Epílogo

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Escucho voces, pero no son claras.

Me duele todo el cuerpo, sobre todo la cabeza.

Abro mis ojos.

¿Dónde estoy?

El techo es blanco, mejor dicho toda la habitación, hay una luz que está palpitando y hace que cierre los ojos, escucho el pitido de algo.

— Creo que es lo mejor, mi esposo y ello lo hemos hablado y ya casi cumple 6 años así, lo pueden desconectar — esa voz.

— ¿Está segura? — pregunta un hombre.

— Si — solloza mi madre —, ya no quiero que sufra más.

— Está bien — se escucha abrir la puerta.

No puedo hablar.

— Mark, lo siento cariño — se escucha más cerca la voz —, perdón por hacerte sufrir todos estos años — ¿de qué habla?

Se para a lado mío.

— Perdón Mar... — sus ojos conectan con los míos —. ¡Liam! Llama al doctor — grita.

— Oh Mark, cariño, no puedo creerlo — llora tocando mi cara.

Entra el doctor junto a varias enfermeras y sacan a mi madre. ¿Qué sucede?

(...)

Había quedado en coma hace casi 6 años, un señor ebrio me había atropellado cuando iba corriendo.

Me dieron más de 10 paros cardiacos mientras me encontraba en coma, estuve a punto de morir más de 5 veces, pero aquí estoy, intentando salir adelante.

Había pasado dos mese desde que desperté.

Recuerdo a Maximo haberme ido a visitar junto a su esposa y a Luca junto a su prometida. Ellos habían hecho su vida. Maximo había dicho que no se quería casar hasta que despertara, pero al ver que había muy poca probabilidad se terminó casando con Maya, su esposa.

Luca se acababa de comprometer con una chica que por lo visto conoció cuando sucedió el accidente.

Nicole... Nicole ya tenía 20 años, y no... no pude verla crecer.

Y T/n... esa chica que estuvo junto a mi el primer año que estuve en coma.

Mi madre me contó que ella fue la que los marcó, que ella vio todo. Pregunté qué sucedió con su Beca

Ella dijo que hablo y se la lograron aceptar para el otro año y que Zack se fue, aunque él igual quiso quedarse, pero T/n no lo dejo.

Un año después T/n se fue a España, desde entonces perdió la esperanza de que despertara. Me contó que estuvieron en contacto con ella por tres años más, hasta que ya no contesto, cree que cambió de número.

Así que le pregunté a Maximo si tenía su número, quería saber cómo estaba, ¿acaso seguirá con Zack?

Maximo no quiso contarme, tampoco Nicole, dijeron que mejor la olvidara, pero insistí demasiado y logré que me soltaran algo esencial.

— T/n esta aquí en Los Ángeles.

No sabía si aún vivía en ese apartamento o se alojaba en otro lado, así que decidí ir al que era su apartamento, pero al tocar me abrió una señora anciana.

Lo siento, los dueños del apartamento se mudaron hace unos años.

Así que no supe a donde más ir.

Días después me encontraba caminando hacia un parque cerca de la casa que rentaban mis padres, necesitaba pensar.

Le rogué a Maximo, pero jamás me quiso pasar el número de T/n, así que la busque por redes, pero jamás la encontré. ¿Acaso se esfumó?

Estaba apunto de llegar al parque cuando lo vi, ahí estaba Kevin, el mejor amigo de T/n, sentado en una banca junto a varias bolsas.

Sería mi oportunidad, le podría preguntar por ella. Pero al estar a unos metros de él, una pareja se le acercó. La chica estaba comiendo un helado y el que parecía su novio, llevaba dos helados, supongo que uno para Kevin.

No podía verlos bien, ellos me daban la espalda. Kevin soltó un comentario que pareció hacer reír a la chica que terminó volteando y ahí es cuando la vi. En frente de mi estaba T/n... ella seguía igual que como la recordaba, solo que... ella estaba embrazada.

El chico a su lado igual giró y... era Zack.

T/n esperaba un hijo de Zack.

Me escondí atrás de un árbol, no quería que me viera.

Y por fin entendí porque Maximo y Nicole me dijo que no la buscara. Ellos lo sabían.

Me quede unos minutos atrás del árbol viendo como reían y en algunos momentos T/n se acariciaba su estómago, como Zack la abrazaba, como Kevin sacaba pequeña ropa de las bolsas.

Sentí mis mejillas humedecerse.

Ella había hecho su vida. Se había ido a España, había seguido su noviazgo con Zack, se había casado y ahora estaba esperando a un bebé.

Ya no podía.

Era... era hora de dejarla ir.

Adiós — murmuré.

Me di la vuelta y regresé a casa.

Si ella es feliz, yo también lo soy.

FIN

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Back to you|Mark Anastasio|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora