A pasado algunas semanas desde la llegada de Charlotte, y sin duda han sido las semanas más pesadas de mi vida, he aprendido muchas cosas, no lo voy a negar, pero esto de cuidar a una persona es complicado. Me eh guiado por libros, videos y más, algunos me facilitan las cosas, y otros solo me confunden más.
—Ahora lleva las dos mitades del lazo hacia el medio y superponlas en el centro.
Tomo la pequeña tela eh intento hacer el moño de la misma forma que me indica el video.
Lo hacen ver muy fácil.
Termino haciendo cualquier cosa menos un moño. Suelto un quejido de frustración y lo vuelvo a intentar.
—No me puede ganar un pedazo de tela.
Lo intento tres veces más hasta que por fin un pequeño moño cubre gran parte del rostro de Charlotte.
—Prometo ser más rápido la próxima vez.
Mi celular vibra en el bolsillo de mi pantalón, lo tomo para responder la llamada.
—Christopher Harper.
—Buenos días señor, se que me pidió que no lo molestara y más a estas horas, pero necesito que firme unos documentos.
—Mañana estaré de regreso, déjalos sobre el escritorio.
—Pero señor, es importante.
—Liliana...
—Señor...
Pero que terca. Ruedo los ojos en forma de fastidio.
—Llegó en 10 minutos.
Guardo mi celular. Tomo a Charlotte saliendo de la habitación, camino al pie de las escaleras gritando el nombre de mi empleada.
—¡Josefina!
—No se encuentra en la mansion.
Una segunda voz hace que salte. Susan se encuentra del otro lado de la escalera.
—Hola.
—¿Qué haces aquí?— le pregunto omitiendo el saludo.
—Vengo a hablar contigo, pero tus empleados me prohibieron despertar al bello durmiente.
—Si vienes a pedirme prestado un auto, estás perdiendo el tiempo.
—¡¿Pero en que concepto me tienes?!
Su atención cambia de mi a Charlotte, y después en su moño.
—¿Tu lo hiciste?
—Si.
Respondo con una sonrisa que me hace sentir orgulloso.
—Quedó horrible.
Mi sonrisa desaparece.
—Gracias, que linda eres.
Mi celular vibra en la bolsa trasera de mi pantalón, estoy seguro que es Liliana.
—Necesito que cuides a Charlotte, tengo que ir a la empresa — le entrego a mi hija.
—¡Pero yo no se nada de bebés!
—Yo tampoco.
—Tengo que hablar contigo.
Me acerco a la bebé para darle un beso en esos cachetes rosados.
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Papá Soltero
Roman pour AdolescentsChristopher Harper es un joven arquitecto muy nombrado en la ciudad de New York, su vida gira alrededor de viajes y trabajo. ¿Pero que pasará cuando una chica llegue dándole la noticia de que se convertirá en padre? Él no es experto en la paternidad...