Final: Estados Unidos

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Habían pasado unos cuantos días desde lo ocurrido y Argentina se habia puesto como meta olvidarse de la organización y nunca, jamás, volver a enamorarse, calificando aquel sentimiento como una revedenda mierda.

Y todo iba considerablemente bien.

Su economía una mierda.

Con un gobierno de mierda.

Una gente de mierda.

Con una grieta de mierda.

Ósea lo normal.

Suspiró mientras dejaba su teléfono de lado.

Mirando por el gran ventanal la vista que le ofrecía Brasilia.

¿Que hacía ahí?... Pues te tenía una reunión con el Mercosur, nada realmente importante, pero decidió ir simplemente para despejarse un poco.

Unos toques en su puerta lo distrajo de su actividad, en la cual consistía en mirar al techo, mientras pensaba en la mierda que le tocó vivir.

Se levanto y abrió la puerta, creyendo que era servicio a la habitación el cual lo había pedido como hace media hora atrás.

Gran error el suyo.

Un golpe fue el que recibió en su rostro.

Su espalda choco fuertemente con el suelo.

_Nos volvemos a encontrar Honey..._ Usa lo miraba con una sonrisa burlona, aunque está no encajaba del todo con su rostro lleno de curitas.

Argentina se levantó con rapidez antes de recibir otro golpe de su inesperada visita.

_Veo que no aprendes más bola de grasa..._ Sonrió altanero nuestro argentino mientras frotaba su adolorida mejilla.

_Jamas, sucio tercermundista..._ Dijo este cerrando la puerta mientras se ponía en posición de pelea.

Y así comenzó, golpes por acá, golpes por allá.

Ambos estaban en buen estado, pero el anglosajón tenía ventaja en ser más fuerte que el latino y más grande.

En cambio Argentina era más rápido, tenía buenos reflejos y un mejor aguante.

En un ida y vuelta las cosas de aquel cuarto habían quedado hecha añicos.

Y lastimosamente en un descuido de Argentina, el cual se resbaló con una camisa suya que había en el suelo, obligándolo a caer de espaldas sobre la cama.

Usa aprovecho eso y se posicionó sobre él, aprisionado sus muñecas con sus manos, con el peso de su cuerpo imposibilitar sus piernas.

La habitación quedó en un completo silencio, solo se oían sus respiraciones.

Ambos no despegaban la mirada del otro.

Podían sentir la adrenalina crecer en sus cuerpos.

_¡Puta madre! ¿En qué momento se formó está tensión sexual?_ Murmuró con disgusto nuestra nación.

_No lo sé... Pero creo que es hora de apaciguarla... A menos que huyas de nuevo como un cobarde..._

Argentina frunció el seño molesto ante aquel comentario.

Y en venganza movió un poco su pierna haciendo que esta haga fricción con la entrepierna del anglosajón, el cual soltó un leve gemido, para luego sonreír y apresar los labios contrarios con los suyos.

Era un beso brusco, en dónde las mordidas no faltaron.

Las caricias eran bruscas.

Era como una competencia, ninguno quería dar su brazo a torcer, ambos querían tener dominio en aquella situación, pero Argentina estaba en desventaja.

Amable C.H (Argextodos)[Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora