Capítulo 3

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Me siento desesperado al no saber que hacer. Charlotte me despertó con su llanto, al verla así lo que hice fue tomarla en mis brazos y arrullarla, no funcionó, traté de hacer un biberón y digo traté porque en realidad el vaso terminó en el piso con lo poco que tenía esparcido en él.

En unos minutos serán las cuatro de la mañana y no eh logrado que ella duerma.

¿Llamaré a mi madre?

No. No son horas de estarla molestando, además yo puedo con esto, puedo con un bebé.

Sigo caminando de un lado a otro dentro de la habitación, mientras le doy leves golpecitos en su espalda.

—Shh shh.

Quiero llorar, no se que estoy haciendo mal. La tomo pegándola más a mi y siento como el pañal está hinchado, recuerdo cuando fue la última vez que se lo cambiaron.

Dejo a la bebé en la cama tomando el sierre de su pijama.

—Por favor que esto sea —ruego mientras le saco la pijama.

Reviso el pañal y un olor desagradable llega a mi nariz.

—No... puede... ser —digo pausadamente al ver que tendré que cambiar el pañal. Nunca eh cambiado uno, mi madre lo hacía.

¿Qué tan difícil puede ser?

Corro al baño donde tengo guardado todo lo que necesito en estos momentos, tomo un pañal y el paquete de toallas higiénicas.

Recuerdo que mi madre lo hizo antes de que ella se fuera. Tomo los pies de Charlotte y levanto un poco para quitar el pañal y así proseguir a limpiarla.

—No se que estoy haciendo pero... —coloco el nuevo pañal ya limpio —Ya esta.

Al terminar, vuelvo a ponerle su pijama y la dejo en su lugar limpia, tiro el pañal sucio y lavo mis manos, porque si me termine llenando de eso.

Regreso a la cama y veo que ya está tranquila, era el pañal. Vuelvo a preparar un biberón, pero esta vez con más calma. Me tumbo en la cama tomando a mi hija dejándola en mi pecho.

Procedo a darle de comer. Mis ojos se van cerrando y lucho contra ello, aun le falta poco para que ella termine.

Retiro el biberón y prosigo a sacarle el aire así como mi madre me dijo. Dejo a Charlotte a un lado y la cubro con su manta.

Antes de dormir reviso mi celular, tengo uno que otro mensaje, nada importante.

Cierro los ojos dejándome llevar por el cansancio.

🍼

Bajo las escaleras con mi bebé en brazos. No conseguí dormir lo suficiente, ella volvió a despertarse por segunda vez, pero no fue difícil hacerle dormir esta vez.

Entro al comedor y mi mañana se arruina al ver a Grace sentada justo en mi asiento.

—Al parecer alguien no durmió anoche —su voz suena irritante.

—¿Sigues aquí? —pregunto centandome a su lado. No puedo controlar mis gestos haciendo una cara de desagrado.

—Cuánto amor—habla con sarcasmo.

Sus palabras me causaron que soltara una risa escandalosa.

—Lo último que sentiría por ti es amor, y tú te encargaste de eso.

Su rostro cambia de burla a ofendida. Se levanta haciendo que un vaso caiga derramando su contenido sobre la mesa.

—Uh, si eso llega a tocar la alfombra —pauso —Tendrás que comprar una nueva, y no creo que tu sueldo te alcance ni para comprar la cuarta parte.

Papá Soltero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora