Una flor para el alma

Capítulo 2: Primer año

               Capítulo 1: Primer año

El ajetreo y el bullicio de la estación de cruce de Kings había demostrado ser bastante molesto para navegar. No obstante, lo había logrado sin que se le obstaculizara demasiado. Había sido una experiencia extraña, una que lo había encontrado chocando con una gran variedad de personas; gente mágica claramente, fallando en mezclarse con los muggles a su alrededor. Le había costado mucho esfuerzo no reírse de la cara de un hombre que vestía un vestido de tirantes, sus ojos se abrieron al darse cuenta de que había golpeado al joven y había visto la cicatriz que ocupaba un lugar destacado en la parte superior de la frente.

Tomando la iniciativa, Harry se había alejado apresuradamente, no queriendo ser abordado ni visto con un hombre vestido de manera tan peculiar. Desafortunadamente, esta no era la primera vez que ocurría un compromiso de este tipo. Ollivander no había estado mintiendo cuando dijo que lo reconocerían. Varias veces durante el verano, mientras pasaba un tiempo en el callejón, algo así había sucedido. Extraños al azar le ofrecían una reverencia, y otros, más descarados, le daban la mano y le ofrecían su gratitud por algo de lo que no recordaba. Le irritaba mucho. No le gustaba ser el centro de atención. Una vida de aislamiento siempre lo había dejado al margen de los pensamientos de la gente, y descubrió que ahora no le importaba mucho. Prefería que lo dejaran solo. Que lo dejaran solo significaba que estaba a salvo.

Estas interacciones solo habían servido para despertar su curiosidad en cuanto a lo que Ollivander había aludido, y durante el último mes, había aprendido por qué era famoso, aunque esas razones le dejaron un sabor amargo en la boca.

Según lo que había aprendido a través de un libro y algunos periódicos muy antiguos que había logrado obtener, su fama se debía al hecho de que había sobrevivido a la maldición asesina por cortesía de un Señor Oscuro. ¿Qué clase de nombre era Voldemort de todos modos?

Según el libro, su madre y su padre, James y Lily Potter, habían sido asesinados durante el ataque por el mismo hombre y, como tal, había estado escondido a salvo con sus familiares sin conocimiento de ellos ni de quiénes eran.

Tom había sido un gran consuelo para él durante las últimas semanas, lo había alentado a no concentrarse en el pasado y mirar hacia adelante. El hombre que había matado a sus padres se había ido y no valía la pena pensar en él. Tom se había puesto furioso por él, y extrañamente se había disculpado cuando Harry había abordado el tema con él, reiterando que aunque estaba completamente solo, Tom siempre estaría allí, lo ayudaría donde sus padres ya no pudieran.

El pensamiento trajo una sonrisa a su rostro cuando encontró un compartimiento vacío en el Expreso de Hogwarts, cerró la puerta detrás de él y bajó la persiana para asegurar su privacidad.

" ¿No te parece prudente conocer a algunos compañeros de tu edad?" Tom preguntó por enésima vez.

"No," murmuró Harry. "Son niños, Tom. Son ingenuos. No tengo tiempo para juegos".

Escuchó la voz suspirar en su cabeza.

Había sido un punto de discordia entre los dos. Tom quería que Harry hiciera amigos, pero Harry no tenía ningún interés en hacerlo. En lo que a él respectaba, estaba solo, y estaba mejor solo. No tenía ninguna intención de ser descortés, simplemente no quería formar vínculos estrechos con nadie. Tenía otras cosas en las que quería concentrarse.

El duende en el banco había inspirado sin saberlo al niño a querer restaurar la riqueza de su familia. No sabía cómo iba a hacerlo, pero un buen comienzo sería completar sus estudios lo mejor que pudiera. Hacerlo le daría opciones y necesitaba todas las opciones que pudiera tener.