60 Hueso envuelto en seda (V)

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Esta montaña Boji era como su nombre lo sugería, estaba ubicada detrás de un bosque y cerca de una pequeña aldea a las afueras del Distrito Qingping. En la ladera de solana a los pies de la montaña había enormes campos de arroz y, a simple vista, lucía fresca y hermosa, medio oculta por una delgada capa de bruma.

Sin embargo, su nombre de abanico de bambú se debía a que tenía una garganta pronunciada en la parte de atrás, esta garganta estaba completamente cubierta por neblina todo el tiempo, era muy densa y, si uno se paraba en la cima de la montaña e intentaba mirar hacia abajo, no se podía ver como lucía la base. En algunas ocasiones, hubo personas que perdieron el equilibrio y se desplomaron, también personas que, invadidas por la curiosidad, se aventuraban ahí, pero nunca nadie regresó.

Como resultado, había muchos rumores acerca de la montaña Boji y sus alrededores, algunos decían que había un gran número de personas que habían perdido la vida en ese lugar y que era simplemente una fosa común llena de huesos. Otros decían que había personas viviendo ahí y que ocasionalmente se podían escuchar palabras difusas, llantos de bebés y sonidos de movimientos grotescos, pero nadie sabía si provenían de personas o fantasmas.

Había opiniones variadas, pero ninguna podía ser confirmada.

Diez años atrás, había muy pocas personas dispuestas a cortejar a la muerte en ese lugar, pero ahora nadie se atrevería a arriesgar su vida de esa manera. Incluso la leyenda había ido cayendo en el olvido y poca gente hablaba de ese lugar. Las generaciones más jóvenes sólo sabían que existía la montaña Boji y que no podían ir ahí, pero no sabían mucho más.

La caballería Tai Chang avanzó en ese lugar, evitando las pequeñas aldeas y los campos de arroz de la ladera solana, dirigiéndose directamente a la ladera umbría de la montaña. No tuvieron que avanzar mucho para divisar la neblina de la Montaña Boji.

El oficial Tai Zhu levantó la mano de nuevo, haciendo que las personas detrás de él se detuvieran, se dio la vuelta y pregunto. "Niña, ¿qué camino debemos tomar en esta intersección?"

De las dos rutas enfrente de ellos, una evitaba la garganta de la montaña y llevaba a la ladera solana, mientras que la otra llevaba al lado que estaba completamente sumergido en la niebla.

La densa neblina era húmeda y fría, emanaba una indescriptible y penetrante fragancia a alguna hierba o incienso medicinal. En resumen, ya fuera por la apariencia o el aroma, tenía una apariencia tóxica.

La oficial Tai Bo ya había confirmado la ruta varias veces a lo largo del camino, pero volvió a revisar el caparazón de tortuga en este momento y finalmente, mirando la densa neblina, habló con el rostro solemne. "Es correcto, tenemos que ir por ahí."

El oficial Tai Zhu suspiró. "Ay." Giró la cabeza hacía atrás y dijo. "No deben hablar, todos cúbranse el rostro... y los ojos."

Después de todo, todos ellos tenían un cuerpo humano, nadie era lo suficientemente estúpido como para actuar arrogante e imprudentemente en una situación como esta.

Después de escuchar esas palabras, todos los integrantes de la caballería sacaron un pequeño y exquisito bolso bordado de una de sus mangas, primero sacaron una pastilla que servía para soportar el envenenamiento y se la metieron a la boca, luego sacaron un simple saquito lleno de hierbas aromáticas y se lo acomodaron debajo de la máscara.

La oficial Tai Bo sacó una pequeña campana lunar de una de las bolsas de la silla del caballo, era de plata y tenía forma de estrella. 

Levantó la mano para sacar un bonche de amuletos de papel, aventó uno hacia la densa neblina, sacudió la campana lunar tres veces y luego espoleó la panza del caballo. El caballo comenzó a avanzar establemente hacia la neblina envuelto en el agudo tintineo de la campana.

-Monedas de Cobre- Libro 4 Sin CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora