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Por suerte mi amigo pudo quedarse y hacerme compañía hasta el atardecer. Nada extraño sucedió mientras permanecimos juntos. Las notas que me habían dejado permanecían en el mismo lugar donde había aparecido, por lo que él sabía que este "juego" iba en serio. Aun así, logramos permanecer tranquilos mientras estuvimos juntos en el living de la entrada, por más que en el ambiente se sentía una fría e incómoda atmósfera. Sentía que no éramos los únicos allí.
*
Para cuando el sol se había ocultado, ya estaba nuevamente solo en casa. Esta vez ya sabía qué podía hacer para frenar esto. Ya lo sabía, pero aun así tengo miedo. No sé que podría pasar. Solo espero que funcione.
*
Me dispuse a cerrar todas las ventanas de la casa. Claro que lo único que debía hacer era bajar las persianas de cada una de ellas. A medida que lo hacía, podía ver mi reflejo manifestarse sobre la ahora oscura superficie. Permanecí atento a cada ocasión, esperando la siguiente señal.
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Apareció.
Finalmente apareció.
Una vez más había sucedido.
Una maldita vez más.
Por más que me había preparado para semejante hecho inexplicable, no pude evitar sobresaltarme cuando descubrí la nota pegada del otro lado del reflejo. Una vez más se hallaba fuera de mi alcance.
*
Esta vez la nota solo contenía una única palabra. Una palabra que hacía que se me revolviera el estómago, se me secara la garganta y me temblaran las piernas como nunca antes.
"Veámonos".
*
Recordé al instante lo que me había dicho mi amigo. Por ahora se mantenía todo según el plan. Debía hacer lo que me dijo. No tenía más opción.
*
Tomé la lapicera, escribí una nueva nota y la pegué justo al lado de la que acababa de aparecer.
"Ok. Esta noche".
***

Al otro ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora