𝑹𝒆𝒎𝒊𝒏𝒅 𝒎𝒆 𝒕𝒐 𝒇𝒐𝒓𝒈𝒆𝒕 [𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔&𝑻ú]

C18. "Presentación y Conexión"

Narra (T/n):

Al notar a aquella pequeña fruncí el seño, luego de darle tantas vueltas en mi cabeza, todo conectó. Era la hija de cinco, eso estaba más que claro pero que mierda hacía en mi habitación? Acaso esto no era lo que tanto buscaba evitar cinco?... Alejarla de mi?, reí de solo pensar cuando se diera cuenta. 

Esta situación era divertida. 

-Me llamo hope hargreeves.- respondió con una pequeña sonrisa. 

Parecía conocerme pero eso era imposible. 

-Vaya, al parecer papá encontro un reemplazo cuando me mandó lejos de aquí.- me crucé de brazos, era obvio el cínismo al decir eso. 

Sabía muy bien quien era pero no me importaba. Cerré la puerta y me encaminé a ella. 

-Estás confundida, soy hija de cinco.- respondió. 

-Qué?.- pregunté haciendome la sorprendida. 

-Sé que es dificil de creer debido a su edad... pero soy su hija.- explicó y yo asentí. 

-Si, como sea... te creo, ahora largo de aquí.- pedí empujandola un poco para sacudir aquella cama. 

Estaba llena de polvo y parecía que no se había limpiado en años, debía hacer algo si es que quería tener mi habitación nuevamente como cuando me fui de la academia, dudaba mucho que magicamente papá o alguien quisiera venir a limpiarla. Cinco tenía razón aunque yo no quisiera admitirlo, era obvio que todos estaban sorprendidos de mi regreso repentino a la academia umbrella. 

—Tu quien eres?.— escuché la voz de aquella y reí. En serio la vida se encargaba de ponerme situaciones tan divertidas en la vida.

—Soy (T/n)...— dije sin más, quité las sabanas de mi cama y tosí un poco. —Vaya que hay polvo... pensé que al menos alguien limpiaría de vez en cuando... aunque claro, eso era muy bonito para ser verdad.— susurré para mi misma.

—Yo lo hubiera hecho... pero por desgracia justo hoy descubrí tu habitación.— me dijo y yo suspiré.

Que mierda seguía haciendo aquí?.

—Eso hubiera sido excelente... quieres limpiarlo ahora por mi?.— pregunté señalando alrededor del cuarto.

Ella asintió de inmediato y yo sonreí falsamente pasandolela la sabana. Ella tosió un poco sin embargo no dejó de agarrarlo.

—D-dónde se supone debo llevar esto?... es que...— la interrumpí.

—No, no me lo digas... apuesto a que no sabes hacer una mierda, bueno... no me sorprende.— intenté quitarle la sabana pero ella retrocedió de inmediato.

—No es eso... es que papá me castigó y... no puedo dar vueltas por la academia, el va a enterarse que le desobedecí.— explicó y yo reí.

—Vale... creo que puedo ayudarte con eso, aunque claro, me deberás una.— sin más tomé un cuchillo que estaba tirado por ahí.

No pensé en nada más, solo sabía que debía hacerlo, no por preocupación si no porqué en serio necesitaba una distracción para aquel imbecil llamado cinco. No llevó mucho tiempo pero pronto encajé la punta del cuchillo en mi antebrazo, de inmediato brotó un poco de sangre.

Podía sentir la mirada de aquella irritante niña, no paraba de verme mientras seguía encajando aquel cuchillo más profundo.

—Mierda...— susurré al sentirlo llegar a un punto que dolió aun más. Mordiendo mi labio por el dolor, solté el arma y metí mis dedos en la rajada. —Vas a deberme una muy grande, niña...— gemí de dolor.

En serio ardía y esperaba con todo mi ser que aquel estupido igual lo estuviera sintiendo porque en primer lugar lo había hecho para que su jodida hija me dejara tranquila y se largara de mi habitación para que por primera vez en mi vida tuviera un poco de paz sin pensar en nada ni nadie más...

Pronto se escuchó un quejido varonil en la parte del pasillo, sonreí apesar del dolor.

Lo había reconocido de inmediato, aquel quejido era del enano con pantaloncillos escolares.

Había funcionado y en cualquier momento se encontraría en algún otro lugar lejos de mi habitación.

O eso quería pensar.