capitulo 9~

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(Escritora)

*tiririririri* *tiririririri*

-Buen día?
-Buen día Torner
-¡Señor! ¿sucedió algo?- se sentó sobre la cama.
-No te preocupes, estoy bien...*mgh*

-lo siento...- habló Gabriel curando las heridas de Noah

-Qué sucede?-preguntó Maximiliano firme, confuso por la llamada.
-Se ha acabado Torner- sonrió suavemente apoyando su brazo sobre la ventana del avión -Es libre...- se refirió a la sonrisa que amaba en su recuerdo
-Oh señor- sonrió Maximiliano levantándose de la cama y sentándose en el recuadro de la ventana para que su pequeño no escuchara
-Me quedaré dos meses o tal vez cinco en Francia para estar seguro de que no haya quedado nadie más que quiera matarme, dudo llamarte- sonaba firme pero su suave sonrisa lo engañaba -Cuéntame,¿cómo está?- al preguntar la risa que no olvidaba por sus sueños a trizas se reflejaba en su mente con dulzura
-Bien,no me da la cara para verlo pero Sofía siempre habla con él.No sabe cuánto le cuesta a su hermana aceptar todo esto, más siendo con Alan-
-Lo sé, pero ya hablé con ella bastante, no debería de decir nada...- suspiró despacio
- Mh....- dudó Maximiliano de la fidelidad de Sofía, pero él sabía lo importante que esto era así que puso la confianza de todo en ella -¿Sabe? cuando el pequeño habla sobre usted, es extraño, pero es como cuando su padre habla de su madre.Dice su nombre con tanta melancolía y dulzura mientras que sus ojos brillan que la persona que tuviera algún mínima duda de su amor hacia usted ésta sería la respuesta más clara de que lo ama señor-

El cristal en ojos era lo único que podía probar lo que sentía Noah, la sangre ya estaba hechada y las palabras también.Pero su recuerdo, su recuerdo era el alma de la prueba que le quedaba para demostrar el encantamiento que Alan logró sobre su pecho,alma y cuerpo.

-Lo extraño Torner...- habló despacio casi a susurro tratando de ahogar sus lágrimas que a ríos necesitaban desbordarse
-Lo sé señor, usted es el hombre más valiente y honorable que conozco.Ha acabado con miles de años de mafia luego de años de sangre en manos, sé lo que odia que se lo diga, que le diga que en sus manos hay más sangre que en las de mi preciado amante.Pero la sangre es valiosa cuando de sangre asquerosa se trata, cuando se mata por el amor y seguridad de quien usted ama- sonrió -Señor, realmente lo admiro, no sé cómo decírselo, pero lo admiro.Es usted el hombre más joven a el que he llamado señor y no me arrepiento, se merece el nombre de todos aquellos hombres que han salvado, transpirado y amado en sus mil años.Cosas que usted lo ha hecho en algunos cuantos- suspiró con una leve sonrisa
-Gracias Torner, igualmente, es un hombre honrable y valiente, lo admiro más a usted que a mi padre- sonrió tratando de demostrarle su aprecio pero su voz seria lo aniquilaba

- Señor, disculpe- una mujer se acercó a el asiento -vamos a abrir
vuelo, no puede usar el teléfono- dijo dulcemente

-Está bien- respondió seriamente con la dulzura en la punta de la lengua ardiente -Debo irme Torner-
-Está bien, felicidades-
-Gracias, adiós-
-Adiós señor-

La llamada se cortó y dos partes se contaron por separado:

Por un lado Noah quien moría y resucitaba soñando con su amado cielo completo.

-Listo señor, descanse ahora, debe de hacerlo- sonrió Gabriel terminando de curar sus heridas
-Gracias- respondió Noah algo serio tratando, con ahogamiento, recordar la voz de su cielo.

Gabriel se fué hacia atrás del avión y Noah pudo cerrar los ojos esperando a descansar más que sólo 15 minutos como ha sido desde los últimos años.Al cerrarlos, fué testigo sólo la luz de aquella ventana de las míseras lágrimas del océano que guardaba, que salían envueltos de amor,melancolía y felicidad.Pero no servía si no se volcaban sobre el pecho de quien amaba y esto lo sofocaba...
Sus pensamientos lo empezaron a carcomer de apoco otra vez.

-Y si no debo volver? si es así Alan estará seguro y yo estaré tranquilo de saber que él está bien.¿Pero y si me necesita? no, yo soy el único que lo necesita, él tiene a sus amigos, a sus padres...no me necesita, no puedo volver a ser egoísta...¿o tal vez no esté tan mal ser un poco egoísta?¿aunque quién me asegura que no se enojará?....Mierda- pensaba solo viendo la sonrisa de su amado la cual se encarnaba junto con los labios que le faltaban y la piel que necesitaba.

Por otro lado Maximiliano, a quien la vergüenza y el estrés le envolvía, se quedó con el teléfono en la mano mirando desde el ventanal aquella noche sobre el mar que de lejos lejos lejos se podía reflejar...

(Maximiliano)

-Mhgh- mi pequeño se acomodó sobre la cama al parecer buscándome -*Puahh*- bostezó y se quejó -Mhgg Maxmhg?...- hablaba somnoliento.
- Mh?- pregunté mirándolo desde lejos.
-Qué haces ahí? ven-
-Lo siento, una llamada-
-Es Héctor...? ve, no hay problema...- se dio vuelta en la cama tapándose por completo.

Aún no lo acepta muy bien, no le gusta que hable sobre él en la mañana o en la noche, si bien me ama y acepta con totalidad mi atracción, aún no lo acepta muy bien...

-No era él- reí levantándome de la ventana -Por qué te pones así eh?- caminé despacio hacia el otro lado de la cama para verlo desde frente.
-Así cómo?- se lo escuchaba resentido debajo de la sábana.
-Así- me agaché y bajé la sábana de su rostro viendo cómo sus dos ojos estaban cerrados con fuerza -Cuando lo nombras con ese disgusto- reí y acaricié su cabello - Dijiste que no seríamos nada al comienzo por Alan y luego estamos aquí, te hablé sobre mis sentimientos y dijiste que no te interesaba y que si algún día me confesaba que no te molestaría.-
-Ya calla hombre- volvió a levantar la sábana tapándose sin dejarme vista a su rostro.

Me senté en el suelo y suspiré.

-Si de algo ayuda, al comienzo tuve sexo contigo para desquitarme y me enamoraste- hablé despacio -no se si ayude en algo.-
-¡MAXIMILIANO!- se levantó furioso y me tiró la almohada a la cabeza
-¡Yaya!- reí a carcajadas -No me digas que te enamoré desde el comienzo pequeño, los dos nos teníamos por satisfacción de cuerpos-
-¡¿Y qúe si a mí sí me gustaste desde el comienzo ah?!mierda contigo- volvió a acostarse dándome la espalda.
-Cómo pude gustarte si como basura te trataba?-

No contestó, sólo sus respiraciones se escuchaban.

-Vamos pequeño dime- sonreí y lo dí vuelta bajando otra vez la sábana.
-Lo hacías, si? me encantabas por eso te pedí para que me tuvieras en tu cama,supuse que era lo único que podía conseguir de tí, ya está, ve a dormir- cerró los ojos con fuerza nuevamente
-Oh pequeño...- sonreí con amorío y acaricié su rostro despacio, dí un beso sobre su frente y caminando hacia el otro lado de la cama me senté estirando mis piernas sobre la sábana.Cerre los ojos y en un leve suspiro sentí una frasada pasar por encíma de mi cuerpo y sus brazos rodearon mi cintura -J.-
-Calla, hace frío, duerme- habló firme.

Sonreí levemente y acaricié su cabello hasta sentir mi mano dormirse poco a poco.Su cabeza se restregó contra mi pecho y dormimos; yo recordandolo con diecinueve y él, él sólo dormía con su hermosa dulzura.

Mi ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora