XI

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Gracias por llegar hasta aquí 😭😭 tengan su capítulo de 6900 palabras.



— Espera, Reki, hablemos —había dicho Langa con desespero y por su mirada casi parecía que estaba rogando por unos minutos más de vida. De una vez por todas, necesitaba hablar con Reki.

— Ahora no —le respondió el interpelado con tosquedad y soltándose de su agarre se escabulló sin mirar atrás. Langa se quedó en su sitio mudo y de a poco un ruido molesto comenzó a sonar en sus oídos. Algo como un pitido que le impedía pensar con claridad. Lo único que sabía era que Reki lo evitaba. Lo odiaba. La única imagen que en su cabeza se repetía era la fría mirada que su amigo le había dado antes de irse. Esos ojos cafés que con tanto cariño lo miraron antes, ahora se habían vuelto oscuros, aterradores y hostiles hacia él. Le sentó como una daga al corazón y su camisa comenzó a asfixiarle el pecho. Por un segundo olvidó cómo demonios se respiraba.

Reki... Su Reki lo odiaba, ¿no es así?, seguramente sabía de los patéticos sentimientos de Langa. No podía ser de otra. Seguramente ahora sentía asco de su amigo. Langa sabía que había sido una imprudencia tomar su mano esa tarde, porque había sido eso, ¿verdad? Debió de haber supuesto que Reki no estaba realmente dormido. Ahora este no quería acercarse a él nunca más, y nunca más lo abrazaría ni lo tendría lo suficientemente cerca como para poder contar las tiernas pecas que salpicaban su rostro, ni sería capaz de sentir el dulce aroma a pomelo que su cabello rojo desprendía. Nunca más lo miraría con esos ojos a veces café a veces ámbar que con un deje cristalino y llenos de cariño revoloteaban observando curiosos sobre todas las cosas. Ya no. Lo había espantado y estaba solo... Como en un principio lo estuvo por tanto, tanto tiempo.

Las cuatro paredes de su dormitorio lo apresaban como en un cuarto hermético. Ocho de la noche, su madre se había ido a un turno en el hospital y yacía acurrucado en su cama, abrazando la almohada y llenando sus pulmones con el aroma que el polerón que llevaba puesto tenía. Se trataba de un polerón rojo que Reki le había prestado tiempo atrás y nunca se acordó de devolverlo ni el otro de pedirlo de vuelta. Ahora, entre la oscuridad y las profundas sombras que se formaban en su habitación con la luz de la calle en su ventana, ese polerón le era como un faro en la penumbra. Se sentía perdido en medio de la nada, su pieza era de repente tan inmensa e infinita y él solo era una simple y frágil pelusa que con la más leve brisa saldría volando a todas partes. Dios, estaba solo, no quería estarlo, el silencio apretaba su cerebro como un limón y le hacía recordar cosas que no quería. La casa de Reki era siempre tan ruidosa...

Tenía frío. Estaba congelado y le temblaban las piernas. En Okinawa las noches no eran tan heladas como en... Canadá. Y, Dios, sin quererlo su cabeza fue yendo lentamente hacia ese lugar al que no quería ir. A esas memorias que ya no quería recordar. Iba de vuelta a esa época oscura, a esa noche en que sentado en el gran sillón de la sala esperó y esperó por horas que la puerta de la calle se abriera... Y nunca lo hizo, sino hasta la mañana siguiente cuando un montón de adultos llegaron y conversaron con su madre. Después... No lo recordaba. Solo sabía que luego de oír las palabras: "Oliver falleció", todo se puso negro y absolutamente todo el peso del mundo se le vino encima. Su padre, su único amigo, había muerto. De pronto estaba en la más completa soledad y ni siquiera los abrazos ni las palabras de su madre pudieron llenar aquel vacío que la partida su padre había dejado en él. Pasó mucho tiempo cargando ese peso que sentía como grilletes pesados en los pies. Una avalancha había pasado por sobre su cuerpo y él yacía ahí debajo de toda la nieve con las extremidades entumecidas, el corazón cubierto de espesa escarcha y hasta pareció que las lágrimas se habían congelado porque a pesar del nudo en su garganta y el escozor en su pecho, las lágrimas nunca salieron de sus ojos. Se quedaban ahí, a punto, y desaparecían en la nada.

Silly Boy Feelings ❀rengaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora