Era realmente tranquilizador poder apreciar el atardecer entre las altas montañas. Mirando en retrospectiva, nunca había tenido el placer de hacerlo al estar viviendo en la ciudad, sin embargo, ahora podía hacerlo con frecuencia y gran facilidad y esto le fascinaba en sobre manera. Tan solo era cosa de salir de casa y presenciar semejante espectáculo.
Aunque el disfrutara solo pararse en medio de los arboles y apreciar como los árboles y montañas más altas se tragaban el brillante astro, su ahora esposo, Jeongguk, insistió en construirle un pequeño gazebo atrás de su casa para que pudiera no solo apreciar la vista sino que también poder relajarse a cualquier hora, además de que este espacio resultaría beneficioso para que Jimin pudiera laborar en perfecta paz. Si bien no era algo demasiado grande y ostentoso era perfecto para el hombre.
Justo en ese momento había traído una mesita en la cual reposaba la taza vacía en donde en la que había estado tomando su café. Mientras esperaba pacientemente la llegada de la noche, pudo escuchar el silbido del viento acompañado del abrasador frío que lo acorraló.
Portaba un suéter que lo cobijaba un poco del frío otoñal, sin embargo, algo de esto lograba infiltrarse en la tela y enfriar la pálida piel. Estaban a penas a mitad de otoño y las temperaturas bajaban gradualmente en el lapso de la tarde la y noche por lo que en un rato tendría que ingresar al calor del hogar.
Se fijó en el reloj que yacía en su muñeca, era hora de que regresaran de su cacería improvisada. Según le habían dicho antes mientras se liberaban de las prendas era que darían una vuelta por el bosque, hablando de él como si fuera el patio de su casa, ¡vaya patio! Atraparian algo para entretenerse en el camino y estarían de vuelta en la casa para cuando el sol se escondiera.
Eran las seis y cuarto según su experiencia viviendo en las montañas, por lo general en las épocas donde el frío incrementaba la noche llegaba más rápido, haciendo que no se pudiera estar más tarde afuera ya que no podría verse nada, bueno, para los cambiaformas eso no era impedimento, pero para él si era uno. Ese conocimiento era algo que respetaban, además que no había ninguna razón para salir. Confirmó su pronóstico al revisar las manecillas del reloj analógico.
Decidido a por fin entrar a su hogar plegó la silla y mesa, ambas de madera, y en la otra mano cargando la taza con rastros de café, al pasar por el portal de la puerta trasera calló en cuenta que antes de su emparejamiento con Jeongguk no hubiera podido cargar con todo eso de una sola vez, sonaba algo tonto y probablemente si lo hubiera podido cargar con un poco de más entrenamiento físico, no obstante, aquello no era lo único en lo que se había visto un mejoramiento.
A comparación del tiempo anterior a Jeongguk, era mucho más lento, con una resistencia pésima que, gracias al emparejamiento había hecho que parte de la fuerza su esposo fuese otorgada a él. Haciendo más llevadero el ser compañero de un cambiaformas. Si bien Jeongguk se había controlado un tiempo mientras Jimin se acostumbraba a todos los cambios que presentaba su cuerpo, cuando llegó el celo del mayor fue algo completamente distinto y estuvo seguro que ningún humano resistiría un ciclo de celo.
Para cuando ese suceso llegó, la relación entre los dos se había consolidado mucho. La confianza entre ellos había incrementado y Jeongguk le había comentado a Jimin todo lo que tenía que saber acerca del nuevo mundo que le daba la bienvenida. Sabia que los cambiaformas entraban cada cierto tiempo en un estado de celo, y que había que ser cuidadosos para esos momentos. También le dijo que él al estar emparejado con Jimin solo querría estar con el y nada más con él, por lo que podría convertirse en un peligro el que no estuviese allí o que otra persona reemplazara su lugar.
Cuando planeaba finalmente ir a darse un baño antes de que llegaran los cambiaformas, estos hicieron acto de presencia en la puerta trasera todos desnudos, sucios y hasta con hojas secas enredadas entre las matas espesas de cabello.
ESTÁS LEYENDO
el oso ; kookmin
FanfictionEl ermitaño Jimin desea reorganizar su vida, darle un norte, el cual fue perdido luego de su humillante ruptura amorosa. Por esto decide ir a una cabaña recóndita entre las montañas, sumida en la tranquilidad que los árboles le pueden regalar. Lo ú...