Juego de niñas.

¿Anais?

Nota: Hola mis terroríficos amigos, ¿Cómo estáis? ^^
bueno aquí os dejo los dos capítulos, espero que os gusten, poned me gusta si es así y comentad. Un beso ♥

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Narra Alice:
Cuando entre al cuarto vi que mi hermana estaba de espaldas hacia la ventana, no entendí por que miraba por la ventana a estas horas de la noche, quizás estaba David, como aquellos primeros días que usaba el columpio cuando todos dormían.

-¡Anaís tienes que ver este libro!, lo eh encontrado en unas cajas de los anteriores propietarios. Tocado, tiene un tacto muy raro.

-¿Anaís?
Era extraño, le hablaba pero no me contestaba, que le pasara.
Al no revivir respuesta me acerque a ella para ver que era lo que estaba mirando tan importante.
Cuando fije mi vista en el cristal pude ver a alguien balanceandose en los columpios ¿Seria David? No, no puede ser él, la persona que yo veía tenia el pelo largo y negro, debe de ser su hermana, esa siniestra niña que vimos aquel día, aquel horrible día que poseyó nuestros cuerpos.

La niña estaba columpiandose de espaldas mirando hacia el bosque, en ese momento sentí un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, solo el hecho de recordar lo sucedido aquel día me causa terror.

En ese momento la niña giro la cabeza hacia nosotras con una amplia sonrisa perversa, con la cabeza cabizbaja guardaba esos ojos negros manteniendolos ocultos debajo de su largo pelo.
Pocos segundos después de esa siniestra sonrisa desapareció dejando una sombra de oscuridad que se iva desvaneciendo poco a poco.

Cuando desapareció aquella horrible niña fije la vista en Anaís, mi hermana reflejaba la misma sonrisa en su cara, no logro entender que esta pasando, esto no es normal en Anaís.

-¿Estabas hablando con la hermana de David?, ten cuidado ya sabes lo que nos hizo la ultima vez.- Acto seguido de mis palabras Anaís giro la cabeza hacia mi sonriendo.

Anaís: Lo que merecíamos. -dijio en un susurro.

Aquellas palabras que dijo mi hermana me inquietaron y asustaron mucho. Algo raro estaba pasando con Anaís, su voz estaba ronca no parecía ella cuando me fije en sus ojos no tenían el mismo brillo celeste que tenia siempre en la mirada.

-¿Cómo?, ¿te pasa algo Anaís?.

-Mira este libro que encontré, ni consigo saber de qué está echo, su tacto es muy suave.

Acto seguido de mis palabras Anaís soltó una pequeña risa que me dio escalofríos, nunca la había oído reírse así, daba miedo.

Anaís: De piel humana.

Cuando dijo eso me hice para atrás alejándome de ella, tenia mis dudas, pero ¿Como puede saber ella lo que yo pensaba? , ni siquiera se lo había dicho.

-¿Estas de broma?, ¿Cómo puedes decir eso tan convencida?, ¿Has descubierto algo que yo no sepa?

Anaís: Ella me lo dijo. Las personas a las que arrancó la piel se resistieron mucho y gritaban como ezquisofrenicos pero ella, necesitaba comer.