Juego de niñas.

Risas en la oscuridad.

Narra Manuel: (Padre de las niñas)

[Imagen arriba.]

Hoy eh salido muy tarde de mi trabajo, mi jefe necesitaba unos documentos para mañana mismo, así que eh tenido que quedarme una hora mas para hacerlo.

Menos mal que ya acabe todo, dejar a las niñas solas me deja muy preocupado por suerte ya estoy llegando a casa.

Mi mujer me llamo hace un rato y me dijo que aun le quedaba un poco, lo que significa que siguen solas, espero que estén bien y no hayan echo de las suyas.

(..)

Cuando llegue aparque el coche, agarre todos los papeles del trabajo y entre en casa, estaba deseando ver a mis hijas.

Nada mas entrar no vi a las niñas ni siquiera escuchaba sus voces, esto es muy raro, después me puse a la subida de las escaleras para mirar a las habitaciones, pero nada.

-Hola niñas ya estoy en casa, mama vendrá en unos minutos.- No escucho nada.- ¿Niñas?

Esto me preocupa mas, ellas suelen bajar a recibirme cuando vuelvo del trabajo.

Me decidí a subir las escaleras, mientras subía escuchaba el chirrido de las escaleras.

-Niñas, ¿Donde estáis?- dije mas asustado pero nada, seguía todo en silencio.

Cuando llegue al piso de arriba fui al cuarto de las niñas a ver si estaban ahí jugando escondidas pero no había nadie, también mire las demás habitaciones pero no aparecían, entonces baje corriendo las escaleras para llamar a mi mujer y justo antes de que llegara al salón donde estaba el teléfono un ruido llamo mi atención, el ruido venia del sótano, lo primero que pensé es que eran mis hijas intentando gastarme una broma, así que entre para verlas. Pero cuando entre no había nadie estaba todo oscuro, encendí la luz pero apenas iluminaba, no veía nada. Cuando disponía a salir escuche una risa diabólica detrás de mi, con mucho miedo empecé a girarme hacia ese escalofriante sonido. Cuando me di la vuelta del todo no vi nada, así que empecé a bajar las escaleras despacio cuando algo llamo mi atención en una esquina del sótano se veía la sombra de una persona, parecía una mujer tenia la ropa toda destrozada y su cuerpo estaba deforme, no llegaba a poder ver su cara estaba sumida en la oscuridad del sótano.

-Eh t- tú, ¿Quién eres?, y ¿Qué haces en mi casa?- Dije sin saber que hacer.

Entonces aquella mujer empezó a salir de entre la oscuridad dejando ver su rostro. En ese momento mí respiración empezó a acelerarse, abrí los ojos como platos presa del pánico, notaba el fuerte y rápido palpitar de mi corazón, no me creía lo que veía, ¡Era horrible!. Aquella mujer tenia la cabeza cambada a un lado, sus ojos estaban fijando su vista en mi, eran blancos no tenia pupila ni iris, tenia todo el ojo blanco.

Mientras yo no podía dejar de mirarla con los ojos como platos del pánico, la mujer empezó a reírse. ¡No podía mas, tenia que huir!, empecé a correr subiendo las escaleras para volver al salón cuando escucho una voz demoníaca que me hizo parar en seco.

Voz demoníaca: Ellas.. Ahora.. Me.. Pertenecen..-Dijo parándose segundos en cada palabra con esa espeluznante voz. ¿Mis hijas?.

-¡¿Dónde están que les as echo?!- La siniestra mujer no me respondió, solo se reía. -¡Devuélveme a mis hijas!

Voz demoníaca: Mira.. Detrás..-Nada mas que dijo eso sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, gire muy lentamente la cabeza para mirar de reojo para atrás. ¡Eran ellas! ¡Mis niñas!, estaban al final de las escaleras.

En ese momento me di la vuelta para correr con ellas, cuando veo.. Sus ojos.. Sus ojos ya no eran azules, tenían los ojos sumidos en oscuridad, eran totalmente negros, no creía lo que mis ojos veían, estas no eran mis hijas, no podían ser ellas.

-Niñas...- Intente hablar pero era imposible, solo podía ver como mis hijas con sus ojos completamente negros me miraban riendo tan cínicamente como aquella horrible mujer.

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