Prólogo

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Miraba el cielo, nunca podía creer que llegaría a estar sin preocuparme o pensar mucho sobre las cosas, normalmente si no era una era otra, pero ese día fue la excepción yo me sentía libre, feliz, relajada y aceptada. Sosteniendo el cigarrillo con mi mano, exhale el humo de mi boca y gire mi cabeza para poder mirarlo mientras me hablaba sobre como pensaba que no debería de existir la salsa de piña, creo que nunca habría conocido a una persona tan quejona como él, se quejaba de todos y sobre todo, si pensaba algo lo decía, él usaba la excusa de que sus palabras podrían ayudar al futuro, pero pura mierda, solo le gustaba ser directo y sincero, infinidades de veces hubiera deseado ponerle una cinta en la boca para que se callara, pero al mismo tiempo su voz era lo único que quería escuchar.

-Me estás escuchando, pareces idiota mirándome la cara-Dijo mientras fruncía el ceño algo confundido- En que mundo estas, Helen, parece que hubiera venido un extraterrestre y te hubiera succionado los pensamientos.

Hay esta lo de que nunca se callaba si pensaba algo, yo solo solté una pequeña risa mientras tapaba mi boca, no quería que este momento acabara nunca, él solo al ver mi acto suavizó su rostro y empezó a reírse también, esto era tan estúpido, él no sabía por qué me reía y aun así me seguía la cuerda, siempre lo hacía.

-Lo siento, me distraje un poco-Dije intentando calamar mi risa- Vamos, vuelve a repetir lo que me dijiste, te pondré toda mi atención, lo juro.

Él solo se dedicó a hacer un movimiento con su mano indicándome que no importaba mientras que negaba con su cabeza suavemente con una sonrisa. Me perdí en su sonrisa y volví a sumirme en mis pensamientos de nuevo no logre darme cuenta de que él se estaba parando, mis comisuras se elevaron un poco mientras lo miraba a la cara, mis ojos miraron a su mano, ya que él me la estaba ofreciendo para ayudarme a parar, volví a mirarle a los ojos para acto seguido tomar su mano y levantarme, me tomo de sorpresa cuando me atrajo hacia él haciéndome votar el cigarrillo de mis manos y me dio un cálido abrazo.

-Te estaba empezando a echar de menos-Dijo acariciando mi espalda suavemente con una mano y apoyando su cara en mi cabeza.

Yo solo correspondí el abrazo sin quitar mi sonrisa, sus abrazos siempre me habían hecho sentir segura, apoye mi cabeza en su pecho dedicándome a escuchar su corazón, ese que con su sonido cada vez que lo escuchaba me tranquilizaba, creo que podría decir que él era paz, no importaba que pasara él siempre estaría tranquilo y con indiferencia.

-Yo también-Dije casi en un susurro.

El logro entenderlo, yo sabía que sí, duramos un pequeño tiempo que para mí fue eterno, quería estar en este momento, quería parar el tiempo y que solo fuéramos los dos contra todo. Despues de un tiempo el rodeo mi cintura y me pego a él para después con la mano que tenía ubicada en mi espalda empezara a despelucar mi pelo con fuerza.

-¡Suéltame!-Vocifere mientras que intentaba empujarle-¡Te he dicho que pares!.

Ya un rato después me soltó y se empezó a reír de mí, dios, gracias a escuchar su risa empecé a reírme también mientras que con mis dedos intentaba peinar mi pelo, él no paraba de reírse y yo me acerque a él y puse mi mano sobre su pelo para poder desordenarlo rápidamente antes de que él se echara para atrás.

Él solo me tomo mis muñecas y me miro a los ojos con una sonrisa, parecía que estuviera analizando mi rostro, baje mis manos de su pelo e hice con ellas un recorrido para dejarlas posadas en sus mejillas, no soltó mis muñecas en ningún momento, solo acerco su cara a la mía dejando que su frente estuviera apoyada en la mía cerrando sus ojos, yo decidí hacer lo mismo, intentaba guardar cada uno de los detalles de su cara, del lugar en donde estábamos, del día de hoy, de todo lo que pase con él, sin dejar escapar ningún detalle.

Todo en el mundo pareció alterarse, el viento empezó a hacerse notar, ya no era una brisa refrescante como antes, esto hizo que mi pelo empezara a moverse de un lado a otro al igual que mi vestido blanco, decidí abrir mis ojos y volver a ver el cielo, vi que empezó a oscurecerse.

-Creo que tenemos que irnos, si mi vista no falla va a empezar a llover y esto es peligroso mojado-Dije con tranquilidad mientras que esperaba una respuesta por parte de él, como no oí ninguna volví a posar mi mirada en él y note que este hacia lo mismo.

-Creo que si-Dijo sin ánimos.

Yo noté eso, algo en mí hizo aparecer el sentimiento de alerta. Dejo de sostener mis muñecas para después solo agarrar el bolso que estaba en el suelo y ponérselo en el hombro, extendió su mano haciéndome entender que la tomara para poder irnos, yo decidí tomarla y empezamos a bajar de nuestro lugar, como amaba tomar su mano, sentía que esta estaba hecha para encajar con la mía, la manera en la que se veía perfecta entrelazada con la mía me fascinaba, él me fascinaba de una manera indescriptible. Empecé a acariciar parte de su mano con mi pulgar mientras que una pequeña sonrisa se formaba en mi rostro.

-¿Qué carajos piensas?-Dijo en un tono divertido.

-En nada no te preocupes- Dije mirándole un segundo a la cara para después volver mi vista al frente y darme cuenta por donde caminaba.

Al sentir como no me respondió y paro en seco haciéndome voltear y verle por segunda vez, vi que en su rostro estaba serio y en sus ojos se notaba la incomodidad y el odio, pero no me miraba a mí miraba hacia otra dirección, yo solo decidí voltear y buscar lo que él miraba, estábamos en problemas?, si claro que sí.

-Mierda-Dije casi como un suspiro, reuni las fuerzas posibles y decidi correr con el de la mano.

Nunca te soltaría, sería lo último que se me pasaría como opción, no te iba a dejar ir, nunca, corrí con mis fuerzas y él no me detuvo solo me siguió, él me siguió como todas las veces.

-¡Seras imbecil!-Dijo entre unas pequeñas risas.

-¡Siempre!-Dije tambien riendome-¡Tu imbecil!.

Corrimos, corrimos como si no hubiera un mañana, te juro querido mio que te amo con todas mis fuerzas y siempre lo hare, nunca dejare de hacerlo.

HelenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora