°• ░ 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝑰𝑰 ░ •°

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Cepillaba su cabello castaño oscuro y lacio, con muchísimo cuidado

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Cepillaba su cabello castaño oscuro y lacio, con muchísimo cuidado. Normalmente no le importaría mantener una apariencia arreglada, con que sea mínimamente decente le bastaba, pero si quería caer bien, y no ser juzgado de apariencias, le convenía seguir los consejos de sus tutores adoptivos.

Sus nervios realmente eran notorios, y por más que intentase disimularlos, o disminuirlos, le era imposible, pues estaba apunto de embarcarse a su más grande aventura hasta el momento.

─Promete que te comportarás, y serás más desconfiado con quienes no conozcas─.

─Pero no conozco a nadie─.

─Exactamente─.

─Bien... tendré cuidado, y me portaré bien─.

─Perfecto... usted ya está grande para hacer tonterías, no es un niño, y si quiere conocer el mundo, hágalo con los ojos abiertos, pero no con las manos atadas─.

─No te entiendo nada, tío─.

─Espero no seas tan lento cuando pises tierra firme─.

─Lo intentaré... adiós, y gracias por todo─.

─¿De verdad no quieres quedarte un tiempo más?─.

─¿Enserio lo preguntas?...─.

─Agh, está bien, márchese joven, y compórtese por favor, o sino tendré que ir yo mismo a traerlo de las orejas hasta acá─.

─No te veo cruzando el puerto, tío─.

─Y tienes razón─.

─Bueno, ahora sí─ el chico tomó sus maletas y abordó su pequeño barco; dedicó un rápido vistazo hacia quienes le saludaban en el puerto ─Adiós─.

─Hasta luego, Mono... hasta luego─.

Aquel que había sido la única persona en el mundo, realmente importante para él, ahora lo saludaba entre la espesa niebla, de la playa en pleno amanecer. El agua simplemente lo guiaba hacia donde creía, estaría el primer lugar donde consideraría quedarse, quizás.

Su corazón ciertamente necesitaba manifestarle pasión por la vida, y para ello requería hallar una forma diferente de hacerlo, por lo que las olas moviendo su pequeña barca, lo guiaron a donde creía, estaría su nuevo hogar.

Su casa; el lugar a donde pertenecería; el primer amor de uno de tantos más, que vendrían a su tiempo, mientras seguía explorando y conteniendo curiosidad, y ansias por el mundo. Y tal cual el Sol ayudaba a marcarle no muy lejos el horizonte, continuó su camino; sin detenerse, y siempre mirando hacia el frente, como repetidas veces se lo habían indicado.

Libertad, ¿era aquello que buscaba?; ¿era eso lo que planeaba hallar más allá del horizonte?; ¿era libertad lo que su corazón deseaba?. Pues, hasta el momento, eso parecía ser lo único que lograba hacer vibrar su corazón.

𝐋ú𝐜𝐢𝐝𝐨 𝐀𝐧𝐝𝐚𝐥𝐮𝐳 ─ || ᴸⁱᵗᵗˡᵉ ᴺⁱᵍʰᵗᵐᵃʳᵉˢ ² ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora