capítulo 1: ¡Maldito gangster!

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NOTA: ESTA ES MI PRIMER HISTORIA POR LO QUE PUEDE TENER ERRORES ORTOGRÁFICOS

¡Genial! Mi primer día de clases y tengo que correr como estúpido a álgebra ¡maldita alarma! Y lo peor de todo es que seré el "niñito extranjero nuevo". Odio esto todo estaba perfecto en América, mis padres decidieron mudarse a Japón, sin mi opinión, claro, termine inscribiendome en la prestigioso y famoso "Instituto UA". Claro que lo de prestigiosa todavía está en la tela de juicio porque a lo que a mi punto de vista esta mierda que tiene por nombre "Instituto" es un basurero comparado con mi antiguo establecimiento en América.

Justo antes de que cerraran la puerta corrí lo más rápido que pude, y entré a tiempo. Me di cuenta que muchos de los alumnos estaban sin preocuparse por las clases en el jardín del instituto. Yo en cambio, me apresure a pasar por la multitud, abriéndome paso entre el gentío.

-¡KYAAA! ¿Ya has visto al chico nuevo?

-¡Si, que mono esta!

-Que facciones tan delicadas y finas tiene.

Mi plan de no llamar la atención se quebró en mil pedazos. Maldición ¿creen que no puedo escucharlas? Detestó a las mujeres que se le lanzan a los hombres sin conocerles, como mínimo, un poco. Bueno una parte de la población femenina solo se fija en la apariencia, eso es algo que me fastidia. Es molesto y lo único que consiguen es mostrar su parte de "mujeres desesperadas". Joder... irritantes al extremo.

Seguí caminando, ignorando el alboroto a mi alrededor, tratando de ser puntual; sin embargo no sabía donde estaba la clase de álgebra, pero si seguía perdido en los pasillos posiblemente jamás la encontraría. Empecé a caminar rápido, acelerando el paso. De alguna forma debía llegar a mi destino y correr me había parecido la única solución posible... pero resultó ser mala idea. Por ir con prisa choqué fuertemente contra alguien, tirando mis cuadernos y los de esa persona al piso. Nada amortiguó mi caída. ¡Valla que dolía!

-¡FIJATE POR DONDE CAMINAS IDIOTA!- grito la persona que se encontraba a escasos centímetros de mi. Estaba en el suelo, aunque ya se estaba incorporando.

Nada como tener enemigos el primer día de clases ¿verdad? ¿VERDAD?

-¡Ay...!- musite un poco por el dolor -Perdona. Fue un accidente. Voy tarde a clase y...

Fijándome bien había tropezado con un chico, si. Tenía su dura mirada puesta en mi, examinándome y seguramente pensando en que yo era el nuevo y bla bla bla. Su rostro era atractivo, y esas estupideces que dirían las chicas. Rubio Cenizo, alto, sus ojos eran grandes y un poco rasgados y tenían un color rojo como la sangre, pálido, piel fina y delgado (pero musculoso). Eso era lo que me preocupaba, el maldito engendro era musculoso, no mucho pero si lo suficiente para dejarme noqueado si así lo quisiera. Aunque yo no soy un debilucho las probabilidades de ganar eran de un... ¿30%? Y eso si corría con suerte.

-Me haz estropeado el trabajo estúpido -Soltó enfurecido señalando al suelo.

Bajé la mirada para ver lo que señalaba. Allí, en muchos pedazos se encontraba lo que antes había sido una maqueta de no se que rayos. Pero el tipo tenía razón, estaba partida por la mitad y destrozada.

¡Eh! Pero eso no había sido toda mi culpa, el bastardo tampoco había notado que yo iba por ahí. Y lo que me molestaba demasiado era su presencia ¿Creía que yo iba a tener miedo? Sí seguramente, y eso era algo que no permitiría. Así que sin ninguna pizca de terror me puse a gritarle.

-YA TE DIJE QUE FUE UN MALDITO ACCIDEN...

Antes de que terminara la frase el desgraciado me tomo por la camisa, jalandola y con ello a mi. Con un movimiento brusco hizo que me pusiera de pie y con fuerza me coloco contra la pared.

¡Maldito Gangster! KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora