Capitulo 4 ❤

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Corregido por Lou <3

Entro por las puertas del gimnasio sin fijarme en la gente, y busco con la mirada un puesto en donde pueda entrenar en paz. Camino hacia una esquina donde no veo a nadie ejercitando y dejo mis cosas allí. Durante estos días tengo que estar cien por ciento concentrada en lo que hago, sin distracciones. Las competiciones anuales están por empezar, y tengo que ganarlas. Pelear es lo único que sé hacer bien y, además, se gana muy buen dinero.

Comienzo a calentar con lo básico mientras espero la llegada de Will. Se volverá loco cuando le diga lo que quiero hacer, pero mi decisión ya está hecha. Él no me conoce, no me lo va a impedir.

Empiezo saltando la soga, aumentando la velocidad cada vez más. Este ejercicio siempre me relaja. Mientras lo hago no pienso en nada. Sentir que mis músculos se esfuerzan me encanta, la adrenalina que obtengo solo de hacer las cosas que me gustan me fascina.

Cuando termino me dirijo hacia la bolsa y comienzo dando golpes laterales, zurdos y diestros. Me imagino que es mi peor enemigo. Oh... ya sé a quién me imagino. Sus ojos negros al igual que el carbón me miran burlonamente, su pelo castaño alborotado, su mandíbula cuadrada. Mi enojo va en aumento cada vez que los recuerdos llegan y comienzo a pegar sin pudor, incluso siento que el saco caerá debido al balanceo. Veo la traición, las mentiras que salieron de su puta boca, y lo que hizo con ella también. Fue mi culpa por creer cosas que no son, en personas que fingen y se usan. No se debe confiar en nadie, por más agradable que se vea.

Mis músculos se tensan, y es cuando me doy cuenta de lo cansada que estoy. Mis jadeos se escuchan por todo el lugar, no hay ningún ruido aparte del que sale de mí. Miro alrededor y noto que todas las miradas de quienes están en el gimnasio se concentran en mí. Mierda... ¿hice algo mal?

Un carraspeo me hace voltear a ver a Will.

-¿Te desahogaste con el saco? -me pregunta.

Asiento.

-¿Hace cuánto estoy aquí?-pregunto desorientada.

-Más de tres horas y media, Brith. Te llamé la atención varias veces pero tú no me escuchabas. No descansaste ni una vez -hace una pausa y me regaña- no vuelvas a hacerlo, sabes que tienes que darte un descanso mínimo.

Guau, la hora pasó volando.

-Bien -digo simplemente y comienzo a guardar mis cosas. Me excedí un poco con eso de no parar. Ya siento las consecuencias: mis músculos están que arden de lo adoloridos que están.

Me dirijo al baño y tomo una ducha con agua puramente caliente. Dejo que mis pensamientos se vallan con el agua y trato de relajarme, para aliviar el dolor. Mis nudillos duelen por el roce de los guantes, y trato de calmarlos dándoles un suave masaje. Ah... eso se siente tan malditamente bien.

Una vez que termino me cambio con un short de baloncesto, una remera musculosa negra con el logo de superman -el cual tuve que colocar yo misma-, y unas zapatillas deportivas. Ato mi pelo azul en una cola de caballo alta, una vez que lo seco, y salgo del baño en dirección a Will.

Él se encuentra parado al lado del ring, frunciéndole el ceño al celular. Cuando llego le toco el brazo y él se vuelve a mirarme. Sin decir nada le entrego la hoja de inscripción para las competiciones. Al terminar de leerlo me mira.

-Dime que no es cierto -su ceño fruncido nunca desapareció, solo que ahora se profundizó más de lo que estaba.

-Sí que lo es. Y quiero que seas mi entrenador. Confío en ti para hacerlo -respondo sin rastro de emoción.

-Brith, ¿sabes que esta competición no solo es dura, sino malditamente difícil? No solo peleas con mujeres, lo haces con hombres. Hombres que pueden llevarte dos cabezas de alto y treinta quilos de peso.

Me limito a asentir con decisión y determinación.

-Tranquilo. Sé todo lo que hay que saber de esa competición -contesto después- busqué en internet todas las reglas y demás -estoy mintiendo. -¿Puedes ser mi entrenador?

-Entonces... sabes que tendremos que viajar a donde nos toque, ¿no es así? -ruedo los ojos y afirmo. -Está bien, lo haré -dice luego-. Tendremos que entrenar mucho, así que te espero mañana a las cinco de la tarde. No te retrases.

(°°°)

Llego a mi habitación y la encuentro vacía. Dejo mis cosas en el suelo y me fijo en la nota que dejó Claire en mi cama:

"Llevé a Molly a por un helado. Matt también está conmigo, no te preocupes.

PDTA: ¡Olvídate de que te levemos uno!

XOXO... Claire J."

Genial, puedo descansar.

Ustedes quizás se pregunten... ¿cuáles son mis notas aquí en la universidad? Bueno, créanlo o no, soy casi la mejor de las clases. Aunque son malditamente aburridas, presto atención a lo que los profesores explican. Soy rápida en entender las cosas y memorizarlas, siempre lo fui. Las tareas las termino rápidamente antes de ir a entrenar, o las hago en clase. No soy de retrasarme con los ensayos en equipo porque le explico siempre a mi grupo que me encargo yo sola. Digan lo que digan los hago a mi manera.

Me tiro boca abajo en mi cama y me tapo con las sábanas. En la competencia se eligen parejas al azar que tendrán que pelear. No importa si son de distinto sexo o peso. Tendrán que pelear. Nadie te puede ayudar cuando estés sin aliento. Te sacan solo cuando estas a punto de morir, o te rindes y sales de la competencia. Esas son las reglas... algunas de ellas.

Te metes solo en eso, así que debes medir las consecuencias. Si no entrenaste lo suficiente te destrozarán ni bien te vean. Si no lees bien las habilidades del oponente, podrías llegar a morir.

Tú elijes entrar y tú elijes cómo salir.

Never to fall down (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora