III

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"En un lugar diferente,
un tiempo diferente,
pero mi amor sigue siendo el correcto."

—For You, EXO

La primera vez que Hua Cheng tuvo un destello del pasado se encontraba caminando de regreso a casa bajo la lluvia

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La primera vez que Hua Cheng tuvo un destello del pasado se encontraba caminando de regreso a casa bajo la lluvia. Su impermeable rojo protegía bastante bien su pequeño cuerpo y la sombrilla —igual roja— que sostenía con ambas manos mantenía las gotas alejadas de su cabeza.

Hoy también se había escapado de casa, no porque tuviera problemas, era sólo que Hua Cheng se sentía un poco sofocado dentro de ella. A veces tenía la sensación de que no pertenecía a ese lugar, que su lugar ideal estaba lejos de él, más allá de su alcance.

Con tan sólo seis años de edad no podía entender del todo ese sentimiento, ni brindarle un motivo del por qué. Así que cada vez que se sentía desesperado y ansioso, salía de casa y caminaba por las calles para despejarse.

Esta tarde era especialmente nublada, por lo que previendo que quizá llovería empacó su impermeable y su sombrilla favorita. Cuando las primeras gotas comenzaron a caer supo que era hora de regresar, incluso si preferiría no hacerlo.

Para su corta edad Hua Cheng era bastante perspicaz, motivo por el cual no le suponía ningún problema recordar el camino a casa. Se topó un par de veces con adultos que creían era un niño extraviado y se ofrecían a acompañarlo, pero Hua Cheng siempre los ignoró, dando negativas y continuando su recorrido con indiferencia.

También era un niño con un carácter especial.

A raíz de eso decidió tomar otra ruta que no fuera tan transitada; se coló por calles secundarias, y agradeció a esta tormenta por mantener a las personas en sus hogares. De esta forma existían menos peatones con los que cruzarse.

Caminaba de manera tranquila, con la vista fija al frente. No fue hasta que se topó con un jardín que Hua Cheng detuvo sus pasos. El pequeño jardín pertenecía a una casa de la zona, como se hallaba en el patio exterior era visible para los transeúntes.

Hua Cheng se vio extrañamente atraído, no por las decoraciones o la disposición del lugar, sino que, en la parte frontal más cercana a la acera, una bella flor de color blanco puro descansaba y se alzaba orgullosa.

Sus blancos pétalos la hacían resplandecer y destacar por sobre todas las demás, atrayendo a cualquiera que decidiera pasar por ahí. Hua Cheng observó cómo las gotas de lluvia golpeaban una y otra vez esta flor tan bella, haciendo que se tambaleara de un lado a otro.

Por un instante tuvo un miedo irracional a que algo tan frágil terminara por romperse, por lo que se encaminó hacia ella y cubrió la delicada flor con su propio paraguas, inclinándolo un poco y evitando que la lluvia continuara cayendo sobre ella.

Fue entonces que sucedió.

Hua Cheng se vio atrapado en la visión de una escena similar: una blanca flor, cubierta de gotas que no eran cristalinas, sino rojas; el sonido de lluvia cayendo sobre él, el hedor de la sangre y una sensación de nostalgia en su interior.

Reaching YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora