°• ░ 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝑽 ░ •°

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[Las rolas en francés dominarán el mundo, wacho]

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Un nuevo día respirando aire de ciudad; un nuevo día que agradecer, aunque penosamente, igual a los anteriores a pesar de lo especial de la festividad

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Un nuevo día respirando aire de ciudad; un nuevo día que agradecer, aunque penosamente, igual a los anteriores a pesar de lo especial de la festividad. La castaña cepillaba su cabello mientras en la cocina, una jarra con agua hervía, dentro de muy poco lo suficientemente lista, para transformarse en el agrio café de la mañana.

Había terminado la llamada de la semana con su madre, y ahora, recordando gracias a esta viejas tradiciones, comenzó a arreglarse un poco el flequillo con unas tijeras.

─Horrible...─ cada corte que hacía solo parecía empeorarlo, y no tenía paciencia y delicadeza en un momento así; esperaba una visita.

Para su sorpresa, el timbre de su apartamento nunca sonó, pero si se encontró con una inesperada y alarmante sorpresa, en el balcón.

─Mono, ¡¿pero qué haces ahí?!, ¿cómo subiste?, ¡te vas a caer!─.

─Eehh, no te preocupes─ el chico hacía equilibrio mientras terminaba de desenganchar su sobretodo café, del balcón de al lado ─Estoy muy bien, tú solo abre la reja que sino no puedo pasar─.

─Santo cielo─ la chica corrió a una mesa que se hallaba en la misma sala de estar, donde estaba ella, y volvió en dirección al balcón ─La verdad no sé porqué haces estas cosas, pudiste entrar por la puerta, ¿no ves que me das el susto de mi vida?─.

─Quería hacerte una sorpresa así que...─ la reja se abrió; el chico calló al suelo luego de desenganchar su pantalón, y solo quedó frente a los pies de su amiga ─¡Sorpresaaa!─.

─A veces tus locuras comienzan a parecerme síntomas de una enfermedad mental progresiva─.

─¿Una qué?─.

─Nada, déjame te ayudo a ponerte de pie─.

La chica le extendió su mano al muchacho, y este enseguida se agarró de esta, para luego aprovechar el impulso que la otra ejercía en reversa, y ponerse de pie. Con algo de equilibrio, y un poco mareado, miró a su amiga a los ojos, sin quitarse la bolsa de papel de la cabeza.

─¿Recuerdas que día es este?─.

─Claro que sí, nuestro aniversario de amistad, y el día en que nos conocimos─.

─Perfecto entonces─ el chico abrazó con fuerza a la castaña, quien a pesar de parecer desprevenida, ya estaba acostumbrada a las muestras de afecto de su amigo ─Por poco pensé que lo olvidabas─.

─Eres parte importante mi vida, mi estimado Mono, jamás lo olvidaría─ la chica correspondió el abrazo, sin darse cuenta del sonrojo que se formó en las mejillas del contrario ─Me estaba haciendo un café, ¿quieres uno?─.

𝐋ú𝐜𝐢𝐝𝐨 𝐀𝐧𝐝𝐚𝐥𝐮𝐳 ─ || ᴸⁱᵗᵗˡᵉ ᴺⁱᵍʰᵗᵐᵃʳᵉˢ ² ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora