𝐜 𝐢 𝐧 𝐜 𝐨

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Se sentía cálido. A comparación de la gélida habitación de huéspedes la reconfortante sensación que tenía su cuerpo en el momento era increíble.

Tratando  de acomodarse para recibir más de aquella calidez,  se encontró sintiendo algo diferente y hasta algún punto, incómodo. Algo duro, apuntando justamente a su espalda baja. Se removió pero aquello extrañamente seguía manteniendo su posición.

Confuso abrió los ojos con el fin de investigar que era aquello que lo incomodaba. Grande fue su sorpresa al ver en la posición en que estaba y con quien la hacía.

El gran hombre se encontraba atrás suyo, espalda contra pecho. Jimin enloqueció.

¿Cómo es que habían llegado a eso? Si estaban los suficientemente separados para evitar dicha situación.

Aún así, lo peor no fue eso, sino lo que llevó a Jimin bajar la mirada por el cuerpo del contrario hallando el prominente bulto de Jeongguk contra su trasero.

Anonadado buscó libertad en la amplia cama más sin embargo, fue retenido por unos duros brazos que aprisionaron su cintura. En ese momento no supo que hacer, que pasaría cuando su vecino despertara y lo encontrara ahí, en esa posición. Definitivamente no soportaría la incomodidad.
Intentado hallar como salir de aquellos brazos se removió nuevamente haciendo que de alguna manera esto incentivara la pelvis del otro porque en ese momento empezó a notar los leves empujes que hacían contra su culo. Enrojecido, calculó alguna manera de liberarse mas era demasiado complicado y si lo lograba lo más probable es que despertara al hombre.

Los empujes se fortalecieron así como las sensaciones en el chico incrementaron, dándose cuenta que su propio miembro se despertaba y ciertamente, no podía hacer nada para detenerlo.

Y es que ¿cómo podrían culparlo? Teniendo a un hombre verdaderamente apuesto atrás con el que el muchacho había desarrollado una atracción difícil de disolver y que, admitiendo de forma vergonzosa, hasta había imaginado escenarios no aptos para menores.

Ya que el hombre estaba teniendo un sueño húmedo y el era a quien también le estaba afectado los estragos de este, decidió con determinación también sacar provecho de aquel sueño.

Sería cuidadoso y Jeongguk no tendría porqué despertarse.

Mordió su labio al concentrarse en la sensación de las falsas penetraciones que el otro le daba y el agarre intenso que este mantenía en su cintura, imaginando como se sentiría si estas fueran reales palpó su polla, restregando suavemente su mano en esta sintiendo el cúmulo de sensaciones que no lo golpeaban hace un tiempo.

No obstante, los breves toques terminaron siendo insatisfactorios para la creciente necesidad, obligando al peli plata a ingresar su mano en los pantalones que le había prestado Jeongguk con anterioridad.

Tocando la tierna carne de su miembro, masajeando la zona a la vez que sentía las pausadas gotas de presemen salir. Su cuerpo yacía ardiente por las acciones tanto propias como las de la otra persona en la cama. Trabajó arduamente en su erección provocando a su vez que de sus labios salieran gemidos que trataban de ser ahogados por el mismo Jimin.

Con cada toque que se daba iba incrementando deseo y la necesidad de tocarse más toscamente así como contrarrestar los empujes del hombre, sin embargo, se mantenía fijo en el pensamiento que no podría  despertar a Jeongguk.

Si bien él lo había besado anteriormente eso no le aseguraba que el hombre quería estar con él de esta forma. Quizás y fue la emoción del momento. Tal vez lo hizo para consolarlo.

Por eso debía mantenerse bajo control –tanto como pudiera– si no quería crear una situación que arruinara catastróficamente la joven amistad que empezaba a surgir.

el oso ; kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora