4 - Confesión

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Me desperté con el sonido fastidioso de mi despertador, el cual pude desactivar con una lentitud extraña, pero a la que pronto pude darle una razón: sentía dolor. No era nada alarmante, simplemente un típico dolor muscular que ya me había imaginado tener el día anterior, cuando acompañé a Eren y los demás a un paseo en bicicletas. Por supuesto que no hubiera terminado en estas condiciones si sólo hubiera sido un simple paseo como él y Mikasa habían adelantado, pero todo se transformó cuando nos encontramos con Jean, Connie y Sasha, quienes tuvieron la brillante idea de una carrera hasta la cima de una montaña cercana.

Realmente no pensaba seguirles el juego, hasta podría haber dado la vuelta y volver a casa, si ella no hubiera aparecido en ese mismo instante. Con su cabello rubio totalmente suelto, aún más hermosa que de costumbre; mis ojos no podían desprenderse de Annie. Sin embargo, mi hechizo mental duró extremadamente poco cuando noté que estaba junto a Bertholdt, su novio desde hace un año.

No pude evitar bajar la mirada y enfocarme en el presente, oyendo cómo Eren y Jean pronosticaban su victoria, y también como Connie y Sasha invitaban a Annie y Bertholdt a unirse. En mi cabeza esperaba que ella se negara y se fuera, como usualmente ella haría, pero todo lo que recibí fue una respuesta positiva de parte de Bertholdt, comentando que quería competir contra Connie. Annie resopló aburrida, pero no dijo nada más, simplemente asintió.

Así fue como nos acercamos hasta la montaña y luego esperamos hasta que Bertholdt trajera su bicicleta. Yo me permitía observar a Annie de vez en cuando, encontrádola aburrida observando su celular, y aunque en el fondo deseaba que sus ojos se conectaran con los míos por un segundo, no podía evitar suspirar resignado, esperando que el nudo en mi garganta se aflojara y que mi corazón dejara de sumbar por ella.

Había tenido suficiente tiempo para olvidarla y avanzar, pero cada vez que hablábamos o la observaba en clases, no podía evitar sentir que me encantaba. Su voz, sus ojos, su cabello, aquella personalidad efervescente y todo lo demás que todavía no podía detectar en ella, de algún modo me hacía feliz, incluso si no éramos lo que yo quería, incluso si jamás la besaba, tenía suficiente admirándola y atesorando su compañía.

Me distraje demasiado con mis pensamientos y Mikasa lo detectó.

—¿Está todo bien? —preguntó tocando mi hombro.

—Sólo estaba pensando demasiado... —Fingí una sonrisa para disimular que nada pasaba, pero a ella no la podía engañar.

Me observó con escepticismo, pero luego asintió.

Bertholdt llegó junto a Reiner en su auto, quien dijo que nos esperaría del otro lado de la montaña para llevarnos de vuelta. Annie pensó en subir a su auto, pero Reiner con una sonrisa malévola le dijo que también había traído una bicicleta para ella, y aunque su rostro delataba un odio descomunal hacia Reiner, él no se inmutó en absoluto y al contrario, sacó la bicicleta para Annie con rapidez y se largó antes de que ella pudiera llegar a él.

Todos nos unimos en una misma línea de salida al pie de la montaña, y cuando Connie le dió inicio a la carrera con un grito, un desafiante Eren se despegó de su lugar seguido de un despiadado Jean a quien no se le acababan los insultos hacia mi amigo. Mikasa los seguía por detrás, insistiéndole a Eren que tuviera cuidado con el camino. Connie, Sasha y Bertholdt siguieron después, completamente metidos en su mundo.

Particularmente yo no quería competir y tampoco lastimarme teniendo algún desafortunado accidente, así que los seguí a un ritmo normal, acompañado de Annie, quien observaba hacia delante con desinterés. Si bien su compañía me hacía sentir un poco ansioso, no quería adelantarme y dejarla sola, de hecho, esperaba que ella se adelantara y me dejara atrás, pero para mi sorpresa, ella mantenía su ritmo igual al mío.

Love shot. | AruaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora