No supo cuanto fue lo que durmió. Lo que sí supo es que ya no estaba en su banco habitual. Las lágrimas secas, el grito ahogado en su garganta y el corazón latiendo a mil eran normales. No había día que no soñara lo mismo. A veces eran sueños felices al lado de la persona que amaba, pero la mayor parte del tiempo era lo mismo.
Miró alrededor, encontrándose con la mirada de alguien sospechoso a la orilla de la cama.
Pegó un pequeño grito, cubriéndose con las cobijas.
-- ¿Eh?- soltó, confundido. ¿Y su ropa? ¿Por qué estaba desnudo? ¿Por qué había un billete de 1000 yenes a su lado?
Lo sintió viniendo, aquel sentimiento de deja vu,
-- Ah, Takato-San.
¿Por qué le hablaba por su nombre? No estaba seguro de querer escuchar la respuesta. ¿Seguiría soñando? La habitación, la cama en que dormía, la mirada en el rostro de la persona a su lado, resplandeciendo... Todo tan nostálgico, creaban una sensación dolorosa en su pecho.
-- ¿Por qué me trajiste aquí?- preguntó al final. No se daría falsas esperanzas.
-- No podía dejarte. El sol comenzaba a bajar, y temí que fuera a lastimarte- sonrió.
-- ¿Y mi ropa?
Esta vez miró hacia el suelo, avergonzado. Levantó una bolsa de ahí, mostrándosela a Takato.
-- Ayer cuando llegamos comenzaste a vomitar, así que tuve que quitártela. Luego entraste a tomar una ducha, y te negaste a usar algo de lo que te ofrecí. Mira, tengo video.
-- No es neces-
Las palabras pararon en su garganta, siendo interrumpidas por aquellas en el celular del contrario, torpes y ruidosas.
-- Saijo-San, puede descansar en esta habitación.
-- No me digas que hacer- Takato observó como se desplazaba por las paredes, aferrándose por ellas conforme caminaba. Lo hacía con confidencia, como si ya hubiera pasado por ahí miles de veces. Incluso supo exactamente dónde encontrar el baño.
Antes de entrar abrió un poco la boca, murmuró "no me siento bien..." Y terminó vaciando el estómago sobre todo a su paso.-- Ya puedes quitarlo...
-- Espera, aquí viene la mejor parte- sonrió inocentemente, sin una pizca de malicia en su voz. No era consciente de la vergüenza que sentía en ese momento el contrario.
En el video, el hombre comenzaba a ayudarle a sacar su camisa, la cual veía con indiferencia, como si no fuera su propia y única camisa.
-- Saijo-San, yo-
-- Que molesto eres, llámame Takato.
-- ¿Eh? ¿Puedo?
-- No saldrá barato, ¿Sabes?
Aferró los brazos alrededor de su cuello, descansando la frente sobre su pecho.
Como por instinto, el contrario contestó al instante:
-- Serán 1000 yenes, ¿No?
-- Comprándome con sólo 1000 yenes, ángel criminal. ¿Cómo pagarás todo el daño que me has hecho?- era apenas audible, pero ambos pudieron escucharlo con claridad, uno confundido y el otro sorprendido.
-- ¿Cómo te llamas?- preguntó Takato al final, a la defensiva.
En el vídeo ya estaba dentro del baño, el agua era lo único que podía oírse. Si no tuviera miedo de lo que podría pasar después, el hombre habría grabado incluso dentro. Sentía como la gravedad lo atraía hacia él, volviéndose más aplastante con cada segundo. Lo peor era que, no se negaba ante ella.
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El Hombre Solitario
FanfictionSaijo Takato, el hombre que vive a las afueras de la ciudad con un corazón roto, y una historia por contar. Alguien misterioso, en verdad. Muchos lo toman por loco, otros por un hombre afligido, pero ninguno hace preguntas. No hasta que él aparece.