Abri los ojos y mire a mi alredor, la brisa rosaba mi piel y movia suavemente mi pelo, me quede por varios segundos mirando a la nada y con la mente en blanco, decidi no estar mas hay y moverme ya que estaba perdiendo tiempo y no era buena idea seguir tirada ahí.
Intente levantarme apoyando mis manos en el suelo, las patadas que recibí en el estómago dolían como si no hubiera un mañana. Cuando logre levantarme me sostuve de la pared para poder estabilizarme y no caer de nuevo al suelo. Empecé dando paso corto sin dejar de apoyarme y cuando ya no había más pared intente caminar lo más derecha, calculando la hora se podría decir que ahora solo podrían estar los que tenían refuerzo de alguna clase de su área o los que estaban dentro de algún club, tenía que ir por mi mochila y no era lo mejor que alguien me viera en este estado, podían tomar provecho y no me agradaba la idea.
Camine, y camine hasta que llegue a la entrada principal del edificio, mire los alrededores y note un reloj en la pared, este era mediano y tenía detalles pequeños de flores a su alrededor, marcaba las 4:21, sí que me había quedado dormida, esperaba que no notificaran mi falta el día de hoy, era fantástico que el día se haya ido al carajo pensando que todo estaría bien o al menos que yo estaría bien, mis cálculos no fallaron en ningún momento, claramente tenía 9 minutos para agarrar mi mochila y que nadie me viera, solo tenía que ser rápida.
Empecé de nuevo a caminar con un poco más de velocidad, para cuando ya había logrado llegar a las escaleras estaba empezando a arrepentirme. Acaso no era mejor volver por el bolso mañana, tal vez viendo el lado bueno de dejarlo era que no tenía que cargar con él. Pero y si alguien lo agarraba, podría correr el riesgo de perderlo o no. Para cuando había tomado la decisión de ir por él escuche unas risas y pasos, al dirigir mi vista hacia arriba en las escaleras lo vi, al chico de la libreta y una chica un poco más baja de pelo azul, cruzo miradas conmigo teniendo la misma expresión que le vi tener la última vez, con el ceño suavemente fruncido aunque en ningún momento dejo de caminar, baje la cabeza cortando el contacto visual por la razón de que mi cara estaba literal llena de sangre al igual que mi cuello y las mangas de mi suéter, él no dijo nada, ni se acercó, solo siguió en lo suyo hablando entre risas con la chica antes mencionada.
Con mi vista todavía hacia el suelo, espere a que ya no estuvieran cerca para poder empezar a subir escalón por escalón, cada escalón se volvía difícil de subir a medida que pasaba uno.
Ya cuando al fin logré subir toda la escalera empiezo a mirar a mí al rededor, intentando recordar el camino, busque y busque en lo más profundo de mis recuerdos hasta que pude. Dirigí mis pies hacia el pasillo que daba para el salón c y una vez estando frente él abrí la puerta fuertemente.
-¡Carajo!-Grito una chica la cual se golpeó la cabeza con una de las mesas haciendo que esta se sobara en la parte afectada.
Por mi parte me asusté un poco, se suponía que no debía de haber alguien a menos de que mis cálculos habían fallado. La chica volteó su rostro para mirarme, cuando logro verme solo alzo su mano y la agitó haciendo un gesto de saludo acompañado con una sonrisa insegura, yo solo baje mi rostro de nuevo y con la manga de mi suéter intente limpiarme la cara más, me dolía al tocarla pero podía aguantar.
-Lo siento-Hable sin saber por qué exactamente me disculpaba.
-No te tienes que disculpar, no pensé que alguien entraría al salón a esta hora.
La chica se levantó del piso y acomodó su ropa con el intento de alisarla un poco, tenía el pelo largo, un poco ondulado y de color rubio aunque en la raíz se le veía un café muy claro, iba vestida de una falda larga naranja y una camisa negra la cual le llegaba a la cintura, vaya que era bonita.
Empecé a caminar adolorida sin levantar la cara hasta llegar a mi puesto y tomar mi bolso, lo posicioné en mi espalda y me dirigí lo más rápido que pude a la puerta de nuevo, la chica antes mencionada solo me miraba en silencio.
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Helen
RomanceMiraba el cielo, nunca podia creer que llegaria a estar sin preocuparme o pensar mucho sobre las cosas, normalmente si no era una era otra, pero ese dia fue la excepcion yo me sentia libre, feliz, relajada y aceptada. Sosteniendo el cigarrillo con m...