Silly Boy Feelings ❀renga

Capítulo especial [1]

*
~Just the two of us
We can make it
If we try~

˖⁺⑅♡

De a poco su vida había ido tomando forma.

Los días en el instituto, los almuerzos en la azotea, los uniformes escolares, todo eso se había quedado unos cinco años en el pasado. Cinco largos años llenos de cambios. Pero al final de todo, no se quejaba de nada. Era más feliz de lo que alguna vez pudo imaginar tan siquiera merecer.

El cielo nocturno lo recibió a la salida de la universidad. Con su portafolio en mano cruzó el campus y anduvo a paso rápido sobre el césped bien cuidado del lugar. En cierto punto comenzó a trotar, a correr, porque no quería llegar tarde. Debía darse prisa.

Así pues, con el cabello rojizo más corto que años anteriores, recorría apresurado las calles de la ciudad un diseñador gráfico a nada de licenciarse. Reki no había estado seguro de nada en su adolescencia, sólo sabía que muy en lo profundo deseaba seguir diseñando cosas, lo que sea, no simplemente patinetas. Su irrefrenable mente rebosante de ideas y sedienta de crear le había llevado a tomar una decisión. Entonces llegó con la idea a su madre y ésta le ayudó a encontrar una carrera. Diseño gráfico. Podía vivir de eso.

Detuvo la marcha en una esquina. Semáforo rojo para los peatones y muchos autos transitaban la calle camino a sus casas. Ocho de la noche, tenía sentido el atasco en todas partes.

Al medio de la multitud que esperaba a cruzar, Reki tomó aire jadeante y su visión se topó con el cartel de una florería justo detrás suyo. Sonrió al ver el rostro sin maquillar de Hiromi entremedio de los clientes. Seguramente estaban por cerrar porque el hombre se notaba estresado yendo de un lado a otro con flores, ramos, cajas, etc. Solo por esto Reki pensó en no comprarle esta vez, sin embargo, desde la distancia Hiromi notó su cabeza roja y con un ademán de la mano le llamó para acercarse.

— Hombre, ya te estabas tardando.

Se metió detrás del mesón y de ahí salió con un pequeño ramo lleno de girasoles. 

— El último semestre me tiene tapizado en trabajos, por eso salgo más tarde.

— Al menos te queda poco para salir.

— Seh.

Reki sacó de su billetera unos billetes los cuales intercambió con el hombre por aquel ramo. No quiso entretenerlo mucho ni el otro quiso dejar su trabajo tirado por mucho tiempo, por lo que con un rápido gesto ambos se despidieron. El semáforo por fin había cambiado y retomó su camino a toda prisa.

Finalmente, sin aliento y con el cabello desordenado tratando de regresarlo a su lugar a través del reflejo de los grandes ventanales del local, Reki puso un pie dentro de la cálida y acogedora cafetería. El fuerte olor a granos de café le inundó las fosas nasales. Era como estar en casa.

— Buenas noches —saludó apoyándose en el mesón de la caja.

— Buenas noches, ¿Qué puedo servirle?

— Un chocolate caliente, por favor.

Chocolate caliente, musitó el cajero escribiendo en el computador. Reki observó atentamente cada movimiento de sus dedos sobre el teclado y exhaló profundamente el aroma del local hasta que sus pulmones quedaron llenos de ello.