8|Menos Diez.

2.9K 363 119
                                    

Jess

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jess


Su pregunta rebota como en un trampolín mental.

Me hace temblar.

Me pone la carne de gallina.

Me consume en el más poderoso de los pasmos.

Las diminutas copias malignas de mí hacen acto de presencia, acomodándose plácidamente sobre mis hombros. Me miran con burla, y maldigo a todas las mantras en mi interior. ¿Por qué demonios siempre debo atraer malas vibras?

¿Por qué demonios tuviste que recordar que me pongo de los pelos cuando estornudo?

¿Por qué le importaría de todos modos?

Reacciona, Jess.

―¿Nerviosa? ―Mis palabras son gaseosas y atropelladas―. ¿Por qué demonios estaría nerviosa?

Para mi desgracia, otro estornudo me hace sacudirme espasmódicamente frente al castaño de ojos chocolate.

Eduardo me señala con su pulgar. No paso por desapercibido la ladina sonrisa que cuelga de sus labios. Disimula malditamente bien. Pero está ahí, brillante en la comisura de sus labios.

―Por eso.

Hundo un hombro como si no entendiese a lo que se refiere. Nunca es demasiado tarde para fingir amnesia.

―¿Nunca has padecido de crisis alérgicas? ―argumento de modo irrefutable.

Eduardo sonríe con los labios en un plano.

―Sí, solo recordé algo muy tonto.

Mis tripas se constriñen. Parte de mí ansía saber si se refería a cuando estornudo porque me pongo nerviosa, o si solo era otra hipótesis.

―Ponme a prueba.

Eduardo me mira fijamente durante un par de segundos antes de acomodarse, recargando la espalda del mueble. Suelta aire por lo boca, y me echa una fugaz miradita por encima de su hombro.

―Recordé que era una de tus manías estornudar ante los nervios ―menciona, haciendo que mi estómago se vuelva tan duro como roca―. Pero, lo has superado, supongo.

Supones.

Asiento de cualquier modo. Hago un estrambótico esfuerzo en esconder el rubor que ha marchitado mis mejillas ante su comentario.

No me esperaba que pudiese recordar algo tan insignificante como ese detalle. No es de mis atributos siquiera. Mi mente se vuelve una desastrosa maraña de pensamientos disonantes.

Me acomodo a su lado, abrazando mis rodillas.

―Bueno, todos hemos tenido que superar muchas cosas.

Conexión Irresistible © [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora