Capítulo 4

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Después de su meditación de la mañana y preparado para enfrentar un nuevo día, Lan Xichen caminó hacia la parte trasera del hanshi para trabajar en su pequeño jardín. Con paciencia y habilidad Xichen cortó las malas hierbas, removió el suelo y regó las plantas que habían sobrevivido al duro invierno de las montañas. Miró de cerca a un par de mariposas que revoloteaban en una suave danza hasta posarse suavemente en las flores de su jardín. Sonrió al pensar que muy pronto vendrían los días cálidos a Cloud Recesses. También esperaba que con el cambio de estación tuviera el coraje de caminar más allá de su pequeño jardín y dar un paso fuera del aislamiento autoimpuesto que había comenzado hace un largo tiempo.

Lan Xichen limpió sus manos sucias para luego acomodar sus pristina vestimenta que se habia arrugado al estar arrodillado por bastante tiempo. Increíble, pero su hanfu no tenía ni una sola mancha de suciedad. Una vez satisfecho, Lan Xichen se detuvo un tiempo más en su jardin y entró a la casa para calentar el agua. La decisión de terminar su reclusión no fue de golpe. En el último año, una persona, la persona menos esperada, lo había ayudado a enfrentar parte de sus miedos y confusiones.

Esa persona no era otra que el líder de la secta Jiang, Jiang Wanyin.

Precisamente el día de hoy, esperaba una nueva visita de Wanyin.

Mientras preparaba el té para que estuviera listo a la llegada del hombre que había llamado amigo desde hace un tiempo, Xichen tararea una pequeña melodía que estaba preparando para tocar con Liebing y si tenía la oportunidad, tocaría la melodía para Wanyin más tarde.

Uno de los discípulos golpeó suavemente la puerta, trayendo dos bandejas con el almuerzo, dejándolo en la entrada. Lan Xichen agradeció en silencio y acomodo las bandejas sobre la mesa. Una de las comidas era preparada especialmente para el hombre de Yunmeng; comida con muchas especias que no eran muy recomendadas para la gente de GusuLan.

Con el té preparado, Liebing cerca y el almuerzo listo, Xichen esperó a su invitado especial.

Algo no se sentía bien y Xichen pudo corroborarlo cuando el sol se despedía en el horizonte, trayendo la noche consigo a Gusu. Otro día estaba a punto de terminar y Lan Xichen todavía mantenía la esperanza de que Wanyin apareciera con su habitual torrente de vitalidad. 

Xichen frunció el ceño ligeramente antes de guardar cuidadosamente la comida picante que estaba en los tazones; fría e intacta.

Extraño. Con sus reuniones ya establecidas, la ausencia de Wanyin sin previo aviso era extraña.

Desconcertante. ¿Había sucedido algo importante para mantener a Wanyin en Yunmeng?

Incómodo. Una pesadez se asentó en su estómago y parecía persistir con las horas.

Inconsciente. Se llevó la mano al pecho, cerca del corazón.

Espero un poco más, sin embargo, ya había pasado minutos de la hora acordada por su secta. Él estaba infringiendo una de las tantas reglas de Gusulan. Si bien tenía más resistencia, sus ojos se estaban cerrando sin quererlo el cansancio y el sueño lo estaban invadiendo.

Sus últimos pensamientos racionales fueron para un hombre que olía a flores de loto.

Wanyin.

Había pasado una semana y Xichen estaba preocupado. Ninguna de las cartas que se encontraban ordenadas sobre la mesa pertenecían a Yunmeng.

Wanyin no mostraba señales y la ansiedad sé apoderó Xichen. Se preguntó si había sucedido algo grave en Yummeng pero enseguida lo descarto. Si ese fuese el caso, ya lo sabría. Crease o no, si bien no estaban permitidos los chismes en su secta, todos se enteraban de las últimas noticias en el mundo del cultivo. 

ERES UNA FUERZA POSITIVA [Xicheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora