, aunque Olivia juraría que de reojo la observa a ella y a su bebé de la forma en que lo harías con un problema matemático que no entiendes. Ella puede entender que, para algunas personas, era todo un enigma que alguien tuviera un bebé a su edad sin que un anillo adornara su dedo anular.
Aunque los Cullen no parecieran iguales a los demás.
La mujer mayor se recupera rápido y su expresión pasa a complacida. —¡Oh, hermosa! Sí. Te lo agradezco, solo venía a buscar a tu padre, necesitaba avisar que no podre reunirme hoy con Esme —La maternal sonrisa de Hope hace acto de presencia cuando le responde a la blonda chica, pero frunce el ceño al hablar con Carlisle: —Y en tu casa no atienden el teléfono, querido.
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Jardín de Meteoros ━ Edward Cullen
FanficJARDÍN DE METEOROS. ❝ Él observaba el cielo nocturno buscando respuestas, ella lo hacía buscando consuelo. Sin saber ambos pedían a las estrellas algo que ya tenían enfrente. ❞ Antes de la llegada de Bella Swan, hubo una joven madre que causó revuel...