O N C E [♧]

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Sólo faltaba una habitación más y podría irse a casa. Estaba cansado y un tanto adolorido, su cuerpo se sentía exhausto y sus ojos ardían por la falta de sueño, el trabajo ahí era duro y asfixiante en cierto punto, sin embargo, estaba feliz. Jisung se sentía a flor de piel con su trabajo, con sus pacientes, ¡Hasta con el sensual hijo de puta del doctor Bang! Todo para él tenía algo bueno.

-Uno más y ya, Sung, uno más y podrás irte a descansar con Ryujin -se hablaba a si mismo, motivándose con su propia voz un tanto perezosa. El cansancio lo consumía poco a poco.

Hizo lo posible por verse entusiasta, colocando su mejor expresión de alegría y satisfacción, y optó finalmente por entrar en aquella blanquecina habitación, intentando ignorar el pequeño miedo que comenzaba a hacerse presente debido al paciente que le tocaba. Se sorprendió un poco al no ver al chico acostado en su cama, sino más bien sentado en el piso plastificado. Su cabeza se encontraba apoyada en sus rodillas, mientras que sus brazos rodeaban éstas mismas.

-¿S-Señor Hwang? -preguntó el menor confundido, un lastimero sollozo por parte del contrario lo hizo preocuparse, permitiéndole despertar de aquella somnolencia. El pelinegro al escuchar aquella suave voz, subió de manera brusca su cabeza, sintiendo mareos ante el violento movimiento.

Lo miró frívolo y tosco.

-Vete -soltó brusco, no se encontraba de humor hoy, quería estar solo, pensar en la absoluta soledad.

El rubio suspiró.

-Temo que no puedo hacer eso hasta que tomes la pastilla -murmuró Han de manera nerviosa, acercándose cuidadosamente a una mesita para preparar su medicamento. Quería hacer las cosas bien.

Hwang rodó sus ojos, genial, ahora no podría hundirse en su miseria tranquilo, ahora tendría que lidiar con la sexy ardilla de piernas de streaper jodidamente cogible. Suspiró hondo, intentando apaciguar aquel profundo dolor en su corazón para así volver con su personalidad descarada, coqueta y sensual. Era como una máscara que cubría todas sus vulnerabilidades.

-Ven a dármela entonces -pronunció el pelinegro por lo bajo, cambiando su voz y carácter de un instante a otro. Apoyó su cabeza en la clara pared, sonriendo de lado mientras que abría y estiraba sus piernas, dejando sus brazos en el centro de su cuerpo, haciéndose ver relajado y coqueto a la vez.

Jisung tragó grueso ante la vista, sintiéndose nuevamente nervioso, ignoró aquellas palabras dichas por el alto, terminando de preparar su médicamento. Suspiró, intentando calmarse, ya que sentía sus manos temblar ligeramente.

-¿Todo bien? -preguntó el bajo en un intento de ocultar su timidez. Hwang lo ponía tenso.

-Mejor que nunca -pronunció sin dejar de sonreír de lado, amaba cuando alguien se ponía nervioso frente a él, se le hacía tan... apetecible-. Te noto tenso...

Han tragó grueso por segunda vez, odiaba sentirse vulnerable ante sus pacientes, pero el nerviosismo siempre fue algo que se le hizo imposible evitar.
Una de sus tantas desventajas y debilidades. Hyunjin miró de arriba a abajo su cuerpo, relamió sus labios al ver semejante obra de arte. Rió leve al notar que el rubio miraba su rostro furtivamente.

-¿Vas a darme esa cosa o prefieres quedarte ahí mirándome? -el mayor se mofó con descaro, relamiendo sus labios gustoso. Quizás así el chico se iría más rápido y de esa forma podría volver a su hora de miseria semanal.

----¿Te molesta que te miren? ----preguntó el menor curioso, sintiendo aquella intriga renacer en su interior. El contrario enarcó una ceja

----¿Cómo dices?

----Q-Que si te molesta que las personas te miren... ya sabes, sentirte observado ----explicó.

Hyunjin por un segundo se sintió abrumado ante su pregunta, sin embargo, en un parpadeo cobró su compostura, volviendo a sonreír de lado.

Disorders [SKZ ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora