S I E T E.

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Estoy extremadamente aterrado, nervioso y ansioso. Cada segundo que pasa es como una tortura.

Estoy a centímetros de la puerta de Seungmin y estoy dudando si pasar o no para darle de comer.

¿Y si se lo toma mal? ¿y si cree que la sopa está envenenada? O peor ¿¡Y SI PIENSA QUE SÓLO QUIERO APROVECHARME DE SU VULNERABILIDAD?!

Respira Han, respira, si estás alterado él también lo estará y no es la idea.

Respiré profundamente, intentando calmar mi agitado corazón y, decidido, opté por entrar. Mis nervios poco a poco iban desapareciendo.
Al entrar, lo primero que vi fue a Seungmin mirando el suelo, como si estuviera recordando cosas. Claramente sólo duraron unos segundos ya que medio sintió la puerta abrirse, sus ojos penetrantes se posaron en mí, haciendo que mis nervios nuevamente se hicieran presentes y mi modo torpe se activara como un interruptor.

Control Han, tu puedes hacerlo.

-Hola de nuevo, joven Kim -sonreí luego de saludarlo, aunque creo que mi sonrisa fue un tanto exagerada ya que medio estiré mis pómulos, el chico abrió sus ojos y su cuerpo se tensó como si se preparara para batallar contra mí.

Vaya, ¿tan mal sonreí? de seguro pensará que soy una clase de psicópata.

-Yo... Te he traído comida, se ve muy rico -traté de sonar convincente.

Pero Seungmin continuaba mirándome receloso, casi poniéndose a la defensiva.

-Te... ¿Te gustaría probarlo? 

Rápidamente negó con la cabeza, ni siquiera lo pensó. Suspiré.

-¿Por qué no? Se ve delicioso, Seungmin.

Sin embargo, Él sólo me observaba con sus ojos penetrantes, llenos de confusión, nostalgia y desconfianza absoluta.

Esto será más difícil de lo que pensé.
Pero no me rendiré tan fácilmente.

-¿Puedo comérmelo yo? -pregunté sonriente.

Él luego de unos segundos de silencio, asintió lentamente.
Sin pensarlo mucho, me acerqué para sentarme en su cama con el plato encima de mis piernas, con una sonrisa de oreja a oreja hablé nuevamente.

-Mmh... esto tiene muy buena pinta, ¿de verdad no tienes ganas de probarlo, Seungminie? -le insistí.

No respondió, continuó mirando con la desconfianza en su rostro.

Sin más que hacer, abrí el paquete en donde venía los palillos y la pequeña cuchara, pasé la lengua por mis labios mientras olía aquella deliciosa comida. Kim sólo me miraba atentamente. unté la cuchara en el platillo y llevé el objeto hacia mi boca, deleitándome y probando cada sabor de las verduras y sopa. Podía sentir la delicia de las zanahorias, cebollín, carne, fideos y..., y otro sabor bastante peculiar que llamó mi atención.

abrí mis ojos al mascar aquella verdura extraña. Cuando me di cuenta de lo que era, mis ojos se abren en par y un reflujo de repugnancia llena mi garganta. Oh no.

-¿J-Jisung? -preguntó temeroso Kim al ver mis ojos llorosos y mi estado de shock.

Luego de unos segundo de analizar la situación, a lo primero que atino es a tirar el platillo a la mierda y gritar de asco y odio.

Mi peor pesadilla en la comida ha aparecido. El pepino.

-¡Qué asco! ¡Joder, es pepino! -sentí que mi garganta quemaba con cada grito que daba, uno más fuerte que otro. Mis ojos lloraban y las ganas de vomitar amenazaban con salir a flote, estaba a punto de salir corriendo si no hubiera sido por Seungmin que en un abrir y cerrar de ojos me estampó contra la pared, agarrando ambas manos para llevarlas hacia arriba de mi cabeza, dejándome totalmente indefenso.

Disorders [SKZ ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora