Capítulo 2

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Cada quince días, el Líder de la Secta Jiang visitaba a Lan Xichen. Esta extraña relación se hacía más fuerte con cada reunión. La mayoría de las veces Jiang Cheng traía su correspondencia y obligaba a Lan Xichen a participar en sus respuestas. Al principio, Lan Xichen se había negado a hacerlo. Estaría mal visto que se metiera en la correspondencia de otras personas y mucho más siendo líderes de sectas. Xichen se lo dijo a Jiang Cheng, pero sólo recibió una mirada exasperada.

—No me digas que el líder de la secta Lan no tiene curiosidad por saber qué dicen estas cartas.

—Está prohibido inmiscuirse en los asuntos de otra secta. ¿El líder Jiang quiere que me apropié de alguna información?

Lan Xichen observó como Jiang Cheng negaba con la cabeza para luego resoplar.

—La secta Lan es una secta perfecta. Tan pura... y tan noble— dijo mientras seguía trabajando.

—Líder de la secta Jiang....

—¿Hmm?

—Disculpa... pero siento que no lo dices en serio.

Jiang Cheng levantó la vista y Xichen pudo ver un brillo pícaro en sus ojos. Oh, el líder de Yunmeng Jiang no solo seguía jugando con Lan Xichen sino que tenía unos hermosos ojos que hablaban por él.

Lan Xichen siguió mirando fijamente y no notó el repentino rubor en las mejillas de Jiang Cheng.

El hombre más joven se aclaró la garganta y Lan Xichen salió de su ensoñación.

—Lo siento... Lo... siento.

¿A dónde estaban sus modales?

Se estaba convirtiendo en un mal hábito.

Yo sólo...

No puedo evitarlo.

—Está bien —respondió Jiang Cheng apresuradamente—. Entonces... ¿Me ayudarás con esto?—levantó una carta—. Necesito de tu paciencia para responder esta carta del líder de la secta Yao. Ese viejo inútil me hace perder la paciencia.

Jiang Cheng parecía muy molesto. Tenía todo el derecho a estarlo. El líder de la secta Yao no era muy educado y siempre intentaba que todo girara en torno a él. Las conferencias entre sectas verificaban todo esto. Pero Lan Xichen sabía que la enemistad entre Jiang Cheng y el otro líder iba más allá que presenciar el egoísmo del líder Yao. El hombre parecía tener una particular animosidad hacia Jiang Cheng y en muchas ocasiones le faltaba al respeto.

Lan Xichen se preguntaba qué había hecho para detener este abuso. Y recordando pequeñas conferencias y reuniones llegó a la conclusión de que, efectivamente, no había hecho nada para detenerlo ni para apoyar al joven líder de Yunmeng Jiang.

Mis lealtades siempre estuvieron en el camino incorrecto.

—¿Zewu-Jun? ¿Lan Xichen? ¿Estás bien?

Lan Xichen se sintió bien al escuchar su nombre en los labios de Jiang Cheng.

—Lo siento.

—Deja de disculparte. Es molesto.

—Lo sien- quiero decir... Tiene razón líder de secta Jiang.

Xichen vio como Jiang Cheng puso los ojos en blanco, ya siendo muy común en el hombre.

—Será mejor que me vaya. Pronto será el toque de queda para tu secta.

¿Qué? No.

No quería que el líder Jiang se fuera. Extendió la mano y agarró con suavidad la muñeca izquierda de Jiang Cheng, deteniendolo. El hombre de Yunmeng se sorprendió y miró su muñeca aprisonada por la mano callosa de Lan Xichen. Sorprendido por la acción, Jiang Cheng lo miró con los ojos muy abiertos.

ERES UNA FUERZA POSITIVA [Xicheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora