Capitulo 21 ❤

36K 2.2K 265
                                    

Caleb me ayuda a levantarme del suelo y me sonríe cálidamente.

- ¿Quieres hablar?- pregunta frotando suavemente mi brazo. Me alejo lentamente haciendo una mueca.

- No

Camino hacia el saco y comienzo a pegarle con toda la furia que carcome mi interior. Él tan solo se queda en su lugar mirándome tranquilamente mientras me descargo de todo el enojo y las ganas de matar a alguien. Golpeo más y más fuerte ante las repentinas imágenes desgarradoras que aparecen en mi visión. Trato de alejarlas pero se niegan a irse. Gruño. Lágrimas de enojo salen sin mi consentimiento, y una por una ruedan por mis mejillas. No paro de pegarle al saco, imaginándome que es el estúpido de Zatch.

Dos horas más tarde, estoy jadeante y en un mar de lágrimas de frustración y enojo, mientras que estoy arrodillada y con mis manos cubriendo mi cara. No tenía que mostrarme débil frente a Caleb pero no lo pude evitar. Me derrumbé y él me dejó mi espacio. No trató de sacarme información de nada de lo que pasó hace unas horas atrás en el camerino ni tampoco preguntó nada al respecto. Agradezco eso.

Una vez que me calmo lo suficiente como para levantarme del suelo e irme a mi habitación, me paro y tomo aire, calmándome. Paso por al lado de Caleb sin dirigirle una mirada y me dirijo al ascensor. Llego a mi piso y abro la puerta, camino desanimadamente hacia mi cuarto ignorando las miradas confusas de todos y entro a mi habitación. Me saco las zapatillas y las tiro por algún lado, me acurruco debajo de las frazadas y colchas de mi cama y cierro los ojos. Dejo que lagrimas silenciosa caigan y se estrellen en el colchón, mojándolo.

Mi abuela no merecía morir. Fue mi culpa por jurarle no ir a ayudarla cuando lo necesitaba, pero ella era tan terca que cuando algo se le metía en la cabeza nunca lo dejaba. Pensó que nadie le haría nada y que solo la querían asustar, pero se equivocó y murió. Lo bueno es que no sintió su muerte, sino que lo hizo dormida y no se dio cuenta. Pero se fue igual y eso no cambia como me siento. Culpable. Yo no estuve para ella. No puede protegerla porque ella me lo impidió.

Sollozos silenciosos salen de mí sin parar. Zatch logró lo que quería, que me derrumbara. Que recuerde. Que llorara y sintiera.

Siento el peso de alguien a mi lado y luego a unos brazos envolverme. Me estrecha contra su pecho, dejándome manchar con mis lágrimas su remera. No abro los ojos pero me aferro más a esa persona, necesitando protección, consuelo. No es necesario abrirlos a causa de que se con certeza quien es.

Desata la cola de caballo en la que mi pelo está y me peina suavemente con la mano, dándole masajes a mi cuero cabelludo. Agarro su camiseta en mis puños y me acerco a él, desesperada por sentir su calor reconfortante propio de él. Con su mano libre me abraza por la cintura y se queda allí durante un largo rato hasta que mis lágrimas cesan.

Luego me arrepentiré de todo lo que está pasando pero en estos momentos todo me da igual. No me deprimí así desde hace dos años pero mírenme ahora. Soy un asco.

- ¿Estas mejor?- pregunta Caleb susurrando. Asiento y suspiro.

Trato de alejarme pero sus brazos me lo impiden.

- Quédate así, estoy cómodo.

Puedo notar su sonrisa mientras los dice.

- Gracias.- digo sinceramente. Si no hubiera estado, no sé qué habría hecho.

- Para algo están los amigos.- dice mientras se junta más a mí, aunque no creo que podamos estar más pegados de lo que estamos ahora.

Amigos. Sí, claro. Esa palabra suena rara para mí y nuestra "situación" por así llamar nuestra... ¿relación?

Never to fall down (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora