Capítulo 27

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Narra Alice:

Apenas mitad de semana y yo ya sentía la necesidad de escapar de este enorme campus para acurrucarme lo antes posible en mi cómoda cama. La semana estaba yendo de lo más normal y aburrida como de costumbre. Mis únicos buenos momentos era en mis horas libres con Tom y los demás, las clases en las que coincida con él y las chicas, y la hora de la salida claro.

Me parecía eterno el hecho que apenas estábamos a mitad de semestre, aún tenía dos meses por cursar, que horror.

Terminaba de meter mis cuadernos en mi mochila, mi ultima hora sería español, tenía tarea de historia y física, por lo cual hoy mi espalda sufriría un poco más que de costumbre.

- ¿Ocupada?- una voz detrás mío hablo causando que soltara un saltito por el susto.

- Me harás diabética un día de estos, lo sabes ¿no?- me gire para encontrarme con unos cuantos rulos despeinados.

- Básicamente el que atraigas la diabetes por un susto es un simple mito, lo sabes ¿no?- arremedo mis palabras.

- Touche.- reí.- no sabía que también eras científico.

- Hay muchas cosas que no sabes de mi.- dio unos cuantos pasos hacia mi, quedando cerca.- pequeña y linda Alice.- agregó.

- ¿Pequeña?- levante mis cejas.

- Si, bueno tienes altura promedio, pero eres una niña en cuerpo de alguien de aproximadamente... ¿Uno con sesenta y ocho?

- Uno con setenta en realidad.- lo corregí.

- Nada mal.- rio.- te ganó por tres centímetros.

- No se nota a decir verdad.- me burle. Tom en realidad no era tan alto, al lado de Harrison o Lorenzo se veía relativamente pequeño.

- ¿Ah no?- dijo desafiante, poniéndome algo nerviosa por su sonrisa y lo cerca que estábamos, básicamente me tenía acorralada ya que mi espalda chocaba contra la fría pared de casilleros.

- No.- solté sin pensarlo.

Tom soltó una carcajada y sin pensarlo dos veces me tomo de las mejillas y me acerco a sus labios. Desde la reunión que hice en casa no había vuelto a besarlo lo cual era un poco extraño.
Sus labios eran suaves, y se movían en sincronía con los míos. Era un beso tierno este, un poco lento pero con efusividad también, sus manos ahora estaban en mis caderas y las mías en su cuello.

- Nos va a ver alguien.- dije entre besos al recordar que estábamos en el pasillo.

- ¿Y qué tiene?- se separó un poco agitado.

- Que algún directivo nos puede reportar.- dije obvia.

- ¿Hace cuánto que fue la fiesta?- evadió mi comentario.

- Hace una semana, ¿por qué?

- Con razón extrañaba tanto esto.- volvió a besarme. Y yo no era quien para negarme a que él lo hiciera.

Esta vez el beso era un poco más rápido e intenso. Sus manos apretaban mi cadera, provocando que mi espalda estuviera totalmente recargada sobre la pared. Entre besos tomo mi labio inferior entre dientes y jalo un poco, provocando que yo soltara un suspiro, tomándolo más fuerte del cuello para profundizar el beso.

- ¿Qué?- me queje cuando se separó.

- Es hora de clase.- dijo con una sonrisa.

- Pero...

- Algún directivo nos puede reportar.- me arremedo, burlándose claramente de mi.- te veo en clase.- fue lo último que dijo antes de salir corriendo por el pasillo.

El tiempo contra mi (TOM HOLLAND)•[EDITANDO]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora