𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 1

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Era un día caluroso, bueno, todos los días eran de esa manera estando cerca de la casa del australiano, un calor intenso que obligaba en ir siempre en camiseta con un short, los dos iban caminando al refugio, el boliviano hizo caso al tipo de vestimenta que pidió, advirtiéndole que ir con algo pesado, lo mataría de calor.

Pero apenas se iba cambiando con lo que tenía el menor, los shorts hizo que se remarcara su cintura, nunca se imaginó que tenía unas curvas, ya que siempre iba con ropa holgada, y de la camisa ni que decir, tallaba su pequeño cuerpo, dándole una figura afeminada, apenas se miró en el espejo por varios minutos, se quedó boca abierto avergonzado, jamás notó que tenía de ese tamaño su cintura, ni para negarse a último momento, australia lo esperaba afuera de su casa con el automóvil de su trabajo.

El pequeño boliviano fue invitado por Australia para mostrarle a sus mascotas que vivían en su refugio, lo más curioso fue que se acercará a él y de la nada dijera que si quisiera ir de excursión con él, comenzó afuera de las puertas de la reunión del pacifista, que raro que él era el menos entusiasta en ir.

———

!Hola chicos¡ quiero mostrar al nuevo integrante del refugio, ¿Alguien quiere ir a verlo? Con gusto se lo mostraré, pero. . . Solo puede ir una persona, sería largo explicar el porqué. Así que será por sorteo.

De allí el primero en gritar de ir fue el mexicano, para después escuchar a Perú, acompañado por Colombia y los demás. Bolivia no dijo nada, le daban miedo lo que tendría en ese refugio, la última vez fue casi mordido por la víbora que traía en el cuello el australiano a la reunión, le daba tanto miedo, no quería ver que bicho raro tenía en ese refugio, que se alejó lentamente del grupo quienes decían "Yo, yo, yo, yo", apenas salía de allí, fue tomado por la mano, jalandoló al centro.

Era Australia quién lo había tomado de la mano antes de que se vaya, la verdad, solo quería una oportunidad de estar a solas con él, de hace ratos pensaba ir directamente a invitarle, pero siempre iba acompañado por sus amigos, era difícil verlo solo después de la reunión, por qué apenas acababa, el menor era rodeado por los latinos. No sabía cómo explicar cómo se sentía cuándo tomó la mano. No sé, pero lo poco seria que casi se le sale el corazón del pecho, ya que sus latinos aumentaron con tan solo su tacto.

Felicidades, tu ganaste el sorteo.

El boliviano lo interrumpió apenas, tratando de formular lo siguiente, no quería hacerlo sentir mal.

A-Australia, yo no quier-

El australiano no logró escuchar, ya que luego de anunciar quien iría, los demás hicieron sus quejas y preguntas del porqué, por respuesta dijo que era al sorteo y no aceptaría quejas, rápidamente disolviéndose el círculo, quedando solo los dos, el boliviano viéndolo con una sonrisa nerviosa, y el mayor con una mueca de Victoria.

Llegando al punto de ya estar reunidos, caminando al refugió, el mayor no paraba de mirar literalmente el culo del pequeño, su pequeña cintura, ¿Por eso era la ropa que llevaba, por eso preguntó si podía ir con su atuendo? ¿Para ocultar semejante cuerpo que cualquiera quisiera tenerlo en su cama? no sabía si sentirse afortunado de ser el primero en verlo de esa manera, tratando de disimular aquello, el menor miro de reojo para notar si iba por buen camino, pero chocaron miradas, para que los dos miren a diferentes lados, uno estaba con el pensamiento de "Se que me veo raro, pero por lo menos se gentil, si no fuera poco también te dije que si podía ir con mi atuendo", mientras el otro pensaba "¡Mierda! Parece que noto que le estaba mirando el culo pero ¡Dios! Espero que no me de una erección."

Llegando ya al refugió, el temor del boliviano estaba allí esperándolo, la víbora que casi le deja sin mano, o más o menos, retrocediendo días al incidente, le decía el mayor que podía acariciarlo, tembloroso el menor, quiso tocarle la cabeza, pero por reflejo la alejo, viendo como casi salta esa cosa a su encima, que jamás lo volvió a intentar, tratando el mayor de convencerle que no hace daño, y solo lo hacía con las personas que tenía confianza, dando como gritos de terror el menor "¡Esa cosa quiso matarme!" No quería volver a ver aquella cosa o acercarse, pero nuevamente allí estaba, y peor aún, en su santuario de lo más espeluznante que vio en su vida.

Mientras todo eso pasaba en su cabeza del pequeño, el mayor pasó sin que se diera cuenta, uno de sus brazos detrás de su espalda, empujándolo levemente, dando señales que no pasaba nada, tratando de darle una vibra de confianza, y estaba seguro, el menor camino lentamente, preguntandó que animal había rescatado, y lo que dijo lo dejó petrificado, "—Un tigre", escuchar apenas la 'ti', detuvo su paso, retrocediendo poco a poco.
———

No, no quiero ver, de seguro le gusta la privacidad, o reconoce tu aroma, esa cosa no me conoce, me matará, t-tengo miedo, Australia. . .

———
Fue tomado nuevamente de la mano, sonriendole con seguridad.
———

No te asuste, está todo bien, no pasará nada, estoy aquí.

No, p-por favor, otro día, ¿Porqué yo? Si muchos querían ir m-menos yo, no quiero, no quiero.

Bolivia no te asustes, no pasará nada, está totalmente controlado, no te matará porque tiene un horario de alimentación.

De todos modos no quiero, d-de seguro esta hambriento, me verá como p-postre, no quiero, pensara que s-soy apetitoso.

¿Y quién no?

¡Q-QUE DIJISTE!

Que puedes confiar en mi, solo lo mirarás de lejos, no te le acercarás, de esa manera te sentirás más seguro.

Australia. . .

Bolivia. . .

———
El menor no estaba para nada seguro, pero la sonrisa calida y su insistencia, dejó que lo guiará a su hábitat, el hogar donde ahora se encontraba el tigre, se conformó con verlo por milisegundos y pedirle que lo guíe a la salida, pero ya era de noche, ¿Cuánto le tomó decidir en verlo? Ni siquiera noto el tiempo pasar demasiado rápido, ya estaba oscureciendo. Respondiendo Australia que sería mejor tenerlo como invitado en su casa, de noche, si eran altas las posibilidades de ser devorado por algún animal salvaje por la zona, un cruel y despiadado carnívoro con ganas de tenerlo como postre al menor, de marcarlo y comérselo el solo, se dio cuenta el mayor que estaba exagerando, pero todo aquello hizo que aceptará el menor, la pregunta sería en este momento ¿Qué pasaba por la cabeza de Australia al mencionar tan horribles cosas? Bolivia se quedará a dormir solo por esa noche, mientras si se podría, el australiano quería saltar de la emoción, ¿tenerlo un día completo? Ya podría morir en paz, si tan solo se enterará el menor que el mayor solo tiene una cama, y encima matrimonial, aunque también una hamaca afuera de su casa. . .

















Continuará. . .
















¡Solo puedo tocarte yo! - AUSTRALIA X BOLIVIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora