3 - Demasiadas respuestas

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Solía ser toda una veterana de las fiestas, pero desde que no me asomaba en una, mi cuerpo parecía haber olvidado el ritmo que tenían. Al sentir el sonido de la música tan fuerte que parecía distorsionarse mezclado con el aroma de la bebida, una nostalgia afloró en lo más profundo de mi mente, recordándome el tipo de vida que solía llevar con normalidad hace tan sólo unos meses atrás. Cuando mis notas escolares eran patéticas y llegaba tan fatigada a casa que ni los regaños de mi padre causaban un gran efecto en mí. Afortunadamente, mi vida había cambiado luego de conocer a cierto chico de ojos celestes y cabello rubio. Tan opuesto a mí que resultaba casi inaudito que fuera la persona que me gustaba.

Cuando lo conocí me asombró lo increíble que era en sus estudios. Además de llevar siempre los trabajos terminados, solía tomar notas mientras los profesores explicaban y luego de cada día se quedaba en la biblioteca para realizar su tarea o leer algún libro; totalmente opuesto a alguien como yo.

Por azares de la vida, el profesor Erwin de literatura me asignó a él, para que mejore mis calificaciones. Por supuesto que fuí bastante difícil al comienzo, todo lo que quería hacer era dormir, pero Armin me exigía que le prestara atención, y luego de tantas vueltas creo que le presté más de lo que debería. No sólo realmente me concentré en las materias, sino también en él. Noté lo mucho que había subestimado el carácter de Armin. Él no sólo era el tímido alumno impecable, de hecho, se volvía sorprendentemente seguro de sí cuando exponía sobre las cosas que leía. La forma en la que me hablaba de las asignaturas entrelazando sus opiniones personales me dejaba asombrada y con ganas de saber más, más de todo eso, pero sobre todo, más de él.

Cuando hablaba sus ojos se volvían más luminosos y hermosos, sus manos pálidas y con pequeños tintes carmesí en sus nudillos se movían al compás de su discurso, mientras su cabello lo acompañaba de lado en lado, como un arco dorado y precioso. Simplemente escuchar su voz y mirar su rostro era lo que más me tranquilizaba y por ello cada vez me emocionaba más permanecer a su lado después de clases, pero a veces desafortunadamente para mí, Armin me sorprendía observándolo. Yo no podía evitar ponerme roja y desviar la mirada; realmente agradeciendo que él no preguntara nada.

¿Qué haría si descubriera lo que siento por él?

Caminé con cuidado para evitar ser empujada por las personas que bailaban de forma descuidada, observando detenidamente a mi alrededor tratando de encontrar a Armin. Según lo que me había contado Mina por teléfono, él había llegado junto a Eren, Connie, Sasha y Mikasa a la fiesta, y al parecer se encontraba muy borracho sin ningún amigo cerca. No me sorprendía que Sasha, Connie y Eren sean tan descuidados y se concentraran demasiado en beber o comer; tampoco me sorprendía que Mikasa no estuviera porque generalmente trataba de cuidar a Eren y permanecer a su lado; lo que me tenía azorada era saber que Armin estaba borracho, siendo él una persona tan admirablemente recta, sabría que tomar en gran cantidad sería arriesgar demasiado. Entonces, ¿Qué lo había llevado a tomar esa decisión?

Después una larga búsqueda en el interior de la casa, un resplandeciente cabello dorado cerca de la piscina en el exterior llamó mi atención. Se encontraba sentado. Mi pecho no pudo evitar llenarse de aire con la emoción que me invadía. Era Armin.

Me acerqué con rapidez, ignorando incluso el saludo de una muy borracha Hitch quien también se aseguró de recordarme de forma muy discreta lo mucho que no solía verme en fiestas. Cuando llegué a su lado, me senté junto a él a su izquierda, agradeciendo inconscientemente que solo unas pocas personas a mucha distancia estuvieran ahí. Prácticamente estábamos solos y en mi interior mi corazón no paraba de latir.

—Armin... —susurré para que se volteara a verme, para mi sorpresa no lo hizo—. Me han dicho que has tomado demasiado, así que vine a acompañarte a casa...

Love shot. | AruaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora