72 Encuentro efímero (III)

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El Tai Chang había estipulado hace mucho tiempo ciertas regulaciones, sus seguidores sólo se podían arrodillar ante el cielo y la tierra, por lo que incluso aunque vieran al Maestro Nacional, arrodillarse ante él también estaba prohibido, en cambio tenían que mostrar sus respetos con una inclinación.

Sin embargo, estas alrededor de cien personas llevaban ropas blancas con mangas largas y máscaras horripilantes con patrones de bestias, se inclinaron en silencio y ordenadamente hasta el final, creando una escena realmente imponente, pero había algo más en esa magnificencia, una sensación de sorpresa solemne, si cada una de esas personas hubiera ofrecido un par de inciensos, el sacrificio hubiera sido suficiente para llegar hasta los cielos.

Para las personas ordinarias, esta escena era bastante suntuosa, pero para Xue Xian no era nada. Sin embargo, la razón por la que estaba un poco aturdido era sólo porque había sucedido de manera completamente inesperada.

Nunca le ponía mucha atención a los asuntos de los mortales y ni siquiera se molestaba en tratar de entender los nombres de instituciones oficiales ya que cambiaban de tiempo en tiempo junto con el cambio de dinastías. Después de todo, no tenían nada que ver con él, por lo que cuando vio el nombre de Tai Chang, no sintió nada. En realidad, una o dos cosas podrían inferirse de las ropas y las máscaras de esta multitud de personas... Desgraciadamente, eran las personas del gobierno encargadas de realizar los ritos y sacrificios para los dioses.

Había vivido por demasiado tiempo y hasta ahora se había topado con una situación como esta, por lo que casi escupe inconscientemente. '¿Me vinieron a perseguir para pedirme que traiga la lluvia?'

Sin embargo, antes de que pudiera hablar, Xuan Min frunció el ceño y dio un paso adelante, coincidentemente tapando parcialmente a Xue Xian que quedó detrás de él. Inmediatamente vieron que su expresión se heló por completo, barrió con ojos helados a las personas que estaban enfrente y preguntó. "¿Quiénes son ustedes?" 

¿Quiénes son ustedes?

¿¿Quiénes son ustedes??

Al frente de la comitiva, la oficial Tai Bo y el oficial Tai Zhu, que estaban a punto de abrir la boca para saludar al Maestro Nacional, se quedaron inmediatamente aturdidos.

Sin embargo, habían sido instruidos en el Tai Chang y obviamente no perderían su dignidad enfrente de otras personas. Los dos mantuvieron su postura inclinada y giraron las cabezas para mirarse el uno al otro, los dos con los ojos llenos de desconcierto.

¿Se habían equivocado de persona? ¡Eso era imposible!

La figura, el temperamento y la postura eran las del Maestro Nacional y ni siquiera necesitaron esperar a que se acercara a ellos, ¡lo habían reconocido con una sola mirada!

Pero esa frase, ¿quiénes son ustedes?, ¿qué significaba?

¿Lo había hecho a propósito? ¿Sería posible que estuviera en una situación importante y le era inconveniente revelar su identidad?

La oficial Tai Bo y el oficial Tai Zhu habían entrado el mismo año al Tai Chang y no era una exageración decir que habían crecido juntos como jóvenes enamorados, no tenían necesidad de preguntar las cosas, tenían un entendimiento tácito entre ellos. Los dos intercambiaron miradas y llegaron a un acuerdo.

Es sólo que en cuanto esa presunción llegó a su mente, de repente escucharon un suave siseo cerca.

Los dos se quedaron aturdidos por un momento cuando percibieron el sonido del siseo, era un fuego que había aparecido al lado de los dedos de la oficial Tai Bo en un momento desconocido. Ese fuego se disipó en un parpadeo, revelando un papel doblado en el corazón de la llama.

-Monedas de Cobre- Libro 4 Sin CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora